El maestro de Chiva triunfa con
una manejable corrida de El Pilar. *** Garrido y Castaño también tocaron pelo.
GONZALO I. BIENVENIDA
@GonIzdoBienve
Diario ELMUNDO de
Madrid
La tarde tuvo aroma a homenaje -en recuerdo de Alipio Pérez
- Tabernero- y de reconocimiento al mérito de Javier Castaño -se reencontraba
con 'su' plaza tras superar un agrio cáncer-.
Enrique Ponce triunfó este martes en La Glorieta (que
registró media plaza cubierta) siguiendo la tónica de la exitosa temporada que
lleva. El primero de El Pilar tuvo presencia y clase a partes iguales.
Aprovechó el maestro de Chiva las nobles embestidas para hacer el toreo más
relajado de la tarde. Elegancia y suavidad (oreja).
El valenciano se fajó con el cuarto. Con el toro sin definir
apostó en una faena con emoción. Con poder entendió al toro que no regaló nada.
Temple en las poncinas finales, superioridad torera (dos orejas).
Unas chicuelinas acodadas y de mano baja advirtieron del
corte de Garrido en su presentación salmantina. Entregada torería tuvo su
primera faena ante el noble y desfondado tercero. Al sexto, el más encastado,
le faltó recorrido pero Garrido lo suplió con enorme apuesta. Empaque, gusto y
valor tuvo su actuación (oreja).
Castaño, alma de acero, así titula Javier Lorenzo el nuevo
libro que recoge la superación que se proyectó ayer en el ruedo. Aguantó las
asperezas del segundo que llegó a voltearle (silencio) y se acopló al manso
quinto que desarrolló genio (oreja).
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