El extremeño sigue con su
temporada de madurez, corta las dos orejas al mejor toro de Garcigrande/Domingo
Hernández y sale a hombros con un Juli exageradamente recompensado. *** El
palco afana la puerta grande a Diego Ventura, que corta una oreja y da dos
vueltas al ruedo.
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario ELMUNDO de
Madrid
Cuando la temporada encara su recta final aún cobra más peso
Alejandro Talavante. Cada día, cada tarde. Por cómo fluye el toreo, por la
claridad con la que brota, por la naturalidad que emana, por el valor invisible
que lo sostiene, por la frescura que desprende. Volvió a ser en Albacete. Como
ha sido en Valencia, Sevilla, Madrid, Pamplona, San Sebastián, Valladolid...
Qué fácil lo hace y lo difícil que es. Torear así. Coger los toros aquí abajo,
reunirse con ellos, pasárselos y decirles adiós. Y una vez sentidos en la palma
de la mano hacerlos muñeca, cintura y compás. Pinceladas impresionistas de
fantasía torera salpican el cuadro como arabescos que entran por los ojos. Como
toques de personalidad made in Tala. Joyas de la India.
Todo lo escrito se concentró en la faena a toro de
Garcigrande de fino hocico, estrechitas sienes y lavadita expresión. Que había
madera para prender la hoguera del fuego talavantista se presintió en el quite
de Alejandro por gaoneras. Cuando el toro sacó su fijeza en lucha con las
huidas que hasta entonces le habían tentado.
Revoloteaban recortes sueltos como mariposas. Cumplió AT con
la presidencia, ya portaba el cartucho de pescao en la izquierda. Tranquilamente
llamó al garcigrande en los medios con todos los metros que les distanciaban y
desplegó la muleta. De ella nacieron cinco naturales sedosos que se fundieron
con un vertical molinete zurdo. La derecha dibujó una serie bestial por
embrocada, enroscada y verdadera. Desembocó en un cambio de mano interminable.
Como el de pecho que se vació por la hombrera contraria. Una arrucina al paso
marcó como cierre la siguiente ronda de espléndidos redondos. Entre series
escarbaba el torillo. Igual que se había dolido en banderillas.
Como le costaría a partir de mediada la faena seguir el
ritmo de Talavante, que todavía cincelaría derechazos esculturales. Se despidió
con unas manoletinas mirando al tendido a modo de seducción. Aunque el guiño
final corrió a cargo de la estocada. La puerta grande abierta de par en par
para un torero que, como dice mi compadre Tristán, camina a otro nivel de los
demás. Como lo que va del Teide al nivel del mar.
El Juli empató con el cabezón, cargado y noblote quinto de
Domingo Hernández en el marcador a Talavante. Pero sólo en el marcador. No se
explica. Si bien es cierto que Julián lo exprimió con toda su ciencia, la
presidencia se columpió. Quizá sería para recompensar a la Casa Lozano por
haberle afanado a Diego Ventura el doble premio de un faenón incontestable. Una
extraña ley de la compensación.
Las virguerías que cuajó Ventura con «Sueño» y «Chalana» se
quedaron en una sola oreja y una bronca atronadora que funcionó como espoleta
retardada con el torero a pie. A Juli no se le sintió a gusto en toda la tarde.
Ni cuando entró a matar con sobresalto. Y menos con un primero recortado y bajo
de amplia cara que se movió siempre muy apoyado en las manos. Frenado en ellas,
viniéndose gazapón y sin irse nunca con sus aristas. Forzado Juli digamos que
por la responsabilidad de cumplir. En aquellos albores de la tarde, Ventura se
había quedado sin toro desde «Nazarí» en adelante. Amigos del caballo,
interpretó la banda.
Ni el momento de un año entero, o dos o tres, en los que
Alejandro Talavante ha adquirido su madurez, sirvieron para extraer agua de
pozo seco del grandón y parado sexto. También de Domingo Hernández y tan
pesadote, atacado y simplón como el anterior; los de Garcigrande habían venido
más finos y ligeros de caja y equipaje. Una escalerita de dos y dos. Talavante
no se dio coba. Pero se eternizó con los aceros. La eternidad ya esperaba
rendida. Hace tiempo que le reclama.
ÁNGEL SÁNCHEZ | GARCIGRANDE | Diego Ventura, El Juli y Alejandro
Talavante
Toros de Ángel Sánchez para
rejones (un 1º que no duró y el buen cuarto 4º); y cuatro de Garcigrande (2º y 3º) y Domingo Hernández (5º y 6º); desiguales
de presentación, dos y dos; destacó el 3º sin final; noblote el 5º; frenado de
manos y con su guasita el 2º; parado el 6º.
Diego Ventura, pinchazo y rejón trasero (saludos). En el
cuarto, rejón en lo alto y descabello (oreja, fuerte petición y dos vueltas al
ruedo).
El Juli, de verde botella y oro. Estocada corta y trasera
(silencio). En el quinto, estocada honda pasada. Aviso (dos orejas).
Alejandro Talavante, de verde hoja y oro. Estocada pasada (dos
orejas). En el sexto, dos pinchazos, media estocada tendida y varios
descabellos (silencio). Salió a hombros con El Juli.
Plaza de toros de Albacete. Jueves, 15 de septiembre de 2016. Octava de
feria. Lleno.
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