La feria cerró con el cartel de
"no hay billetes" y como colofón, otro aldabonazo de Rubén Pinar, el
albaceteño de Tobarra, el sustituto de Roca Rey, el contrafuerte de contención
para la supuesta devolución.
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario ELMUNDO de
Madrid
Como guinda para Albacete, el cartel de «no hay billetes». Y
con la sustitución de Roca Rey de por medio. Un exitazo para una feria que
crece. Y como colofón otro aldabonazo de Rubén Pinar, el albaceteño de Tobarra,
el sustituto, el contrafuerte de contención para la supuesta devolución. De
algo habría de servir el serio triunfo del pasado día 14. Más serio el triunfo
que el toro de Daniel Ruiz con el que reeditó su temple.
Desde las verónicas, la suavidad en las manos, las telas y
las embestidas. Que «Niñero» embestía aniñado con dulce son. Pinar venía con la
hierba en la boca. Responsabilidad y mordiente. Un quite por chicuelinas y
tafalleras desembocó por ceñidas gaoneras y una revolera de resolución. Esa
misma tensión impresa quedó en el prólogo de rodillas, el molinete y en el pase
del desprecio en pie. Tensión camuflada de templanza como en las dobladas
previas. El tacto sutil también en los redondos. Como si torease de salón. Casi
más hilado que ligado. Sin soltarlo. Un pase interminable como visagra entre
las notables series. Y una espaldina como apertura de otra.
No embistió igual el toro a izquierdas. Pese al trazo largo.
Así que el ataque definitivo se produjo atado al piso. Floreada la ligazón
extrema con aquel afarolado o este circular. Un único pinchazo no cortó la
senda de la oreja.
El otro «Niñero» más toro fue superior al «Niñero» más niño.
Dos «Niñeros» en una misma bolita. Curioso cuento. Y bonita historia para Rubén
Pinar. Desde los doblones de obertura se presentía. Como en el cambio de mano
aún genuflexo. Encajado, acinturado y en los medios, enganchaba la embestida
por delante y la vaciaba por debajo de la pala del pitón. Un par de amagos de
enganchón le habían avisado de que así fuera. Y así fue. Engrasada la cabeza en
el manejo de las distancias y sólido el valor en la plomada. Y en la espera
cuando hubo que esperar. Una tanda de naturales demostró que «Niñero» por la
izquierda también era. Pero ya quería una querencia lejana en la siguiente
serie. Pinar volvió a sacáserlo de los terrenos tentadores y todavía en redondo
continuó la nueva reivindicación. Y del redondo a los circulares invertidos y
en ese plan de fin de fiesta para asegurar la puerta grande. Que realmente fue
asegurada con un espadazo inapelable. De la contundencia de su paso por
Albacete. O de su rocoso y a la vez templado concepto. El 25 de septiembre le
esperan Madrid y una corrida del Conde de la Maza. Palabras mayores.
Otro toro de Daniel Ruiz que tuvo plaza fue el cuarto. Ni
todos ni siquiera la mitad. Joder, los danieles. Buen toro también. El Juli se
había quedado contrariado con el rajado anterior. Pero ahora «Alcahuete» traía
la miel en los pitones. Especialmente por el izquierdo. Y por ahí, Julián se
expresó a placer, siempre muy abierto con el toro, el embroque tardío. Alternó
las manos sin una apuesta definitiva por el natural; por el derecho la nobleza
del danielruiz se dormía leventemente y Juli la espabilaba con toquecitos a
modo de despertador. Tic, tac, tic. Una espaldina electrificó los tendidos. Una
cadena de molinetes los embarcó. Como los circulares invertidos cuando el
aliento se intuía ya escaso. Pero el runrún de traca última se lo llevó el
descabello. Ni siquiera la espada. La estocada pasada y atravesada careció de
muerte y... El cabreo sordo de El Juli se amplificó. Quizá también consigo
mismo por irse tan atrás con los aceros. No tanto como en el anterior, pero...
López Simón sigue en esa espiral de que cuanto más torea
menos cartel tiene. Disfrutó de un noble y estrecho tercero que en el inicio de
faena sufrió sus tirones habituales. La faena siguió las largas pautas de
muletazos cortos y perfileros con cierta mejoría al natural. Volvió la
necesidad de acortar pronto espacios y el regalo de un desplante de rodillas
post circulares, que ayer los regalaban. Los efectos especiales y media
estocada atravesada dieron el fruto de una oreja.
El deslucido sexto embestía por dentro por el derecho. Así
que Simón se basó en su zurda con desdibujada fortuna.
DANIEL RUIZ/ El Juli, Rubén Pinar y López Simón
Toros de Daniel Ruiz; más
fuertes 4º y 5º sobre un conjunto de escasa presencia y noble; puntuaron a la
baja 1º y 6º.
El Juli, de corinto y oro. Estocada muy trasera y
atravesada y descabello. Aviso (silencio). En el cuarto, estocada pasada
atravesada y tres descabellos (saludos).
Rubén Pinar, de coral y oro. Pinchazo y estocada
atravesada (oreja). En el quinto, estocada desprendida (dos orejas). Salió a
hombros.
López Simón, de grosella y oro. Media estocada
atravesada. Aviso (oreja). En el sexto, pinchazo y estocada pasada (silencio).
Plaza de toros Albacete. Sábado, 17 de septiembre de 2016. Última de
feria. Lleno de «no hay billetes.
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