Este pasado domingo en su despedida como novillero
Vanegas, como ya señalan las crónicas, está listo para la transición al verdadero toro. Foto: Anthony Maurin |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
El camino como torero es largo, y más en las circunstancias
en las que ese comienza. Es el caso de Manolo Vanegas, quien este pasado
domingo dio carpetazo a una etapa de su ya rica e interesante carrera como
torero. Se despidió de novillero, de forma triunfal, arropado por su
conocimiento e innato conocimiento de la lidia, como lo demostró, en la que fue
su triunfal encerrona protagonizada en la localidad francesa de Alés, justo
donde hace 5 años se presentaba sin picadores.
Tres fueron las orejas que cortó Manolo, ante la lidia de
cuatro serios ejemplares de las ganaderías Cura de Valverde, Cuillé, José
Escolar y El Puerto de San Lorenzo, bien presentados, aunque desiguales. Los
mejores, 2º y 4º, de buena condición, a los que obtuvo el balance artístico
como único espada de ovación, oreja, ovación y dos orejas, actuación esta
ultima de gran dimensión en todos los tercios, tal y como ratifica la crónica
de mundotoro.com, donde señalan «volvió a demostrar que es un espada curtido
y con recursos holgados para medirse con solvencia ante todo tipo de
adversarios. Vanegas está listo para el toro».
Significa esta despedida el comienzo de otro nuevo momento
para el toreo venezolano, pues para este próximo lunes esta pautado que Manolo
tome la alternativa en la localidad gala de Vic Fenzensac, en la lidia de toros
de Alcurrucén, contando como padrino al jienense Curro Díaz y de testigo a Juan
Bautista Jalabert.
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