El
peruano está anunciado por primera vez en esta emblemática fecha.
“Me
quita el sueño la tarde del Domingo de Resurrección. Como torero y persona la
he esperado mucho tiempo, desde que tengo uso de razón y aprendí lo que
significa esa fecha para todo el toreo”. Son las palabras de Andrés Roca Rey en
una entrevista realizada por José Ignacio Galcerá en el número 2062 de la
edición en papel de Aplausos. Después vendrá otra corrida en Feria, dos
compromisos que el peruano reconoce que son dos de las grandes citas de la
temporada.
-Va cumpliendo metas, objetivos
grandes y su mensaje en lugar de caer en el conformismo sigue siendo de lo más
ambicioso.
Mi
reto es retirarme como figura del toreo pero para eso, si logro que pase,
faltaría mucho. Además creo que sería muy aburrido tener sólo esa meta en el
toreo y sentirte feliz solamente si la cumples. Es cierto que se trata de un
objetivo final pero para llegar ahí hay muchos retos antes.
“Mi
sueño es marcar una época y ser respetado no sólo por la afición de este tiempo
sino también por los que vengan después”.
-¿Se siente figura del toreo?
La
respuesta de si uno es o no figura del toreo la tiene que dar el público. Yo no
soy nadie para decirlo. Figura, no figura o media figura hay que dejárselo
decidir a quien llena las plazas.
-Se lo planteo de otra manera. ¿Qué
considera que es ser una figura del toreo?
Lo
que ha sido toda la vida: mandar, elegir y hacer lo que creas que debes de
hacer en cada momento. Hay figuras de un momento concreto, que pasan un año y
se terminan, más que figuras son toreros que funcionan; otras que llegan y se
quedan cinco años pero también acaban; y luego están las figuras de época, que
es el sueño de todos, marcar una época y ser respetado no sólo por la afición
de tu tiempo sino también por los que vengan después.
-Sólo los percances han frenado su
fulgurante carrera. En este inicio de año sigue estando en esa ola triunfal que
arrastra desde 2016.
Las
cosas van saliendo como quiero que salgan, la suerte también va acompañando
hasta ahora. Estoy contento por el inicio de temporada en Olivenza, Valencia y
Andújar, la pena es no haber ido a Castellón pero estoy feliz por esas tres
puertas grandes que conseguí, las tres las disfruté mucho.
“Quiero
que el público vaya a la plaza y salga de ella feliz, que no vean un
espectáculo más, que tengan ganas de volver”
-¡Está como si tuviera que ganarse de
nuevo los contratos!
Es
que me los tengo que ganar tarde a tarde, así creo que es el toreo. Tengo que
ir ganándome los contratos, las tardes clave, los carteles en los que quiero
estar y en los días que a uno le inspiran. No sólo tengo el compromiso con la
afición sino conmigo mismo también, tengo la responsabilidad de no fallar y de
estar todos los días como quiero, es el compromiso de ser feliz dándolo todo
con una entrega absoluta.
-¿La entrega es vivir al límite con
todo lo que ello implica?
No
sólo me refiero al toreo, en mi vida diaria también me entrego porque de lo
contrario aquello que haces lo estás haciendo a medias y a mí de esa forma
nunca me ha gustado vivir. Me gusta hacer las cosas de verdad, con el corazón y
tanto en la vida como en el toreo trato de hacerlo así. Unas veces tienes que hacer
un esfuerzo grande para que salgan y otras surgen de modo más natural.
-Da la sensación que a usted los
esfuerzos le cuestan poco hacerlos.
Pues
sí que cuestan trabajo, no solamente ante el toro sino todo lo que hay detrás,
toda la preparación, el día a día, la mentalización… Luego llegas al examen de
la plaza y es ahí donde necesitas sacar todo lo que has estado haciendo, es el
momento en que tienes que acordarte y disfrutar dentro de que te estás jugando
la vida. Pero también has de ser consciente de que te has preparado para ese
momento mucho tiempo y no se te debe ir de las manos.
“Sin
miedo la vida sería un poco aburrida. La adrenalina, las dudas y la
incertidumbre son igualmente bonitas. Cuando superas el miedo eres el hombre
más feliz del mundo”
-¿Siente que ha calado de verdad en la
afición?
Por
lo menos yo lo intento día a día, intento que la afición vaya a la plaza y
salga de ella contenta con lo que ha visto, que no vayan a ver un espectáculo
más, sino que salgan felices y que tengan ganas de volver.
-Se lo pregunto porque en la corrida
de Valencia, por ejemplo, había un runrún especial alrededor de usted, el
murmullo del público, la expectación, el interés, el deseo de verle.
Es
bonito sentir que el público te espera. Es especial saber que los que no te han
visto nunca quieren confirmar si es verdad o no aquello que les han contado que
hiciste el año pasado, que los que ya te han visto quieren verte mejor que
aquel día de la temporada pasada… Es bonito ver el “No hay billetes” como en Olivenza,
Valencia y Lisboa, todo ello es precioso pero conlleva presión y
responsabilidad. Pero es una presión y responsabilidad buscada.
-¿Presión a no defraudar, a la
obligación del triunfo, a los compañeros, a las plazas?
De
todo un poco, la presión es la misma de siempre, sólo que aumentada a medida
que vas avanzando. Hay bastantes factores: la presión a quedar bien con el
público y contigo mismo, la presión de ser feliz en la plaza, la
responsabilidad de saber con quiénes estás haciendo el paseíllo… Estas
sensaciones son las más bonitas del toreo cuando ves que van creciendo. Cuesta
llevarlas pero es lo que he soñado toda mi vida.
“No
soy un torero de ir a medias tintas, lo veo algo insípido. Hay que jugarse la
vida toreando como sientes y asumiendo el riesgo”
-¿Cómo cree que le ven los compañeros,
como una amenaza, un rival, qué percibe de ellos?
Como
un torero que ha tomado la alternativa hace un año y medio y que tiene ganas de
ser lo que ellos son: figuras del toreo. Lo que te puedo decir es lo que siento
por ellos no lo que sienten cuando me ven. Es una pregunta más para ellos. Yo
estoy orgulloso de torear a su lado.
-¿Cómo le gustaría que le vieran?
Como
soy: feliz y… triunfando, claro… ja ja ja.
-¿Cuál es su mayor reto esta
temporada?
Mi
reto no es a largo plazo, me planteo metas día a día y cuando las consigo son
las que me hacen realmente feliz. Me gustaría seguir abriendo puertas grandes y
cuajar faenas importantes.
-¿Dónde le gustaría cuajar esa faena importante
y abrir esa puerta grande?
Todos
sabemos dónde.
-¿Cómo está sobrellevando los
percances y el dolor?
Los
percances duelen y no solamente por el dolor físico, también por lo que supone
perder corridas y compromisos que habías adquirido y que no me gusta perderme.
-¿Las cogidas le hacen pensar?
Mucho,
te das cuenta de que el toreo también es eso. Yo trato de torear despacio, de
pasarme los toros cerca, de ponerme en un sitio comprometido en el cual hay una
emoción distinta y eso, obviamente, conlleva riesgo y tengo que asumirlo. En
ese sitio los toros cogen muchas veces pero también hay otras tantas que el
toro pasa y se viven emociones muy fuertes que son las que a mí me gusta sentir
en una plaza de toros y que son también una vía y un camino hacia el triunfo y
el éxito.
-¿Qué aprendizaje ha sacado de los
percances?
Escuchas
muchos comentarios diciendo que si no tienes que arriesgar en todas las plazas,
que quizás habría que exponer menos, que tendría que reducir esas ganas de
jugarme la vida todos los días... Escucho esos comentarios y tengo dos
opciones: hacer caso o intentar seguir con mi filosofía de vida y con las ideas
que siempre he tenido. No me considero un torero de ir a medias tintas, lo veo
algo insípido, no dice nada ir a matar una corrida por ir a matarla. Eso no va
conmigo. Todos los días hay que ir al cien por cien a arriesgar tu vida
toreando como sientes, asumiendo el riesgo pero sin hacer el tonto y que te
coja un toro.
“¿El
nuevo Mesías? Voy a soñar con eso. A mí me encantaría. Lo que te lleva a ser
ambicioso es intentar ser el mejor”
-¿Cómo se lleva con el miedo?
Hay
que intentar llevar al miedo no como tu amigo ni como tu enemigo, sino como un
factor con el que hay que vivir. No sólo hay miedo al toro, también lo hay a un
accidente o a una desgracia, el miedo siempre está ahí y hay que saber
sobrellevarlo, saber que el riesgo y la muerte siempre están ahí lastimosamente
para todas las personas. Hay que intentar superarlo y disfrutarlo, no
divertirte con él pero sí pasar el rato…
-¿Hacerlo partícipe de tu vida?
Sí,
sin miedo la vida sería un poco aburrida. La adrenalina, las dudas y la
incertidumbre son también bonitas. Cuando haces una cosa que te da mucho miedo
y logras superarla, eres el hombre más feliz del mundo. Esa situación pasa
mucho delante del toro.
-Se habla de que al toreo le falta un
revolucionario. ¿Es usted el nuevo Mesías? ¿Se ve en ese papel?
Sería
muy bonito, voy a soñar con eso. A mí me encantaría. Lo que me lleva a ser
ambicioso es intentar ser el mejor. / Redacción APLAUSOS
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