El extremeñó regresó con éxito al
escenario donde recibió la grave cornada en 2015. *** Montalvo lidia una
interesante corrida con un enclasado segundo y un encastado tercero. *** Paco
Ureña cortó un trofeo y Castella escucha tres avisos en el cuarto.
GONZALO I. BIENVENIDA
Diario ELMUNDO de
Madrid
El berrendo en negro que hizo segundo recordó a los
nostálgicos el origen Martínez del clásico hierro salmantino. El encaste
principal de Montalvo ya ha cambiado pero algunos goterones genéticos siguen
saltando para recordar con esta inusual capa porqué esta ganadería fue tan
disputada por las figuras en épocas pasadas.
El buen berrendo colocó la cara con clase desde que salió
por chiqueros. Perera entendió la bondad del toro como un regalo del cielo en
el reencuentro con la plaza en la que cayó gravísimamente herido en 2015.
Miguel Ángel Perera disfrutó de la reconciliación entendiendo la calidad del
berrendo, «Brivón» de nombre. Además de humillar con ritmo tenía un pasito más
allá al final del muletazo para mayor comodidad del torero. En la faena de
Perera no hubo arrimón ni atragantón final como acostumbra porque con buen
criterio 'sólo' toreó. Templado, delicado, con pulso desarrolló una medida
faena. La clase de «Brivón» fue premiada con la vuelta al ruedo. Perera paseó
dos orejas y cerró el círculo, como si por fin un año después hubiera terminado
de cicatrizar la herida del vientre.
Perera brindó el quinto al público tras ver la buena
voluntad del toro en los primeros compases. La infinita nobleza se agarró al
piso y Perera recuperó su tauromaquia más encimista con su particular poder.
Entre los pitones logró momentos de interés. Dos desafortunados pinchazos
emborronaron todo.
Otro gran toro fue el tercero. La seriedad en el tipo le
acompañó en la embestida. Transmitió por abajo el bravo «Relamido». A Paco
Ureña le molestó el viento en distintos intervalos de su faena. Se atropelló
por momentos pero consiguió dar muletazos con la pureza que acostumbra. La pata
y el pecho por delante hicieron entrar a los tendidos. Cortó una oreja, «Relamido»
llevaba dos.
El lote de Sebastián Castella resultó el más deslucido. El
primer montalvo resultó abanto en los primeros tercios. En la muleta, informal,
no tuvo maldad y el francés se justificó. El cuarto fue mansote. Sin ocasionar
grandes dificultades -como sus hermanos- fue reticente a la pelea. Castella
porfió sin medida logrando dos tandas de naturales a final de faena
aprovechando las querencias y la humillación del toro. Le costó cara la
insistencia llegando a escuchar los tres avisos. Los profesionales se refugiarán
en las circunstancias, para los aficionados resulta muy grave que una figura
del toreo actual como Castella se deje un toro vivo.
Se lastimó durante la lidia el sexto. La calidad mermada
apuntó a que podría haber sido otro toro importante. Ureña le dio sus tiempos
entre tandas para que recuperase el aire el último de Montalvo que quiso pero
nunca pudo. La paciencia del murciano se tradujo en unos naturales con su
entregado sello.
La Glorieta volvió a registrar una entrada más baja de lo
esperado para el cartel que era. Esta vez no se llegó a cubrir la mitad del
aforo, probablemente por los disparatados precios. Salamanca y Sevilla se
disputan cuál es la plaza más cara de España.
Montalvo obtuvo el premio al toro más bravo 2015 y en esta
ocasión la corrida estuvo muy bien presentada que dio grandes opciones a Perera
y a Ureña.
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