jueves, 30 de abril de 2020

«Lo de los 9 metros cuadrados es un modo de cargarse los toros»

Los empresarios consideran que el Gobierno «discrimina» a la tauromaquia y que esta regla hace «inviable» el espectáculo
 
ROSARIO PÉREZ
@CharoABCToros
Diario ABC de Madrid

«Esto es un abuso total, un modo de cargarse los toros». Sin pelos en la lengua se pronuncia José María Garzón, indignado como todos los empresarios con las medidas de los nueve metros cuadrados por espectador, la norma que faltaba para colmar el vaso del «reglamento» taurino. «En lugar de prohibir, es un modo de impedir su celebración», dice el creador de Lances de Futuro, al frente de cosos como Santander y Córdoba, «donde calculo que con esto podrían asistir aproximadamente unas 700 y 900 personas, respectivamente». Resumiendo: «De pena. Absolutamente inviable».

Más sentido común se ve en las plazas de plastilina del concurso convocado entre los niños durante el confinamiento que en esta medida. «En otros sectores culturales, hablan de un tercio del aforo -continúa-. ¿Qué sentido tienen que lo hagan con el cine, un espacio cerrado, y no en las plazas? Lo que han hecho con la Fiesta es una discriminación. Y nuestra industria cultural tiene los mismos derechos y obligaciones que las demás».

De «auténtica barbaridad» califica esta norma de la fase 3 de desescalada cultural Rafael García Garrido, empresario de Las Ventas. «Hemos medido y en un tendido bajo entran unas 54 personas. Es inviable. Solo podrían asistir unas 2.040 en total». Y la Monumental cuenta con un aforo de más de 23.000 espectadores. «No tiene ningún sentido, nadie se ha puesto en contacto con nosotros», comenta. Y se pregunta: «¿Van a poder hacer un quite las cuadrillas? Es un despropósito total. No sé qué mente iluminada lo ha hecho». Por no hablar de la banda de música y la presidencia. O los mulilleros...

En la misma línea, su socio Simón Casas, presidente de la Asociación de Organizadores de Espectáculos Taurinos, argumenta: «Las medidas adoptadas son demagógicas; lo que hay que ver es si los espectáculos de masas caben o no en esta crisis; si no caben, es mejor esperar antes que perder nuestros valores». Y va más allá: «Es imposible económicamente y en todos los sentidos. Seamos sensatos, no vaya a ser que una mala gestión de la crisis del Covid-19 vaya a ser más grave que el propio Covid». También recuerda que «solo abrir las puertas de la plaza cuesta 80.000 euros». En opinión de Casas, «la Fiesta tiene que ser grandeza, con sus tres actores, toros, toreros y público».

Tampoco Manuel Chopera, empresario de ruedos como Bilbao o San Sebastián, ve factible la celebración. «No entrarían ni mil personas», señala.

El torero Miguel Abellán, gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, no oculta su decepción: «Si lo hubieran intentado hacer peor, no les hubiese salido». Y añade: «Si el Gobierno central no ayuda a que los costes de producción sean cero, cualquiera que tenga dos dedos de frente entiende que es inviable. Lo han realizado sin ningún rigor, sin tener en cuenta que los profesionales llevan desde octubre en el dique seco, sin recibir ingresos. Urgen medidas de carácter extraodinario y que atiendan como se merece al sector del toro».

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