En la
zoología
Presenta
características físicas y temperamentales propias de un bóvido salvaje,
destacando la información genética que aporta su cromosoma y que hace única a
la raza
ADIEL
ARMANDO BOLIO
Especial para
VUELTA AL RUEDO
Sobre el interés zoológico que tiene el salvaje
toro de lidia dentro de la fauna mundial, a diferencia de la domesticación de
ganado, los expertos en la materia hacen varias acotaciones que definen
perfectamente lo incomparable, única y especial que es la crianza del toro
bravo en todo el Orbe Taurino.
Es por eso que los especialistas argumentan que al
contrario de la mayoría de las razas de ganado doméstico, los toros de lidia
presentan una serie de características físicas y temperamentales más propias de
un bóvido salvaje, destacando además la información genética que aporta su
cromosoma y, que, hace única a esta raza.
Esto no debe resultar extraño si se tiene en
cuenta que a la hora de desarrollar estas castas los criadores nunca
pretendieron potenciar cosas como una mayor producción de carne y leche o una
mansedumbre y ausencia de cuernos acentuadas para hacer a los animales más
manejables al trato humano sino que simplemente se buscó conservar, y aun
potenciar ligeramente, un comportamiento algo más violento de lo normal que
hiciera al animal más propenso a la acometida y por tanto al espectáculo
taurino.
Se dice que ciertos autores como el holandés Cis
van Vuure han señalado diversas coincidencias en la estructura corporal y
coloración comunes del toro de lidia con las poseídas por el hoy extinto toro
salvaje europeo o uro, del que se diferencia por poco más que su menor tamaño y
longitud de cuernos.
Durante su vida en semi libertad en las dehesas,
el toro de lidia mantiene también unas costumbres similares a las de un animal
salvaje, formando manadas, defendiéndose de posibles peligros por sí mismo y
desempeñando una labor incalculable en el medio.
Es por ello que Van Vuure llega a sugerir incluso
que los toros de lidia son aún más “urinos” que los uros recreados por cría
selectiva en algunos zoológicos durante el siglo XX, como el llamado Bovino de
Heck y que hoy han sido introducidos en reservas naturales de los Países Bajos
y Alemania.
A pesar del empeño puesto en la selección, estos
supuestos uros modernos siguen presentando en la actualidad una complexión más
ligera de la esperada, tamaño erróneo, cuernos de longitud variable y
coloración no siempre correcta. En el aspecto temperamental los uros recreados
se encuentran en una situación aún peor, ya que son incapaces de encontrar
alimento suficiente en invierno o defenderse de los lobos.
Por esta y otras razones, los críticos de los Heck
consideran su experimento fallido, consistente en un simple grupo de vacas
sacadas del establo y puestas a pastar en bosques y praderas. El profesor Z.
Pucek, responsable del programa de recuperación del bisonte europeo en el
Bosque de Bailowieza, en Polonia, ha llegado incluso a definir al toro de los
Heck como “la mayor estafa científica del siglo XX” y se ha negado en rotundo a
la introducción de unas cuantas cabezas en la reserva.
En su lugar, parte de estos críticos proponen
someter a los toros de los Heck a un nuevo programa de cría o sustituirlos
directamente por una nueva generación de ganado selecto partiendo de cero.
Así, el Tauros Project de los Países Bajos
descartaría definitivamente al toro de lidia dando peso a razas de
características primitivas como la tudanca de Cantabria, la pajuna andaluza, la
sayaguesa de Zamora, la esteparia de Hungría, las enanas de Córcega y Turquía,
la podolica de Italia, el toro de la Camarga y la maronesa e Portgugal.
Una vez ubicado al toro bravo o de lidia en
contexto, ahora nos daremos a la tarea de abordar el tema, en nuestra siguiente
entrega, sobre la llegada de este tipo de ganado a nuestro país, misma
situación que se dio a la par en el inicio de la conquista española en 1521 en
el desembarque de las tropas que comandaba el marqués extremeño Hernán Cortés.
DATO
Durante su vida en semi libertad en las dehesas, el toro de
lidia mantiene también unas costumbres similares a las de un animal salvaje
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