EFEMERIDES - Sesenta años de la alternativa de Paco Camino en Valencia

Este viernes es el aniversario de la corrida del doctorado del «Niño Sabio de Camas».

 

S. T.

Diario ABC de Sevilla

Este viernes se cumplen sesenta años de la alternativa de Paco Camino en Valencia. El niño sabio que acabó siendo un Mozart del toreo. Partió siendo un crío de su localidad natal (Camas) para no volver jamás. Desde su fulgurante etapa como novillero se presagiaba lo que tal día como hoy ocurrió en 1960 en Valencia: Jaime Ostos lo doctoró en tauromaquia con toros de Urquijo. Cerró el cartel Mondeño.

Bastante alejado del mundo taurino, Camino celebrará la efeméride en su cuartel general de la finca «Los Camino», en Candeleda (Ávila). Allí cría únicamente para su gozo los toros de Santa Coloma que le compró en su día a Joaquín Buendía y por otro lado los que llegaron del Marqués de Domecq.

Debutó con catorce años en Cumbres Mayores, junto al que después fue su compadre, Diego Puerta. Miradas de tigres en aquellos patios de cuadrilla, que después se convertían en bromas y cariños en sus reuniones familiares.

Desde su etapa como novillero quedó constancia de la importancia del camero como torero. Su ejecución de la suerte suprema sigue siendo objeto de cátedra hoy día. Y sus particulares chicuelinas obtuvieron un sello especial: «las chicuelinas de Camino».

No se presentó en la Real Maestranza de Sevilla hasta el año siguiente de su alternativa. Para ser más concretos, dos días después: el 19 de abril de 1961. Volvió a aparecer Mondeño en el cartel, con la presencia del maestro de Ronda Antonio Ordóñez.

Debutó al siguiente mes en la que sería su plaza, Las Ventas de Madrid. Salió doce veces a hombros por la calle Alcalá, once de ellas entre 1967 y 1976. Entre medios llegó la tarde de su indiscutible consagración: la encerrona de las ocho orejas en el coso capitalino. Un triunfo insuperable. Fue en 1970.

Nunca terminó de entrar en Sevilla, feudo de su paisano Curro Romero. Se retiró del toreo en 1987 dándole la alternativa a su hijo Rafi en la plaza francesa de Nimes. Cinco años antes ya se había despedido de la profesión, pero volvió a enfundarse el chispeante junto a Miguel Báez «Litri» para alternativar a ambos vástagos.