KIKE ROSALES
@kikefutbol
Ese es el título de una obra de teatro escrita por José
Ignacio Cabrujas en 1976, que de una u otra forma nos muestra durante su
realización como se van desnudando los ropajes de quienes organizan un acto en
un pueblo llamado San Rafael de Ejido.
El acto en cuestión lleva por nombre “Colon Cristóbal, el
Genovés alucinado”, mostrando cosas que aparecen todavía fuera incluso del
libreto escrito por el dramaturgo de Catia y que se ven en una plaza de toros.
La última corrida de la feria de Tovar mostró hechos de
atención, la celebración de las cien corridas del matador Orellana llevaron
muchos reconocimientos y una serenata con mariachi antes del paseíllo, un
homenaje merecido a un profesional muy representativo además nacido Tovar.
Después de cumplirse el reconocimiento y antes del paseíllo
por el callejón de la plaza se veían caminar a hombres con armas largas, se
sentía como los fusiles andaban por la plaza, la razón de la presencia de
hombres armados en el ruedo no la conocemos.
Las reses tuvieron movilidad eso es innegable pero en este
acto se movieron además hechos más que curiosos, toda la decisión del palco
oficial no era apegada al reglamento, estaban mirando más al callejón.
En una parte del “extraño” libreto de esta corrida, alguien
se le ocurrió dentro del mayor éxtasis salir corriendo a donde fueron
arrastrados los despojos de un toro para por acto de mayor “taurinísimo” cortar
el rabo para dárselo él en vez de la comisión taurina.
De manera responsable el mismo no fue aceptado por el
matador pero una persona invitada a dar la vuelta al ruedo sin nadie saber
porque “enseñaba el rabo” que habían cortado “al estilo Jalisco”.
En un momento la corrida dejo de ser eso para convertirse en
un hecho más “pachanguero” que taurino, recordaba el homenaje a Colon en la
obra de Cabrujas mostrando como mucha gente (incluyendo a la comisión taurina)
“se salían de sus ropajes,” permitiéndonos pensar que de verdad El Genovés nunca supo para donde
iba, y cuando llegó tampoco sabía dónde estaba al igual que todos ellos en esta
extraña “similitud” con el “acto
cultural”.
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