Inconexa y por momentos bella
faena enteramente zurda de Curro Díaz con un toro bravo y de gran calidad y un
buen tercero sin duración no salvan una corrida deslucida, sin poder ni fondo
de Montalvo.
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario EL MUNDO de Madrid
Fotos: EFE
Una vez más la Fiesta de los toros se sentía honrada con la
presencia del Rey (emérito). Y la Infanta Elena, que sigue la línea taurina del
árbol genealógico que nace en su augusta abuela, Doña María de las Mercedes. El
capote de paseo de López Simón engalanó la barrera de Preferente que ocupaban.
Como una ofrenda floral de respeto y agradecimiento.
Curro Díaz brindó a Don Juan Carlos el primer toro de
Montalvo. Había hecho más sangre la divisa que los inexistentes puyazos. Cambió
el tercio el presidente con una precipitación de asombro. Como para salvar la
estrepitosa flojedad del derrumbe. No se sabe cuál de los refilonazos contó
como vara. Si es que entre los dos -si acaso hubo dos en esa pasada fugaz y
tangencial por el peto- sumaban una. El cabreo se expandió entre el personal.
Manuel Muñoz perdió pie a la salida del par -el piso de plaza sigue como una
playa allanada en falso- y la cornada en el suelo crujió su pierna como un
taladro. La sensación de caos aumentó cuando Díaz ofrecía su montera al Monarca
en toriles y nadie sujetó al toro. Curro improvisó al paso un prólogo hacia las
afueras con suave muñeca. Un cambio de mano y un pase del desprecio como notas
agudas de la obertura. A media altura el temple en su derecha para sostener
entre algodones tanta fragilidad. De pura impotencia soltó el toro la cara al
natural. No hubo más antes de un bajonazo contumaz; en el siguiente envite, el
veterano jiennense sintió que los pitones le levantaban los pies del suelo por
la faja. No llegó la sangre al río; sí la estocada.
El verdadero escándalo vino con el cuarto. En otro sentido.
Pedazo de toro de Montalvo que se llamaba Escandaloso y cautivó al público.
Bravo en el caballo y de extraordinaria calidad en la muleta. Guapo además. Su
expresión, su cara cerrada, su imponente trapío de armonía. Los cinco años
cumplidos. Curro Díaz consiguió momentos de belleza en una faena enteramente
zurda y sin estructura. Galopaba el montalvo de lejos y seguía las telas con
generosa abertura. La sensación de que quedaba todo ligero e inconexo recorrió
la plaza. Como Curro recorrió mucho ruedo. Los pases del desprecio abrochaban
series de naturales como chispas que no prendían. Otro espadazo por los blandos
terminó de voltear los tendidos contra el torero y a favor de Escandaloso.
El cuajado cinqueño que estrenaba la baza de los tres toros
con los cinco años cumplidos de Montalvo se defendió en el caballo. Sonó el
estribo ruidoso. Un volatín mermó todavía más su contado poder. Paco Ureña se
equivocó al empezar por la izquierda. Especialmente con tan poco tacto.
Humillaba más a derechas, y por esa mano Ureña le cogió el temple lo que duró
antes de pararse. Que no fue nada. El espadazo que hizo guardia afeó más la
cosa.
Aún no se sabe cómo escapó Paco Ureña de la emboscada del
alto quinto. De salida se le cruzó y no lo ensartó contra la barrera porque hay
Dios. El porrazo sonó como un choque de barcos. Cuando Ureña se recuperó se
encontró con un toro que no valía. Desde tan elevadas agujas no descolgó ni se
entregó en sus entrecortadas embestidas. El matador lorquino aguantó parones.
Su esfuerzo volvió a emborronarse con otro sablazo que asomó por el costillar.
López Simón no se entendió con el castaño, serio y largo
tercero. Y había en el cinqueño virtudes para hacerlo: la humillación y la
nobleza. Una velocidad amontonada marcó los doblones y las dos o tres series de
derechazos siguientes. A partir de ahí aflojó la embestida. Un desarme a
izquierdas entre envarados naturales sin eco y con la embestida a menos.
Se acordaría Simón de él con el ensillado y cabezón último,
que se venía andando y sin salir de la jurisdicción. Siempre por el palillo en
sus finales.
Escandaloso y la corta duración de la corrida -histórica en
los tiempos que corren: 1 hora y 55 minutos- fueron las mejores noticias.
MONTALVO | Curro Díaz, Paco Ureña y López Simón
Toros de Montalvo, tres
cinqueños (2º, 3º y 4º); serios en sus diferentes hechuras; destacó el
extraordinario 4º por el izquierdo; bueno el 3º sin final; sin poder ni fondo
1º y 2º; parado y sin humillar el 5º; deslucido y andarín el 6º.
Curro Díaz, de celeste y oro. Bajonazo que hace
guardia, estocada atravesada y dos descabellos (silencio). En el cuarto,
bajonazo (división de opiniones).
Paco Ureña, de azul pavo y oro. Estocada atravesada
que hace guardia y descabello (silencio). En el quinto, pinchazo y estocada que
hace guardia (silencio).
López Simón, de tabaco y oro. Estocada tendida. Aviso
(silencio). En el sexto, estocada tendida (silencio).
Asistieron el Rey emérito y la Infanta Elena en una barrera de
Preferente.
Monumental de las Ventas. Lunes, 15 de mayo de 2017. Quinta de feria.
Lleno.
PARTE FACULTATIVO DE MANUEL MUÑOZ "LEBRIJA"
"Herida por asta de toro en tercio medio de cara posterior de
muslo izquierdo de 20 cm. alcanzando el fémur, contusiona nervio ciático y
causa destrozos en los músculos isquiotibiales. Intervenido bajo anestesia
general, se le traslada a la Clínica San Francisco de Asís a cargo de la
Fraternidad. Pronóstico: Grave. Firmado: Dr. García Padrós".
PARTE FACULTATIVO DE PACO UREÑA
Paco Ureña padeció un traumatismo en la rodilla derecha con
inestabilidad ligamentosa, pendiente de estudio radiológico. Pronóstico
reservado.
Paco Ureña |
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