El
presidente de la Fundación del Toro de Lidia confía en que la situación «se
alivie un poquito en verano»
El apagón taurino sigue destruyendo día a día a un
sector que se enfrenta a pérdidas irreparables, más aún en el caso de los
ganaderos, como Victorino Martín, quien, sin embargo, todavía tiene «la
esperanza» de poder lidiar antes de que acabe el año, de ahí que mantenga en el
campo «toda» su camada para 2020.
«La esperanza es lo único que se pierde, y yo soy
de los tienen esa fe de que en algún momento, en algún periodo del verano, se
abran las posibilidades de poder dar festejos. Eso aliviaría un poquito la
situación, que, a día de hoy, es bastante delicada, señala el propio Victorino
Martín en una entrevista con la agencia EFE.
«¿Qué industria o actividad es capaz de soportar sin ingresos
y con gastos?»
Propietario de uno de los hierros más prestigiosos
y afamados de la cabaña de bravo, y uno de los máximos estandartes del encaste
Albaserrada, Victorino asegura que la paralización de la actividad está
poniendo contra las cuerdas a la industria taurina, pues, como también
reconoce: «Llevamos casi ocho meses sin ingresos de ningún tipo, y esta
situación, en ciertos casos, se hará insoportable».
«Nosotros llevamos el último trimestre del 2019 y
todos estos meses de 2020 sin ingresos, y tenemos que seguir dando de comer a
los toros todos los días, además de pagar a los trabajadores a final de mes»,
reconoce.
«¿Qué industria o actividad es capaz de soportar
sin ingresos y con gastos?», se pregunta el ganadero, que tenía preparadas para
este año unas 16 corridas, o, lo que es lo mismo, un stock de 102 toros, la
gran mayoría cinqueños, que todavía siguen en el campo a la espera de
acontecimientos.
«Sé que muchos compañeros están tomando ya medidas
drásticas y sacrificando animales; pero yo voy a esperar, no quiero volverme
loco, pues, insisto, tengo esperanza de que la situación pueda aliviarse durante
el verano», remarca.
Trabajo a diario
Con toda la camada de 2020 intacta y con todos sus
trabajadores también en nómina, el día a día en su ganadería no ha cambiado
prácticamente nada: «El campo hay que trabajarlo todos los días, hay que seguir
a pleno rendimiento y sin descuidar absolutamente nada».
«Los animales comen todos los días, hay que seguir
apartando toros y hay que revisarlos también diariamente. Lo único que ha
cambiado es que no viajamos nada y que todo el tiempo que disponemos lo dedicamos
a la ganadería y a nuestra familia», indica.
Sin olvidar tampoco en la necesidad de buscar
soluciones, pues también es consciente que debido a esta crisis habrá
ganaderías que no aguanten y acaben desapareciendo, y con ellas una pérdida
genética irreparable.
«La verdad que sería una pena que eso ocurriera,
pero a lo mejor también sirve para que la Administración se dé cuenta del
patrimonio que supone la ganadería brava y toda la tauromaquia en general»,
considera Victorino.
Por lo pronto, la primera toma de contacto entre
el sector taurino y el Ministerio de Cultura ha sido «positiva» a pesar de no
ser atendidos por el propio ministro, quien delegó en el secretario general del
ministerio, Javier García Fernández, y en el director general de Bellas Artes,
Román Fernández-Baca,
«Estamos muy contentos del trato que nos dieron.
Demostraron que conocían perfectamente lo que es el mundo del toro, cuál es
nuestra problemática y lo que significamos para el país. Nos han dado buenas
esperanzas y nos han asegurado que nos atenderán como merecemos», confiesa el
también presidente de la Fundación del Toro de Lidia (FTL), erigida en portavoz
del sector taurino.
Antes de que lleguen las ansiadas ayudas, algunos
aficionados, a través de las redes sociales, pedían que a los ganaderos se les
permitiese empezar a lidiar toros con seis años, como una medida para evitar
que muchas cabezas de ganado acaben en el matadero a final de esta temporada.
Sin embargo, Victorino no lo ve tan claro, pues, como él mismo advierte: «Esto
puede desencadenar una sobreoferta de toros en el mercado que podría ser
incluso dañino para nosotros».
«Mira que yo tengo la mala suerte de tener un buen
número de cinqueños. Pero ni así lo veo. Otra cosa sería que se lidiase más,
que hubiera mas festejos y pudiéramos adecuar la oferta a la demanda. Pero si
hay toros de sobra para temporadas venideras no es necesario cambiar nada»,
apostilla.
Lo que sí tiene claro es que para recuperar la
normalidad cuando la pandemia esté controlada es fundamental «quitarse los
miedos y los complejos que podamos haber cogido en esta época».
«Para el mundo del toro es crucial que cuando se
vaya pudiendo dar festejos la gente vaya a las plazas. Solo así reactivaremos
el sector y podremos disfrutar nuevamente de nuestra pasión», concluye.
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