MARYSOL FRAGOSO
@MarysolFragoso
Se recordará el XXIV aniversario luctuoso del genial actor
mexicano Mario Moreno Reyes, conocido popularmente como “Cantinflas”. Su grandeza cinematográfica siempre estuvo
aderezada de sus grandes aficiones: la tauromaquia –presente en varias de sus
cintas–, el boxeo y el béisbol.
En la que fuera su última hacienda, La Purísima, y que
actualmente alberga un club de golf con fraccionamiento de lujo, quedan los
testimonios de su apasionamiento por el mundo taurino que lo llevó a ejecutar
el toreo cómico, incluso en la Plaza México, donde tiene una escultura obra del
maestro Humberto Peraza; así como a plasmar pasajes relativos a la fiesta brava
en filmes grandiosos como “Ni sangre ni arena” (1941) de la época de oro del
cine nacional, o “El Padrecito” (1964), por nombrar algunos. Además, ahí está
la plaza de tientas donde probaba su ganado bravo, toda vez que también ahí
fundó una ganadería, llamada Moreno Reyes Hermanos.
Previamente, “Cantinflas” había comprado un rancho en Ciudad
Valles, San Luis Potosí. Le puso como nombre El Detalle. Este contaba con cien
hectáreas de extensión. Ahí construyó una residencia cuyo costo fue de cinco
millones de pesos y que incluía doce recámaras, una alberca olímpica decorada
con mosaicos de Talavera de la Reina, los cuales tenían impresas estampas de
toreros famosos.
Y por supuesto, también ahí construyó una plaza de toros a
la que bautizó como Cholita, en honor a su madre. Ese lugar pronto se volvió
uno de los lugares de reunión de personalidades y de sus amigos, de acuerdo a
la información proporcionada por la Fundación Mario Moreno Reyes A. C. Luego de
un tiempo optó por vender esa propiedad.
Posteriormente, en 1959, su amistad con Carlos Arruza,
figura del toreo mundial, lo llevó a comprar los terrenos donde ubicó La
Purísima, en Ixtlahuaca, Estado de México, para fundar su casa ganadera con 100
vacas de Torrecilla y dos sementales de San Mateo. Los colores de esa divisa
eran obispo y oro. En el hierro se incluía el número 7, que era el de su
preferencia y que se encuentra con frecuencia en varios sitios y mobiliario del
rancho, como es el caso de las sillas del enorme comedor central.
Bautizó la plaza como Cholita, en honor a su madre, de
nombre Soledad. Además, sumó a la empresa a sus hermanos José y Eduardo.
Debutó como criador de toros de lidia en Jiquilpan,
Michoacán el 20 de noviembre de 1963. El cartel fue integrado por Rafael
Rodríguez, Juan Silveti y Joaquín Bernadó. Una de sus grandes tardes ganaderas
aconteció en El Toreo de Cuatro Caminos el 6 de febrero de 1966 en una
combinación formada por el español Antonio Ordóñez, Joselito Huerta y Raúl
Conteras “Finito”. Huerta indultó al toro “Espartaco”, por lo que “Cantinflas”
dio vuelta al ruedo.
Debutó en la Plaza México el 11 de octubre de 1970, durante
una novillada. Fue lidiando su ganado en diversas plazas, hasta que en 1989
vendió todos los animales. Y, en 1993 también vendió el rancho al respetado
ganadero Chacho Barroso.
Continuó desprendiéndose de propiedades en la Ciudad de
México, en los estados, en puertos turísticos como Acapulco y Cancún y hasta en
el extranjero, según relata la periodista Guadalupe Elizalde en el libro Mario
Moreno y Cantinflas… rompen el silencio…
Mario Moreno Reyes “Cantinflas”, falleció el 20 de abril de
1993 a la edad de 81 años, a consecuencia de cáncer pulmonar. Su cuerpo fue
despedido en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes por donde desfilaron
tanto personalidades del mundo intelectual y artístico, cuanto el pueblo
mexicano que se volcó por horas en el último adiós a su ídolo que fue sepultado
en el panteón español de la Ciudad de México.
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