Señorial faena de Fermín Rivera
ADIEL ARMANDO BOLIO
Especial para VUELTA
AL RUEDO
Foto: EFE
Tenía que ser el día en que se festeja a los niños, este
domingo 30 de abril en la que fue octava corrida de la CLXXXIX edición de la
Feria Nacional de San Marcos, los tres diestros anunciados nos regalaron
brillantes actuaciones en el ruedo del coso Monumental de la ciudad de
Aguascalientes e hicieron que la gente “reventara” la fiestas sanmarqueñas
haciendo la mejor entrada del serial, muy cerca del lleno, casi nada, bajo un
cielo despejado y algo de viento.
En efecto, la terna torera compuesta por Fermín Rivera,
Joselito Adame y Octavio García “El Payo” ha estado muy por encima del ganado,
logrando “tocar pelo” Joselito y “El Payo” para que de manera inusitada, aunque
haya sido por un momento, fueran izados en hombros. Pero también Rivera, quien
de no haber fallado a la hora buena, seguramente hubiera obtenido algún trofeo
auricular.
Aquí lo verdaderamente importante es que la gran entrada la
hicieron tres diestros nacionales, uno que sabe hacer el toreo señorial y de
una clase sobresaliente, me refiero a Rivera; otro, Joselito haciendo el toreo
vasto y pleno de recursos para hacerse de los toros y, el tercero, “El Payo”,
quien ha venido demostrando dónde hay que ponerse para competir con él.
Se lidiaron entonces seis ejemplares de la dehesa de
Fernando de la Mora, que acusaron poca fuerza en términos generales y no dieron
el juego que se esperaba, destacando si acaso el corrido en quinto lugar, al
que de manera inexplicable el ínclito juez de plaza le ordenara el arrastre
lento y todavía peor, que se parara en su palco para aplaudirle, eso es
inadmisible en una autoridad seria y de la categoría de una plaza como la
Monumental de Aguascalientes. Y de regulares a malos fueron el primero, el
tercero y el sexto.
En el astado que abrió plaza, el potosino Fermín Rivera
lanceó a la verónica de manera señera y solvente, además de quitar por
chicuelinas y una tafallera. Con la muleta empezó doblándose con suavidad para
luego ligar tres series derechistas plenas de arte y sobriedad a pesar del
viento e intercalando el trincherazo, el desdén y el de pecho. Luego dio paso a
su señorial manera de torear por naturales. Continuó por el pitón derecho de
forma magistral rematando las series con un molinete, el pase del desprecio y
el desdén. Otro concierto natural y terminó con la mano diestra rubricando con
el cambio de mano por delante. No acertó al matar y el público lo llamó al
tercio para ovacionarlo.
A su segundo, tardo, soso y deslucido, lo capoteó con
voluntad, sobresaliendo un quite por saltilleras y gaoneras. Su faena de
muleta, tras brindársela al ganadero y empresario michoacano, el doctor Marco
Antonio Ramírez, Rivera la empezó con lances vaciando por alto y caminándole
toreramente. Su labor ha tenido mucho empeño por ambos perfiles, poniéndolo
todo Fermín. Terminó de media estocada contraria para serle aplaudido el
esfuerzo.
El anfitrión Joselito Adame a su primer burel, muy
complicado, lo bregó simplemente para después con la sarga ir estructurando un
trasteo de mucho valor y mérito pues el delamoreño tenía peligro y daba
“tornillazos” para hacer daño de verdad. Así siguió Adame, aguantando y
logrando pases de mucha relevancia, sobre todo por el lado derecho pues el
izquierdo sencillamente fue imposible. Acabó con torera labor de aliño y matar
de media estocada y dos golpes de descabello para escuchar aplausos.
En su segundo, llamado “Aroma de Nieto”, instrumentó de
inicio una larga cambiada de rodillas cerrado en tablas para después de pie
veroniquear con buena disposición y quitar por chicuelinas y una tafallera. Antes
de comenzar su quehacer de muleta, Joselito le brindó a un gran amigo suyo,
Armando González, destacado empresario y alpinista quien apenas regresó de
haber alcanzado la cima del famoso Everest. Adame entonces principió con pases
ayudados por alto, rematando con el desdén, el cambio de mano por delante y el
de pecho para luego de ir de menos a más en tandas derechistas y de igual
manera se dejó con la otra mano, haciendo el toreo macho y recio. También lo
hizo en redondo a pesar del que el toro se le acobardó queriendo irse al
refugio de las tablas. Más toreo variado y emotivo por los dos pitones, todo
gracias a la entrega y buena visión torera de Joselito. Acabó de metisaca y
estocada aguantando para que le fuera concedida una oreja y al toro, de manera
absurda, mandársele el arrastre lento. ¿Otra vez a las andadas señor juez?
Y el tercero en el cartel, el queretano Octavio García “El
Payo”, al primero que le tocó en suerte lo lanceó con atingencia. Con la
franela comenzó en tablas con una arrucina y toreo vaciando por alto. El toro
era débil y tardo en la embestida por lo que el diestro ha derrochado mucha
voluntad al torear con ambas manos. Fue entonces que se metió en la zona donde
apesta a “cloroformo”, en la cuna de los pitones, mismos que se los ponía de
manera escalofriante en los muslos y así fue que logró sacarle con “tirabuzón”
muletazos de gran mérito pues aparte no fue el darlos así nada más sino que lo
hizo con temple, arte y estética, con empaque del bueno, resolviendo con
imaginación momentos de apremio. Concluyó de media estocada caída para ser
ovacionado en el tercio.
Y en el que cerró el festejo, de nombre “Jaralito”, Octavio
veroniqueó bien y con la muleta, a otro ejemplar de poca fuerza y soso pero
noblote, lo empezó a lidiar en los medios con dos cambiados por la espalda, el
pase de pecho y el del desprecio. Luego vino el toreo templado, con suavidad y
buen trazo por ambos lados. Cuajó igualmente pases en redondo sensacionales.
Finiquitó de estocada contraria para obtener una oreja ¡cuando merecía las dos,
señor juez! Pero que tal aplaudiéndole a un toro soso y huidizo. Muy bien
autoridad, muy bien, ahí la lleva.
Caso inusual fue que al final del festejo, algunos
aficionados llenos de entusiasmo por lo ocurrido en la corrida izaron en hombros
por unos momentos tanto a Joselito como a “El Payo”. ¡Rompió la feria señores!
FICHA DEL FESTEJO
Toros bien presentados de Fernando
de la Mora, que acusaron poca fuerza en términos generales y no dieron el
juego que se esperaba, destacando si acaso el corrido en quinto lugar, al que
de manera inexplicable se le ordenó arrastre lento. Y de regulares a malos
fueron el primero, el tercero y el sexto.
Fermín Rivera: Al tercio y palmas.
Joselito Adame: Palmas y una oreja.
Octavio García “El Payo”: Al tercio y una oreja.
Octava corrida de la CLXXXIX Feria Nacional de San Marcos. Coso
Monumental.
Entrada: La mejor del serial, poco faltó para el lleno.
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