domingo, 19 de abril de 2020

Falleció Don Fabio Grisolia Guillén, ganadero y empresario taurino merideño

En el curso de la mañana de este domingo, en la ciudad de El Vigía.
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: José León

Crespones negros en la familia taurina venezolana. Este domingo, en el seno de sus más cercanos familiares falleció uno de los personajes más importantes que ha contado la fiesta brava merideña en los últimos 40 años. Impulsor exitoso del “Carnaval Taurino de América” con la que se denominó la Feria del Sol al tomarla en sus manos, así mismo su éxito como ganadero de reses bravas no fue menos. Se trata de Don Fabio Grisolia Guillén, el cual exhaló su último suspiro luchando una infección aguda respiratoria, que se vino agregar a su cuadro neurodegenerativo que venía padeciendo desde hacía dos años a la fecha.

Fue un hombre generoso en todo el sentido de la palabra. Una persona que no escatimó en cumplir las metas propuestas, al amparo de también su referencia como lo fue su padre del mismo nombre, Don Fabio, quienes se hicieron grandes al amparo del trabajo de campo, ese que les dio un nombre y status que como pocos han tenido en el acontecer emeritense en el curso de la décadas de los ´70 y ´80.

Pero Fabito –como cariñosamente se le conocía- fue la cara visible de lo que fue la Empresa Taurina que llevaba su nombre, así como La Carbonera, la primera ganadería de reses bravas asentada en suelo merideño, específicamente en las cercanías a la población de Jají donde pastaban los machos y en El Vigía donde se encontraba la vacada de El Morichal, donde más de una satisfacción se vivió y forjó para beneplácito de su gran afición que siempre demostró por la fiesta brava.
Más de tres lustros tuvo en su haber la organización del máximo evento taurino merideño, donde alcanzaría con su exitosa gestión cotas de acontecimientos internacionales. Así mismo el hierro de bravo tuvo su predicamento, escribiendo en la geografía nacional capítulos históricos con su sangre Santa Coloma y Parladé así como y Núñez en su ultima etapa, con la que se nutrió la divisa azul celeste, blanco y rosa que lucieron sus toros en los ruedos del país.

Padre del rejoneador Leonardo Fabio Grisolia –segundo rejoneador con alternativa en el país- también cupo el honor de dar a la palestra nacional el impulso al rejoneo con el consecuente apoyo que dio para que durante su gestión como empresario del coso monumental merideño se presentasen importantes exponentes del toreo a pie y ecuestre como lo fueron en su momento Javier Rodríguez –casi dos décadas consecutivas actuando en el marco de la Feria del Sol-, el colombiano Dayro Chica, los lusitanos Joao Salgueiro entre otros. Ni que decir los toreros que a su vera se dieron cita en el redondel de la “Román Eduardo Sandia”, desde ídolos nacionales como Bernardo Valencia, Morenito de Maracay y “El Tovareño” hasta figurones mundiales como Ortega Cano, Joselito, César Rincón, José María Manzanares, El Capea, Manolo Martínez, Cavazos, Tomás Campuzano, Nimeño II, y en fin un listado que escapa en estos momentos, fruto de la de pena y el dolor que nos embarga.

Pero fue su Don de gente, humilde, siempre atento y presto, lo que le distinguió como pocos que han transitado el camino del toreo, quienes supieron y valoraron el detalle de la amistad y en especial el de haber dejado huella y legado para que vinieran otros a superar lo que había logrado como ya señalamos, como empresario y ganadero de reses bravas.

Desde estas páginas nos unimos al dolor que supone la pérdida física, más nunca su recuerdo, para sus familiares y amigos, quienes en este momento quedamos cortos de palabras para describir lo que fue y ha sido, Don Fabio Grisolia Guillén. Q.E.P.D

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