El ganadero defiende el Toro de
la Vega y critica la «humanización de los animales» por parte de los antis.
VICTORINO MARTÍN
GARCÍA
@victorinotoros
No es el Toro de la Vega, ni el de Coria, ni el de Júbilo.
La sociedad está en un momento crítico. Se quiere aniquilar parte de nuestra
cultura y de nuestra vida. El toro está impreso en nuestra raíces, pero hay una
corriente anti fuerte, financiada por medios muy potentes a nivel económico. El
objetivo final es acabar con las corridas de toros, con la caza, con la pesca…
El Toro de la Vega y las corridas son su mejor propaganda
para promocionar lo que buscan. Llegará un día en que prohibirán la existencia
de los perros en los pisos o incluso sacarán a las personas de sus casas para
que vivan en un establo y los animales convivan a sus anchas en las casas. Todo
es una locura: activistas que se mofan de la muerte de Víctor Barrio y piden el
pésame para la «viuda» de un perro…
¿Qué será lo próximo? Es contra natura, pretenden animalizar
a los humanos y humanizar a los animales. Todo desde un desconocimiento
absoluto, como demuestra su petición de llevarse el toro a un santuario, y,
además, con informaciones sesgadas por parte de algunos medios. He tenido que
escuchar en alguna cadena que los supuestos defensores de los animales son
gente pacífica y bondadosa y que los aficionados a los toros somos
torturadores. Hay ofensas que no se pueden consentir. Como la postura de los
animalistas: después de fastidiar a un pueblo una tradición centenaria, que casi
la totalidad del mismo quiere, resulta que van a manifestarse con provocación y
recochineo. Demasiada educación y respeto han tenido las gentes de Tordesillas.
No es el Toro de la Vega, no, ni el de Coria, ni el de
Medinaceli. Es la desnaturalización de la sociedad. Es cuestión de respeto y
libertad.
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