martes, 2 de mayo de 2017

CORRIDA GOYESCA - Paco Ureña, héroe del Dos de Mayo


El murciano se juega la vida y corta la única oreja en el mano a mano con Diego Urdiales en la Goyesca de Las Ventas.
Paco Ureña

ROSARIO PÉREZ
@CharoABCToros
Diario ABC de Madrid

Se apagaba la tarde mientras Paco Ureña se iba a la guerra en la faena más ardiente de la Goyesca. Herrada a fuego, con el sello de cierta inocencia, el torero de Lorca se la jugaba con un sexto muy complicado. Como si su «yo» no importara, como si valiese la pena morir por aquello que vale la pena vivir. Y Ureña decidió que Madrid merecía todo. 

En los mismos medios se plantó con el cartucho de pescado, citando sobre la zurda a un «Curioso» nada claro. Aquella faena fue bálsamo y revelación, como para nuestro último premio Cervantes, Eduardo Mendoza, la lectura del Quijote. Mucho de Alonso Quijano tuvo el planteamiento de obra del matador de Lorca, que buscaba el amor imposible del toro de Victoriano del Río, como queriendo deshacer los entuertos que se presentaban. Ureña los resolvió con más corazón que cabeza, con una pureza que estremecía, hasta el punto de llevarse varios sustos. Nada importaba entonces. Ni siquiera su propia vida. Paco -«¡don Paco!», vociferaron en los tendidos- se levantó en armas y se convirtió en el héroe de este Dos de Mayo.

El lorquino, muy templado en el saludo, pidió calma a la cuadrilla. Apuntó cosas buenas en el capote este «Curioso» de Victoriano del Río, al que Urdiales propinó un quite demasiado extenso... Luego, que ya está escrito, Ureña se marcharía al corazón de la plaza, para robárselo y entregar el suyo. Aunque el de Victoriano quiso hacer el avión en algún muletazo, cada vez se puso más dificultoso y orientado. Y Ureña, valentísimo, buscó la colocación sincera entre los plácemes de los tendidos. Lucha a toma y daca entre toro y torero. Madrid se rompía la camisa, volaba un sombrero a los pies de un «tío» que llegó a atropellar la razón, desnudó su alma y no se dejó ganar la partida.

Espejo de pureza

Porque la partida fue suya con el lote menos agradecido -ante el inválido segundo, que pareció lastimarse más en el quite de Urdiales [se entiende la rivalidad, pero se antojó inoportuno], nada pudo hacer, mientras se elevaban las voces contra Trinidad, el presidente-. Cortó la única oreja del duelo goyesco y perdió otra posible en el cuarto, al que entendió con inteligencia y mirándose en el espejo de la pureza y la naturalidad. Protestado de salida por su escaso remate trasero, manseó y se encresparon más los ánimos en varas y banderillas. Paciente, Ureña lo fue metiendo en el canasto por ambos pitones y se agigantó en unos naturales de quebrada muñeca. Verdad en la colocación, con muletazos de uno en uno, un dúo mirando al tendido, la trincherilla desgarrada y el pase de la firma hasta el broche por bajo. La espada fue su cruz...
Diego Urdiales
Como también lo fue de Urdiales, que tenía cortada una oreja de peso del tercero, de José Vázquez, un toro con mucho que torear y un pitón zurdo de nota y triunfo. El riojano hizo un esfuerzo y alcanzó la comunión con «Inesperado» en naturales de empaque y clasicismo, de series cortas pero con adornos exquisitos que enloquecieron. Los ayudados por bajo derramaron torería, aunque todo se disiparía con el acero. Torerísimo fue también el cierre al primero, de Salvador Domecq, un animal con opciones -aun sin terminar de romper-, en el que compuso una faena desigual, pero con algunos pasajes de enorme gusto y en el que ambos diestros brindaron dos fabulosos quites: por gaoneras, Ureña, y por chicuelinas, Urdiales. Con el mansito quinto, que era de apuesta, el de Arnedo no lo vio claro.

La transparencia llegaría después, en el último cartucho, con el héroe del Dos de Mayo.

FICHA DEL FESTEJO
Toros de Salvador Domecq (1º y 2º), José Vázquez (3º y 4º) y Victoriano del Río (5º y 6º), de juego y presentación dispar.
Diego Urdiales, de azul marino y blanco. Estocada trasera perpendicular y descabello. Aviso (saludos). En el tercero, pinchazo, otro hondo y tres descabellos. Aviso (saludos). En el quinto, tres pinchazos y estocada. Aviso (silencio).
Paco Ureña, de rosa palo y azabache. Estocada (silencio). En el cuarto, media tendida y cuatro descabellos. Aviso (saludos). En el sexto, estocada caída. Aviso (oreja).
Monumental de Las Ventas. Martes, 2 de mayo de 2017. Corrida Goyesca. Más de 9.000 espectadores.

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