En
cosos nacionales
Los hermanos don Francisco y don José Madrazo García Granados formaron La Punta y Matancillas / ADARBO |
La
Punta regó su ‘sangre’ en otras casas que han tenido sonoros triunfos gracias a
la semilla sembrada por ellos en la crianza de ganado bravo
ADIEL
ARMANDO BOLIO
Especial para
VUELTA AL RUEDO
La cuarta familia que junto con la Barbabosa, la
González y la Llaguno le dieron los cimientos al afianzamiento en la crianza
del ganado bravo en México fue la Madrazo y sobre esta estirpe campera el
colega y amigo Eduardo Castillo García nos dice lo siguiente en su obra
“Nuestro Toro”.
“En 1884 don Ignacio Madrazo Carral compró la
Hacienda de La Punta en el campo bravo jalisciense. Al morir en 1911 se
hicieron cargo del rancho sus hijos don Francisco y don José Madrazo García
Granados, quienes en 1918 decidieron formar una ganadería de reses bravas con
40 vacas de San Nicolás Peralta y dos sementales españoles, uno de Parladé
llamado ‘Pinchasapos’ y, otro, del Marqués de Saltillo ‘Finezas’.
En 1925, al no estar satisfechos con los
resultados y por consejo de su amigo, el célebre diestro trianero don Juan
Belmonte, se deshicieron de todo el ganado conservando solamente los sementales
españoles para entonces empezar nuevamente la formación de la vacada con 11
hembras de Parladé: ‘Mezquina’, marcada con el número 987; ‘Olivera’, con el
914; ‘Pelá’, con el 947; ‘Milagrosa’, con el 841; ‘Capuchina’, con el 920;
‘Pegajosa’, con el 979; ‘Recobita’, con el 998; ‘Presidiaria’, con el 910;
‘Camisera’, con el 908; ‘Lagrimosa’, con el 919 y ‘Venena’, marcada con el
número 957. Asimismo, un par de erales: ‘Comparito’, con el 29 y ‘Candilejo’,
con el 83. Además de dos utreros: ‘Sardiero’, con el 29 y ‘Conco’, marcado con
el número 20. Más tarde importaron de España 40 vacas, cuatro sementales, 10
utreros, nueve erales y dos añojos de Campos Varela.
En 1926 formaron la dehesa de Matancillas como una
fracción. Llevaron así, con rigurosa selección son cruzar esta sangre,
caminando poco a poco acrisolados en el fracaso y en el triunfo para ir
escalando peldaños hasta ser una de las ganaderías más importantes, logrando
mucha fama por la imponente presencia y extraordinario juego de sus toros.
Fue la ganadería con más cabezas en el mundo.
Baste recordar a ‘Pinturero’, ‘Arribeño’, ‘Mexicano’, ‘Volador’ y ‘Candilejo’,
magistralmente lidiados por el entonces jovencito diestro Fermín Espinosa
‘Armillita Chico’. Estrictos y firmes en sus convicciones de la casa lidiaban
toros con cinco años de edad cumplidos y 30 arrobas en la báscula, además de no
permitir ni una sola mancha blanca en el pelaje para ser presentados con
orgullo en cualquier plaza.
En 1940 trajeron otros dos sementales ibéricos de
Domingo Ortega, quedando así definitivamente formada la dehesa para gloria de
su nombre y honra de la ganadería brava mexicana, además de regar su ‘sangre’
en muchas casas que han tenido sonoros triunfos gracias a la semilla sembrada
por estos grandes hombres en la crianza de ganado bravo nacional.
Así, basada en estos cuatro pilares fundamentales
en la primera mitad del siglo XX se consolida la independencia taurina de
México, todo gracias a la escrupulosidad, el amor a la tierra y a los toros, la
afición y la honradez de estos ganaderos es que se ha logrado tener un toro
propio en nuestro país”.
DATO
La Punta llegó a ser de las dehesas más importantes, logrando
mucha fama por la imponente presencia y extraordinario juego de sus toros
Para superar la
crisis: Pablo Moreno llama a la unidad
Afirma
y propone como aficionado que la Fiesta de los Toros necesitará nuestra
solidaridad, cariño y amor por ella para recuperarla
El ganadero jalisciense y director de la empresa
“Casa Toreros”, Pablo Moreno Valenzuela, en su carácter como aficionado a la
Fiesta Brava, preocupado por los actuales acontecimientos sanitarios por el
coronavirus, extendió un documento al que, de verdad, se le debe poner
atención. De esta manera entonces se dirigió a toda la familia taurina:
“La Tauromaquia existe desde hace más de 500 años
y, a lo largo de su historia, ha sobrevivido a desastres naturales, pandemias,
crisis económicas y, sobre todo, a ataques de intereses mezquinos que la han
utilizado políticamente para sacar algún beneficio.
Este 2020 nos azota una pandemia que está
cambiando el curso del planeta, habrá un antes y después del Covid-19. Aún es
difícil calcular loa daños, no sólo en cuestión de pérdidas de vidas humanas
sino también en materia económica, prácticamente en todos los ámbitos. Todo
parece indicar, que será esta una crisis humanitaria sin precedente en la
historia. Pero también debe ser un momento de reflexión para el mundo y, por
supuesto, la Tauromaquia no es la excepción.
Una de las culturas milenarias más importantes es,
sin duda, la cultura china. En ella, para escribir la palabra ‘crisis’, se
utilizan dos caracteres: WEI-JI. Wei significa peligro y Ji que significa oportunidad.
La crisis es en ese sentido, el punto de quiebre de un proceso, el momento
álgido de una enfermedad, es el momento crítico en el que un paciente o se cura
o muere. Por ello, para la Tauromaquia esta crisis que se avecina debe ser eso,
un momento de oportunidad, un momento crítico y fundamental que invite a la
reflexión, a mirarnos hacia adentro, momento en el que todos los que formamos
parte de ella, empresarios, toreros, ganaderos y aficionados, nos unamos para
que juntos recuperemos a ese paciente que, sin duda, quedará con secuelas
después del Covid-19.
¡Olvidémonos de la soberbia y seamos humildes para
hacer un gran equipo, nadie puede solo, nos necesitamos!
La Fiesta de los Toros necesitará nuestra
solidaridad, cariño y amor por ella para recuperarla. Que todos le entreguemos
algo sin esperar recibir algo de ella, que hagamos un esfuerzo colectivo enorme
para ayudarla a ser a toda costa una fiesta taurina por y para el pueblo, más
cercana, más accesible, que no discrimine, que no deje fuera a nadie y que en
los tendidos volvamos a caber todos.
Sólo las plazas llenas pueden salvarla nuevamente.
Es fundamental que lo hagamos, es ahora o nunca.
El día después del Covid-19, nuestra familia
taurina quedará muy golpeada y vendrá de mucho sufrimiento por las bajas de los
que ya no podrán acompañarnos en los tendidos. Pero estoy seguro de que si nos
unimos y hacemos lo que nos corresponde como la gran familia que somos, igual
que sucedió en anteriores ocasiones, la Fiesta de los Toros volverá y lo hará
con más fuerza que nunca”. #volveremosalasplazas #lafiestaestadepie. Firma el
documento como aficionado Pablo Moreno Valenzuela.
En Coaxamaluca: Héctor
Gabriel prueba un toro para semental
Cumpliendo
con las indicaciones sanitarias, el espada poblano logró entrenar de manera
intensa en el campo bravo tlaxcalteca
El reciente fin de semana el ganadero tlaxcalteca
don Rafael González Bocardo, propietario de Coaxamaluca e hijo del añorado
“Cuate” González, invitó al fino matador de toros poblano Héctor Gabriel para
tentar un toro, según lo informa el colega Ángel Sainos.
La ardua e importante faena campera se realizó con
la privacidad obligada, observando las medidas sanitarias que exigen estos
difíciles tiempos, de ahí que le fuera confiada encomienda al joven diestro de
la angelópolis, quien haciendo uso de su oficio, entendió las magníficas
condiciones del serio ejemplar cuya calidad, bravura y trapío llenaron los
requisitos del exigente criador que lo aprobó para semental, se comenta.
El atractivo astado cárdeno bragado, de nombre
“Covidano”, marcado a fuego con el número 49, se apunta que embistió con
bravura al caballo y derrochó clase por ambos pitones poniendo así en alto su
divisa.
Sin duda, fue un día relevante para Héctor, quien
hace poco cumplió tres años de alternativa y que en esta oportunidad puso de
manifiesto su intacta determinación para figurar en la expectante Fiesta Brava.
Por cierto, al matador le acompaño el ganadero don
Juan Carlos González Esnaurrizar, estando atento a la lidia del burel y
apoyando como siempre la carrera del torero.
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