CARLOS RUIZ
VILLASUSO
@CRuizVillasuso
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Redacción
APLAUSOS
Sinceramente, ver un debate parlamentario del
nivel político y humano del Jueves Santo me produce la reacción después de un
despilfarro. Despilfarro de recursos, despilfarro de moral y un insulto global
al sufrimiento de España. Regresaron nuestros empleados a las más bajas formas,
insultos, agresividad y frentismo como si España no se estuviera desangrando.
Y, dentro de esta voracidad y concurso de incitación al odio, Adriana Lastra y
Echenique se pusieron en primera línea con hambre de vísceras.
España y los españoles merecemos mejores políticos. Nos
tienen divididos a todos en sus bandos, que son dos cuando les conviene y son
muchos más a la hora de votar. Ni siquiera ahora son capaces de darse la mano,
de hacer un alto en sus guerras y de mostrarse solidarios con el país
España y los españoles merecemos mejores
políticos. Nos tienen divididos a todos en sus bandos, que son dos cuando les
conviene y son muchos más a la hora de votar. Ni siquiera ahora son capaces de
darse la mano, de hacer un alto en sus guerras y de mostrarse solidarios con el
país. Uno no pide que no haya debate, es más, lo exige. Pero ese cainismo que
esta generación de políticos ha introducido de forma permanente en el
Parlamento es ya una vergüenza histórica.
¿Acaso el poder por el poder es lo que importa? Si
es sí, a lo mejor a la salida de esta peste, les damos una lección con una
Iniciativa Legislativa Popular sobre sus prebendas de casta y clase, sobre su
inutilidad. Es, no ya lamentable, sino preocupante, hacia qué extremos del odio
nos están llevando y están llevando a sus tribus la mayoría de los políticos.
La exhibición de insultos, acusaciones gravísimas y descalificaciones sin
argumento alguno de Adriana Lastra, deberían dar vergüenza a un Jefe de
Gobierno que va a pedir unos nuevos Pactos de la Moncloa.
Otra mentira. Ni pueden ni quieren. La clase
política actual es palmariamente grosera y zafia. La mayoría provienen del
trabajo público, son cuotas de internos intereses y algunos, como la propia
Lastra, hacen ostentación sin pudor alguno de su nula formación y de su
tendencia al barriobajerismo. Para ser médico que cure y salve vidas hay que
estudiar mucho y duro. Para ser diputado, ministro o presidente basta con
formar parte de una tribu. Habríamos de revisar esta cosa llamada estulticia
para que la política regrese a ser lo que tiene que ser.
Y, sinceramente, no veo ni intuyo talento alguno
oculto entre la oposición, también de discurso escrito, sin cintura de ideas y
de oratoria. A los insultos reaccionan ofendidos en lugar de revertir el
insulto a la boca de quien lo dijo y lanzar un mensaje a los españoles claro de
que dos no pelean si uno no quiere. El día que un político insultado haga ver
eso a los españoles, el insultador tiene los días contados.
Para ser médico que cure y salve vidas hay que estudiar mucho
y duro. Para ser diputado, ministro o presidente basta con formar parte de una
tribu. Habríamos de revisar esta cosa llamada estulticia para que la política
regrese a ser lo que tiene que ser
Pero han hecho del Parlamento una prolongación de
lo más vil y soez de las redes sociales. Bastaba con decirle al presidente y a
los españoles una verdad como un puño para que callaran los insultos. Que han
tomado medidas evidentes de estado de excepción dentro de un estado de alarma.
Porque esa es la cuestión de fondo. Manejar un estado de excepción necesita de
una mayoría muy amplia para las decisiones y no bastan decisiones, ocurrencias
al paso y prórrogas de estados de alarma. Con la monitorización de cada
teléfono móvil de cada español se sabe qué come Pepe, qué piensa Juan… inaudito
en un Estado de Derecho si no se logra votar dentro de un estado de excepción
como manda la Constitución.
Siendo esta la clave, grave y de fondo, de cada
medida de restricción, la oposición cae en la trampa del escupitajo y el
insulto. Y mucho me temo que estén perdiendo una oportunidad para demostrar a
los españoles que sí hay una gran diferencia entre unos y otros. Pero a Sánchez
le vale con seguir con su monstruo de mil cabezas. A Podemos seguir manejando
hilos para que sus hilos permanezcan, Esquerra ya lo dijo claro, república. Los
muy minoritarios, a lo suyo, y la derecha, dividida en dos con un tercero, Vox,
en plan sálvese quien pueda. Se les está yendo el toro de su vida.
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