Los
camiones no han parado de desembarcar animales bravos en las corraletas de
Mercasevilla y Matadero del Sur.
JESÚS
BAYORT
@JesusBAYORT
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Diario ABC
de Sevilla
Los ganaderos dan la batalla por perdida. Sin
tener aún la certeza de la cancelación total de la temporada, están enviando
gran parte de sus toros al matadero sin haberlos tentado ni en sus propias
fincas. Tras la Semana Santa no han dejado de llegar camiones cargados de
corridas a las corraletas de Mercasevilla y del Matadero del Sur. Encierros que
podrían haber saltado a los ruedos de las primeras ferias como Valencia,
Castellón y Sevilla. Animales limpios (sin defectos), vírgenes (sin torear) y
con el trapío suficiente para cualquier envite.
No son casos aislados, sino la práctica totalidad
de la cabaña brava española. Todas aquellas ganaderías que tenían cinqueños
listos para lidiarse los están embarcando, asumiendo unas pérdidas
insostenibles. Los mataderos están pagando aproximadamente 500 euros por la
canal de cada toro, mientras que los ganaderos aseguran que el coste de su
manutención durante estos cinco años oscila en torno a los 5.000 euros. El
coste real del toro únicamente lo puede sustentar la taquilla y su espectáculo.
La carne del toro de lidia es de las peores
pagadas del ganado vacuno. «No es una carne buena porque no infiltra
grasas. Sale con el pH bastante alto y esto devalúa su coste»,
señala Alejandro Revuelta, gerente de Matadero del Sur (Salteras). Sólo en esta
pasada semana han matado más de ochenta reses bravas. A este número hay que
sumarle las que han sido sacrificadas en Mercasevilla, que, por poner un
ejemplo, solamente el miércoles apuntilló 24 toros de una prestigiosa
ganadería: cuatro corridas de toros completas, anunciadas en estas primeras
ferias.
Ambos centros superan las doscientas cabezas
sacrificadas desde el pasado lunes. Este envío masivo de toros al matadero está
incrementando el stock de carne, lo que «ha causado un desplome sin precedentes
de los precios del mercado», explican desde la Unión de Criadores de Toros de
Lidia.
La empresa encargada de la gestión del matadero de
Mercasevilla, «Gesesur 2», reconoce el incremente de reses recibidas en sus
instalaciones. «Somos un matadero de servicio». Un tratante de ganado les lleva
los toros, ellos se encargan de sacrificarlos y se los devuelven desollados.
«Hay un exceso de piezas nobles como el solomillo o el lomo, cuya salida era la
hostelería. Esperemos que esta bajada no sólo afecte a los ganaderos, sino que
también se disminuya el precio en las carnicerías».
Los ganaderos son reacios a hablar del asunto.
Tras los cinqueños, están embarcando machos de todas sus camadas y vacas, con
el propósito de reducir las ganaderías para los próximos años, augurando un
futuro, nunca mejor dicho, «de vacas flacas». Los más esperanzados están
intentando aguantar los toros con cuatro años por si se pudiera reiniciar la
temporada tras el verano, y así tenerlos óptimos para cualquier plaza.
A diferencia de anteriores crisis, en esta ocasión
quienes más van a sufrir no son los ganaderos modestos, sino aquellos que mayor
número de cabezas de ganado poseen en sus fincas. Ellos van a tener un
excedente de toros cuyo destino, más que posiblemente, sean estos matadero.
La Unión de Criadores ya ha presentado sus
cuentas: «De cancelarse la temporada taurina española por la epidemia del
coronavirus, las pérdidas del sector podrían superar los 77 millones de euros».
Explican que el cálculo de esa cifra viene derivado por el coste medio de los
más de 7.000 toros, cuatreños y cinqueños, previstos para lidiarse esta
temporada, y del mantenimiento de los añojos, erales, y utreros y vacas de
vientre que quedarán en el campo.
La Unión de Criadores de Toros de Lidia ha
solicitado al Ministerio de Agricultura una serie de medidas que palien el
desgaste económico que esta crítica situación va a generar en el sector. En
primer lugar, piden ayudas directas a la producción con destino a la cadena
alimentaria, como sucede con otros sectores ganaderos, y también para atenuar
«la pérdida del valor cultural, genético y medioambiental de las ganaderías de
bravo», que aseguran que basa el 90 por ciento del precio de su producto. Del
mismo modo, proponen la consideración a las explotaciones de bravo dentro del
paquete de ayudas para facilitar liquidez el mantenimiento del empleo.
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