domingo, 25 de septiembre de 2016

Triunfo pleno de Francisco Javier en Zea

Este domingo en el marco de la Feria de la Virgen de Las Mercedes
Francisco Javier, el ultimo exponente de lo que fue la larga lista de rejoneadores de los Rodríguez, triunfando con derecho propio en Zea. Foto: Leo León 
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz

El retraso de cerca de 90 min en el patio de cuadrillas del portátil coso La Esperanza, hizo que el festejo comenzara con casi la luz de noche presente. Se señalaba a los subalternos Gerson Guerrero y Leonardo Varela los que tenían parado el festejo por diferencia de emolumentos. Cosas ya del folklore de nuestras plazas de pueblo nacionales.

Con poco más de media plaza, en tarde soleada que luego se tornó lluviosa, se lidiaron reses de Los Aranguez, bien presentados, con kilos y trapío para plazas de mayor envergadura, nobles en distinto grado, sacando complicaciones propias del encaste.

Actuación importante del rejoneador yaracuyano Francisco Javier Rodríguez, quien estrenaba cuadra de caballos a los que sacó partido las nobles y bravuconas embestidas del astado. Por ambos pitones las ovaciones tras clavar despertaron del letargo los presentes cincelando de rejonazo certero para cortar las dos orejas.

No ha tenido la tarde más afortunada Alexander Guillén, quien pechó con un ejemplar enrazado, que no del todo le dejó estar a gusto. La inactividad pasó factura con la espada, escuchando los tres avisos, siendo silenciado. Otro astado enrazado fue el que correspondió al tachirense Antonio Ramos, hermano del recién alternativado Ángel Ramos, quien hizo alarde de un torero efectista, destacando pasajes esporádicos por ambas manos, que por poco y desarma por completo las endebles barreras, colocando en zozobra los presentes en el callejón. Recibiría palmas al final de su labor.

Cerró función con muy escasa luz artificial y amenaza de lluvia Tomás Martínez, a quien cupo un animal de limitado recorrido tras el puyazo que recetó el piquero de turno. Algunos muletazos sobre la derecha tuvieron su sabor, pero el mal uso del acero hizo que al final se le silenciara tras aviso.

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