Sucedió en la segunda novillada
sin caballos
CIUDAD DE MÉXICO,
CDMX. Domingo 18 de septiembre (Gustavo Mares, especial).- Los novilleros
Ricardo de Santiago y Sebastián Ibelles hicieron lo más destacado en el segundo
festejo sin picadores celebrado en la Plaza México. Si no cortaron orejas fue
por sus fallas con los aceros. Se lidiaron ejemplares de San Lucas, bien
presentados y que, con matices, se prestaron para el lucimiento. El lunar del
encierro fue el que cerró plaza.
El potosino De Santiago, quien cubrió el segundo tercio en
sus dos enemigos, tardó en acomodarse con su primero. Cuando se asentó ligó
tandas despaciosas y templadas. La mácula de su actuación llegó con la toledana
pues aún no tiene una técnica depurada y fue prendido en varias ocasiones, en
una de ellas sufrió una dura caída y se lo llevaron a la enfermería, donde fue
atendido de tres puntazos leves y ya no saldría sino hasta el quinto de la
tarde. Escuchó dos avisos. Ese burel lo pasaportó el colombiano Camilo Hurtado,
quien escuchó los tres avisos. En su primero, el sudamericano, quien pasó
inédito, escuchó un bocinazo. En su segundo De Santiago no estuvo a la misma
altura de su primero.
El mexiquense Sebastián Ibelles dejó un gratísimo “sabor de
boca”. El joven torero tiene mucha idea de la lidia. Antes de correr la mano
metió al burel al engaño. Firmó la faena más estructurada de la tarde. Pergeñó
derechazos templados que le fueron coreados con fuerza. Desafortunadamente la espada
quedó caída y la oreja que pudo haber cortado la cambió por una salida al
tercio. El que cerró plaza fue el ‘lunar del encierro’. Novillo que salió
haciendo cosas de manso y al que Ibelles, de acuerdo a su edad taurina, lidió
con atingencia. Después de varios pinchazos fue ovacionado.
El galo Baptiste Cisse desaprovechó al buen tercero y fue
abucheado.
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