JORGE
ARTURO DÍAZ REYES
@jadir45
Mortinata, la temporada deja la vida sin vivirla.
Ya no tendrá cielo, sol, nube, sombra, lluvia, calor, frío, brisa, bandera,
bullicio en los pasillos, capotes en las barreras, cuadrillas en los
callejones, cámaras en los atriles, público en los tendidos, clarines al
viento, toros al ruedo, jaleos, pitos, palmas, ovaciones, trofeos, broncas,
éxitos, fracasos, vueltas, bochornos, triunfos, derrotas, apoteosis, miedo,
arrojo, sangre, gloria, pena...
Cuánta plaza cerrada. Cuánto paseíllo abortado.
Cuánta faena imposible. Cuánto toro inédito. Cuánto torero parado. Cuánta
carrera cortada. Cuanta ilusión desechada. Cuánta fiesta prohibida. Cuánto
suceso insuceso. Cuánto arte inconcebido. Cuánta devoción guardada. Cuanta
energía retenida. Cuánta noticia sin hecho. Cuánto feligrés sin rito. Cuánto
antitaurino sin su razón de ser…
Lo que pudo haber sido no fue. Ya no correrá
manso, bravo, aplomado; noble, avieso, avisado; borrego, marrajo, terciado;
utrero, cinqueño, anovillado; negro, albahío, colorado; sardo, jabonero,
atigrado; caribello, estornino, salpicado; berrendo, zambombo, vareado; dige,
veleto, destartalado; gacho, delantero, facado; tuerto, feo, avacado; bonito,
bruto, acompasado; tardo, abanto, aplomado; fiero, boyancón, pregonado; huido,
gazapón, descastado...
No alumbrarán verónica, revolera, chicuelina;
larga, cambiada, belmontina; mariposa, gaonera, serpentina; nazarena, marinera,
cacerina; farol, saltillera, fregolina. Ni vendrán caballo, vara, tumbo, susto,
chillido, quite, cuarteo, sesgo, topacarnero, saludo. Ni brindis, estatuario,
capeína; trinchera, natural, riverina; molinete, circular, granadina; forzado,
péndulo, manoletina; noria, tresenuno, bernadina; cambio, desdén, pedresina;
tanda, firma, dosantina; arrimón, distancia, vitolina; trapazo, desplante,
arrucina…
Las espadas no irán a recibir, a volapié,
aplaudidas; al encuentro, a capón, ignoradas; a la cruz, limpias, premiadas; al
contrario, al rincón, olvidadas; a los bajos, al cuello, protestadas; adelante,
atrás, atravesadas; al hueso, cortas, envainadas; medias, hondas, avisadas; completas,
lagartijeras, descentradas; en guardia, degollantes, rechifladas; escupidas,
alevosas, abroncadas; frontales, fulminantes, ovacionadas, fotografiadas,
publicadas, perennizadas…
Tampoco habrá devoluciones, indultos, ni arrastres
aclamados, discretos, solemnes, vergonzantes, presurosos, lentos, reverentes.
Ni vocerío. Ni pañuelos. Ni sombreros. Ni acuerdos. Ni desacuerdos. Ni
pasodoble, ni marcha, ni pasacalle. Ni enfado. Ni alegría. Ni llegada
expectante. Ni salida, con ganas de torear o de morirse...
Cuántos de siempre no volverán jamás. Dejan vacío,
espera, desconcierto…
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