Las
Rozas acogió un amable festival en el que el veterano torero venezolano volvió
a sentir el calor de la afición y de sus compañeros.
GONZALO I. BIENVENIDA
Diario EL
MUNDO de Madrid
Tras el paseíllo la organización con Enrique Ponce
al frente entregó a Morenito de Maracay un cuadro de Juan García como homenaje
a su trayectoria. La afición le dedicó entonces una sentida ovación. José Nelo
correspondió emocionado. Un torero que lo entregó todo a lo largo de su
dilatada trayectoria en los ruedos de todo el mundo. Un fenómeno que fue
querido y respetado, por la afición y por sus propios compañeros que hoy le
rendían este tributo.
Arrollador, buen lidiador, espectacular
banderillero y carismático torero. José Nelo con 63 años de edad se despidió
del toreo cortando dos orejas al primer novillo de Albarrán. El momento más
emotivo llegó en el segundo tercio: Morenito de Maracay compartió el tercio con
El Fandi y con Enrique Ponce. El granadino las puso con su facilidad habitual y
Ponce sorprendió a la afición esperando al novillo pegado a tablas.
Prácticamente al relance, el maestro de Chiva aprovechó una arrancada para
pegarle un cambio muy comprometido. La afición se puso en pie entre la alegría
por lo inédito y la admiración por el riesgo. Morenito demostró porque sigue siendo
'El Rey del Quiebro' con un par arriesgadísimo. Brindó a todos sus compañeros y
dejó detalles de torería añeja como el inicio doblándose por abajo en la muleta
(dos orejas).
Enrique Ponce cuajó de principio a fin al segundo
novillo de la tarde que lució el hierro de Las Ramblas. Lo esperó genuflexo con
mucha torería. El temple fue la clave para entender al buen novillo de Las
Ramblas. Hubo naturales extraordinarios, muy despacio y muy sentidos. Hubo
cambios de mano eternos, elegantes trincherillas y las finales poncinas que
enloquecieron a los tendidos (dos orejas). Al de Las Ramblas se le dio la
vuelta al ruedo.
El tercer novillo fue de Domingo Hernandez. Le
dieron dos puyazos y muchos capotazos en los primeros tercios. Javier Conde
firmó una faena larga (dos orejas).
El Fandi recibió con una larga de rodillas en el
tercio al cuarto de la tarde. El granadino no se deja ganar la partida ni a las
chapas. En banderillas mostró una vez más su condición atlética especialmente
en dos pares al encuentro corriendo para atrás. Los tendidos entraron desde el
principio en la labor de El Fandi. Una faena larga en la que aplicó muchos
recursos para extraer el buen fondo al novillo de La Palmosilla que fue
irregular y en ocasiones embistió recto (dos orejas y rabo).
El quinto de la tarde fue de Zacarías Moreno y le
correspondió a López Simón que le brindó su actuación a Morenito de Maracay
(como el resto de sus compañeros). Al natural llegaron los momentos más
templados de su faena. Encontró la verticalidad en un final a pies juntos así
como en algunos pases del desdén (dos orejas y rabo).
Al sexto le faltó humillación y clase. Fue de
Fernando Peña y le tocó a Posada de Maravillas, que sustituyó a Cayetano. El
novillo obedeció al toque pero no fue fácil. Posada hizo un esfuerzo logrando
naturales con gusto y su personal sello. Estocada de rápido efecto. Dos orejas
y rabo.
La sorpresa de la tarde llegó de la mano del
novillero que completaba el cartel: Daniel Barbero. Meció el capote con
suavidad para recibir al novillo de Garcigrande. Las preciosas verónicas
precedieron a un acompasado quite por chicuelinas. Inició la faena con un
cambiado por la espalda para después entender al gran novillo por ambas manos
pero sin alcanzar el nivel demostrado con el capote (dos orejas y rabo). Vuelta
al ruedo al extraordinario novillo.
Una jornada emotiva, llena de felicidad por el
triunfo del toreo y del compañerismo. Morenito de Maracay volvió a sentir el
cariño de la afición y de todos sus compañeros por última vez en un ruedo.
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