El 'productor de arte', como se
autodenomina, se convierte en el primer francés al frente de la primera plaza
del mundo tras más de 40 años entregado al mundo de los toros en las facetas de
empresario y apoderado. *** Aglutina ahora mismo la gestión de las plazas de
Madrid, Valencia, Alicante, Nimes, Zaragoza y Mont de Marsan. *** Casas se tiró
de espontáneo en los años 60 en Nimes a un toro de Antonio Ordóñez, llegó a
debutar de novillero en Las Ventas en el año 1967 y cortó una oreja.
ZABALA DE LA SERNA /
GONZALO I. BIENVENIDA
@zabaladelaserna / @GonIzdoBienve
Diario ELMUNDO de
Madrid
Bernard Domb Cazes (Nimes, Francia, 1947), Simón Casas en
los carteles, viene de padre polaco y madre sefardí. La historia de su nombre
ya es un historión en sí mismo. Sólo porque Domb Cazes no sonaba muy torero. Su
árbol genelógico hunde sus raíces en el Toledo español del siglo XV por el lado
de su madre. La expulsión de 1492 acabó en un éxodo a Turquía y con los siglos
y las carambolas en el regreso a Europa por una ruta que desembocó en Nimes. Y
allí el niño Bernard creció oyendo hablar el ladino o sefardí, el español que
de generación en generación habían conservado desde el siglo XV. Y soñaba con
ser torero. Porque el torero era el español en Nimes.
Por la ruta de los sueños, Blanquito, su apoderado,
confundió el sonido de Cazes con Casas, y como ya habían acordado que lo de
Domb no pegaba ni con cola en los carteles surgió el pack completo: Simón
Casas.
Ahora, con esta victoria en el concurso de Madrid, Simón
vuelve a casa, o eso dice como desmintiendo el título de primer extranjero al
frente de la Monumental de las Ventas, y cierra un círculo. Como colofón a una
apasionada trayectoria taurina no está mal.
Pasó de ser un joven inconsciente que saltó de espontáneo a
un toro de Antonio Ordóñez en Nimes en los 60 a un respetado empresario taurino
revolucionario de un mercado anclado en muchos aspectos. Antes de encontrar su
sino como productor de arte, así le gusta que se le defina, trató de ser
torero. Debutó en Las Ventas como novillero en el año 1967 cortando una oreja.
Tras varios éxitos rivalizando con otro francés, Nimeño, tomó la alternativa en
Nimes convirtiéndose en el primer torero que se doctoró en el anfiteatro
romano. De manos de Ángel Teruel y en presencia de Paco Alcalde en mayo de 1975
con toros de Dionisio Rodríguez. Anunció su retirada al día siguiente de
convertirse en matador de toros.
Tras aquella experiencia vital, decidió probar suerte en los
despachos. En la Bayona francesa encontró la mano del gran Manolo Chopera para
empezar a andar. La primera plaza que gestionó fue la de Frejus, que años atrás
había hecho famosa Pablo Picasso acudiendo con asiduidad. Ese inicio como
organizador de espectáculos le dio la posibilidad de fijarse en distintos
toreros. Su primer apoderamiento fue el de Emilio Muñoz. El maestro trianero,
aún niño, consiguió enloquecer al francés. La falta de capital le hizo alquilar
las plazas por jornada para que su joven pupilo torease. El sistema resultó un
acierto.
La lista de apoderamientos es extensa, desde Muñoz hasta uno
de los componentes de su actual proyecto venteño: Curro Vázquez. Por sus manos
pasaron José María Manzanares (padre), Cristina Sánchez, Finito de Córdoba,
Uceda Leal, Julio Aparicio, Javier Conde o Daniel Luque, entre otros. En la
actualidad dirige la carrera de David Mora. Y la de la rejoneadora Lea Vicens
como continuación de aquel otro loco lanzamiento amazónico de María Sara.
Su espíritu valiente le ha llevado a presentar distintas exclusivas
a importantes toreros a lo largo de la historia. Dos ejemplos inolvidables son
la campaña de Paco Ojeda en 1984 y el planteamiento de temporada que firmó con
El Juli. Este último lo tuvo que romper en dos para pagarle el doble de lo
acordado tras el fenómeno que supuso el lanzamiento del madrileño como matador.
Una de las medallas que luce con mayor orgullo es la de
tener buena sintonía con José Tomás. En la última época del genio de Galapagar,
Simón Casas fue capaz de conseguir su reaparición en Valencia el 23 de julio de
2011 tras la gravísima cornada de Aguascalientes (México) y de programar la
histórica mañana del 16 de septiembre de 2012 de los seis toros de Nimes.
Además cuenta con la autoría de cinco libros de temática taurina, sólo uno de ellos
traducido al castellano: La tarde perfecta de José Tomás (Demipage, 2013), que
prologó el cantante Andrés Calamaro.
En la ya penúltima adjudicación de Las Ventas formó parte
del equipo de Taurodelta cuando José Antonio Martínez Uranga le convenció para
concursar juntos y de formar una candidatura única que no encareciese el
concurso. Organizó una rica agenda cultural de la Feria de San Isidro en una
carpa que se instaló en la explanada exterior del coso. Para aquellas jornadas
logró contar con personajes de la Cultura de la talla de Mario Vargas Llosa,
Albert Boadella o Fernando Sánchez Dragó, con quien le une una especial
vinculación. Pero sus responsabilidades taurinas fueron nulas. Finalmente se
desvinculó de Taurodelta para centrarse en las plazas que gestiona en la
actualidad.
Ahora asume la gestión de la plaza más importante del orbe
taurino de la mano de Nautalia. Un proyecto ambicioso que ha reventado al alza
la licitación venteña desde los 2,8 millones del canon de explotación a los
casi 3 millones del Plan del Fomento, Publicidad y Difusión pasando por la
rebaja del 10% a los abonados o la inversión en las Escuelas de Tauromaquia,
que roza 1 millón de euros.
Aquel melenudo joven nimeño que saltó de empresario en un
toro de Antonio Ordóñez allá por los años 60 se sienta desde hoy en el trono
del toreo y bajo sus dominios se extiende un vasto territorio desde Valencia,
Alicante y Zaragoza a Mont de Marsan y Nimes, su gran tesoro, allí donde empezó
todo.
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