Los
garcigrandes de Fallas no justifican las maniobras taurinas de fontanería.
Cuatro toros de pobre nota, uno excelente y otro de interés. Con los dos
salvados de la quema, Ponce se imita a sí mismo.
BARQUERITO
Foto: EFE
POR TOREAR EN FALLAS la corrida de Garcigrande
hubo entre bambalinas alguna querella. El final del pleito, si es que lo hubo,
fue que El Juli, excluido del cartel de Garcigrande, renunció a Valencia. A
manos de Ponce vino el puesto de El Juli. Maniobras de fontanería taurina. Sin
la presencia habitual y hasta obligada de El Juli, los garcigrandes cambiaron
de manos. Nunca habían alternado juntos Ponce, Talavante y Paco Ureña. Esta fue
la baza. Tres toros del hierro de Domingo Hernández y otros tres de
Garcigrande. Los seis, de un solo dueño y una sola familia, Justo Hernández
Escolar.
Los dos hierros, asimilados: Domingo Hernández,
fallecido a principios del pasado febrero, anunció en su día que la ganadería
de su nombre era por absorción de tan legítima ascendencia Juan Pedro Domecq
como la de Garcigrande, formada con una compra de primera mano al propio Juan
Pedro Domecq Solís. Antes de la asimilación y de la absorción, y con sus dos
variantes -la absorbente y la absorbida-, ya habían entrado los garcigrandes en
el Gotha de la bravura. Presencia en todas las ferias mayores, camadas largas,
indultos diversos, una regularidad puesta a prueba y renovada durante una
década y pico.
La corrida del pleito fue muy dispar de hechuras.
Más que cualquier otra de la semana de Fallas. Tan dispar que parecieron de
encastes diferentes los dos del lote de Ureña: un tercero anovillado,
garcigrande, la edad recién tomada, y un sexto, de Domingo, basto con avaricia.
El mejor hecho fue el primero de la tarde, de Domingo. De los que avalan sin
recelo la teoría de la absorción. Puro juampedro: las hechuras y la condición, el
mejor de todos. El más grandón, el quinto, de Garcigrande, que pareció que sí
pero fue que no. El cuarto tuvo su picante revoltoso y, dentro de un orden, y
pobre de cara, su misterio. El segundo, de Domingo, no hizo más que frenarse,
probar y mirar, Solo medias arrancadas. Si no es por la nobleza del primero y
el carrete mutante del cuarto, el pleito y la querella no habrían tenido
sentido. Cuesta entender que hubiera pelea por esta corrida. O sea, por los
seis toros del envío, porque las hechuras de tres de ellos no auguraban nada
bueno.
Los dos toros de anzuelo entraron en el mismo
lote, el de Ponce. Talavante, desatado y feliz la pasada semana en Castellón
con un excelente garcigrande, no tuvo nada que rascar. Ureña apechó con un
descabalado, amoruchado e incierto sexto, que lo cogió y tuvo preso en el
suelo, y volvió a cogerlo cuando se puso en pie, y lo estuvo buscando con
instinto defensivo, porque, más que herir, el toro quiso irse de escena. Con la
taleguilla teñida de sangre del toro y el gesto doliente de un eccehomo, Ureña
conmovió a la gente con su entrega. Se estuvo mascando una tercera cogida.
Ponce hizo dos faenas larguísimas. La primera,
abierta en los medios porque el toro, muy codicioso, se le vino cuando brindaba
desde el platillo. Ponce resolvió el apuro con los seis mejores muletazos,
improvisados los seis, que iba a firmar en toda la tarde. Tras la apertura, se
vino a rayas y casi tablas, donde fue casi todo. No en un mismo terreno, sino
en dos, con un intermedio en el tercio. Más fueron los muletazos rehilados que
los propiamente ligados. Más suelto el toreo en redondo que al natural con la
izquierda. Muy por fuera los falsos de pecho. Con sus pausas, la faena sostuvo
el ritmo, que, en los medios, donde merecía el toro, habría sido más intenso.
Antes de la igualada, una tanda en cuclillas muy celebrada. Y una estocada
desprendida, y un golpe de verduguillo. Un aviso. El palco no atendió una
petición mayoritaria de oreja. Los hubo que se subían por las paredes.
Para calmar a la fiera, el mismo palco premió con
dos la otra faena, la del cuarto toro, donde, sumado el grano con la paja,
Ponce se embarcó en hasta doce tandas -casi la mitad, abiertas con el socorrido
molinete- de distinta textura porque el toro, nervioso, inquieto aunque llegó a
meter la cara entre las manos, no tuvo el son del primero. Un final de faena
con molinetes de rodillas, una chusca versión del cambiado genuflexo -los
postres, decía Salvador Pascual- y un delirio como si aquello fuera lo nunca
visto. Un aviso antes de la igualada, un pinchazo, una entera buena. Y a otra
cosa.
FICHA DEL FESTEJO
Tres toros -1º, 2º y 6º de Domingo Hernández y tres -3º, 4º y 5º-
de Garcigrande (Justo Hernández).
Enrique
Ponce, vuelta tras un aviso y dos
orejas tras un aviso.
Talavante, silencio tras un aviso y silencio.
Paco
Ureña, saludos tras un aviso y
una oreja.
Notable en brega y banderillas Valentín Luján.
Sábado, 17 de marzo de 2018. Valencia, 7ª de
Fallas. 10.000 almas, casi lleno. Soleado, templado. Dos horas y media de
función.
Partes médicos del diestro Paco Ureña
“El diestro Francisco José Ureña Valero, durante
la lidia del sexto toro de la corrida del 17 de marzo de 2018, ha sufrido un
politraumatismo con varetazos en pierna derecha, erosiones en ambos miembros
inferiores, contusión costal y cervicodorsal con evidente contractura del
raquis cervical y ausencia de síntomas de compromiso sensitivo y motor en
miembros superiores e inferiores. Ante la persistencia de dolor traumático en
el tránsito cervicodorsal, se le practica un BODY-TAC, con resultado normal.
Queda ingresado para tratamiento analgésico y control médico”.
“Contusión torácica y en región cervical posterior
que produce contractura muscular. Varetazo corrido en región gemelar del
miembro inferior derecho. Erosiones en miembro inferior izquierdo. Exploración
neurológica normal. Consciente y orientado. Pronóstico reservado. Se le remite
a la Casa de la Salud para estudio de imagen mediante tomografía axial
computarizada (TAC) de cuerpo entero”.
Firmado: equipo médico de la plaza de toros
de Valencia
Mañana, domingo, no podrá actuar Paco Ureña en la plaza navarra de Fitero, para lidiar toros de la ganaderia sevillana de Virgen María, alternando con El Cid y El Fandi. Le sustituirá el diestro extremeño José Garrido.
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