viernes, 21 de abril de 2017

Mario Moreno "Cantinflas" y su afición a la tauromaquia

MARYSOL FRAGOSO
@MarysolFragoso

Se recordará el XXIV aniversario luctuoso del genial actor mexicano Mario Moreno Reyes, conocido popularmente como “Cantinflas”.  Su grandeza cinematográfica siempre estuvo aderezada de sus grandes aficiones: la tauromaquia –presente en varias de sus cintas–, el boxeo y el béisbol.

En la que fuera su última hacienda, La Purísima, y que actualmente alberga un club de golf con fraccionamiento de lujo, quedan los testimonios de su apasionamiento por el mundo taurino que lo llevó a ejecutar el toreo cómico, incluso en la Plaza México, donde tiene una escultura obra del maestro Humberto Peraza; así como a plasmar pasajes relativos a la fiesta brava en filmes grandiosos como “Ni sangre ni arena” (1941) de la época de oro del cine nacional, o “El Padrecito” (1964), por nombrar algunos. Además, ahí está la plaza de tientas donde probaba su ganado bravo, toda vez que también ahí fundó una ganadería, llamada Moreno Reyes Hermanos.

Previamente, “Cantinflas” había comprado un rancho en Ciudad Valles, San Luis Potosí. Le puso como nombre El Detalle. Este contaba con cien hectáreas de extensión. Ahí construyó una residencia cuyo costo fue de cinco millones de pesos y que incluía doce recámaras, una alberca olímpica decorada con mosaicos de Talavera de la Reina, los cuales tenían impresas estampas de toreros famosos.

Y por supuesto, también ahí construyó una plaza de toros a la que bautizó como Cholita, en honor a su madre. Ese lugar pronto se volvió uno de los lugares de reunión de personalidades y de sus amigos, de acuerdo a la información proporcionada por la Fundación Mario Moreno Reyes A. C. Luego de un tiempo optó por vender esa propiedad.

Posteriormente, en 1959, su amistad con Carlos Arruza, figura del toreo mundial, lo llevó a comprar los terrenos donde ubicó La Purísima, en Ixtlahuaca, Estado de México, para fundar su casa ganadera con 100 vacas de Torrecilla y dos sementales de San Mateo. Los colores de esa divisa eran obispo y oro. En el hierro se incluía el número 7, que era el de su preferencia y que se encuentra con frecuencia en varios sitios y mobiliario del rancho, como es el caso de las sillas del enorme comedor central.

Bautizó la plaza como Cholita, en honor a su madre, de nombre Soledad. Además, sumó a la empresa a sus hermanos José y Eduardo.

Debutó como criador de toros de lidia en Jiquilpan, Michoacán el 20 de noviembre de 1963. El cartel fue integrado por Rafael Rodríguez, Juan Silveti y Joaquín Bernadó. Una de sus grandes tardes ganaderas aconteció en El Toreo de Cuatro Caminos el 6 de febrero de 1966 en una combinación formada por el español Antonio Ordóñez, Joselito Huerta y Raúl Conteras “Finito”. Huerta indultó al toro “Espartaco”, por lo que “Cantinflas” dio vuelta al ruedo.

Debutó en la Plaza México el 11 de octubre de 1970, durante una novillada. Fue lidiando su ganado en diversas plazas, hasta que en 1989 vendió todos los animales. Y, en 1993 también vendió el rancho al respetado ganadero Chacho Barroso.

Continuó desprendiéndose de propiedades en la Ciudad de México, en los estados, en puertos turísticos como Acapulco y Cancún y hasta en el extranjero, según relata la periodista Guadalupe Elizalde en el libro Mario Moreno y Cantinflas… rompen el silencio…

Mario Moreno Reyes “Cantinflas”, falleció el 20 de abril de 1993 a la edad de 81 años, a consecuencia de cáncer pulmonar. Su cuerpo fue despedido en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes por donde desfilaron tanto personalidades del mundo intelectual y artístico, cuanto el pueblo mexicano que se volcó por horas en el último adiós a su ídolo que fue sepultado en el panteón español de la Ciudad de México.

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