Hoy hablamos con Juan Pedro Domecq. Un ganadero que habla a
corazón abierto de su lucha por convertir el legado de su padre a su forma de
entender el toreo. Con él hablamos de cómo vencer a los prejuicios que sufre y
cómo adaptar el picante que caracteriza a Parladé en el “toro artista” que creó
su padre.
PATRIMONIOTAURINO.COM
- Para ser ganadero,
¿lo primero es la afición?
Sin duda. Sin afición es imposible. La ganadería es un
proyecto personal donde el sustento que tienes durante los malos que da la
profesión es la afición.
- ¿Qué malos tragos?
Hoy en día el ganadero no está debidamente considerado y
económicamente serlo es inviable. Te juegas tu patrimonio a cambio de nada.
Haces un esfuerzo personal y patrimonial y el no tener el reconocimiento
personal a la altura de ello, es duro.
- ¿De quién falta el
reconocimiento?
De la prensa mayoritariamente. También de una parte de la
afición que no da al ganadero la importancia que tiene esto y no valora lo
difícil que es. Sin la bravura de un toro no hay emoción, sin un toro bravo ningún
torero puede crear emoción.
- ¿Qué es para usted
la bravura?
Es la capacidad de combatir de un toro de principio a fin,
desde que sale de chiqueros hasta que es arrastrado por las mulillas.
- Muchas veces el
ganadero de figuras se queda en segundo plano a favor del torero.
Para crear belleza -eso es la emoción- hace falta un toro
bravo y muchas veces no se le da la importancia que tienes ese animal y el
esfuerzo que supone criarlo. Embestir lento es más difícil que deprisa igual que
torear lento es más complicado que torear deprisa. Es una exigencia que embista
lento, que embista exigiéndose el máximo y eso es la lentitud. Hay muy pocos
toros que tan sometidos no intenten defenderse, la defensa es la mansedumbre.
El acometer humillado y a la velocidad que marca el torero -eso es el temple-
es la base.
- ¿Quién debe
acoplarse a quién, el toro al torero o al revés?
El torero debe exigir al toro según entienda su tauromaquia.
Hay toros que lo admiten y otros que no. Hay toros que piden un concepto, una
lidia y una altura distinta. Cada torero debe dar la lidia al toro según su
concepto.
- Su padre marca la
evolución del toro moderno.
El toreo ha evolucionado mucho y mi padre, quizás, fue el
primero que marcó una época en el toreo moderno cambiando la forma de alimentar
al toro, la forma de ejercitarlo, el toro necesita ser un atleta para hacer
frente a lo que pide el toreo. Fijó las bases del manejo y de la selección del
toro actual.
- Pero usted señaló
que buscaba más picante.
El público lo pide, quiere un toro con más pimienta. Un toro
más imperfecto pero manteniéndose en unos parámetros sin los que es imposible
poder crear emoción. Yo lo llamo un toro más profundo, un toro que humilla más
y hace que el pase sea más bello. Eso llega más al público y eso es lo que
busco. Quiero un toro que persiga con más ahínco la muleta, que vaya con más
voluntad pero con las virtudes del toro que creó mi padre.
- Su padre creó el
concepto de “toro artista”, ¿como lo definiría?
Un toro que embiste con ritmo para que el torero pueda crear
arte. Un toro que no embiste con ritmo no puede torearse sin ritmo. Un día se
ve torear a Morante y ves al público vibrar como con ninguno, ver torear con
ese ritmo es lo que quiere el público, es lo que pide. Cuando el sentimiento se
expresa, llega a las personas..
- Muchas veces el
concepto de toro artista ha servido para restar importancia al toro para
algunos aficionados.
Sí, es como si tuvieras un animal que no lucha, endeble, sin
peligro y eso, para nada. El toro tiene que acometer, moverse -sin movimiento
no se emociona la gente-, no crea dificultades y eso es básico para que el
torero pueda expresar lo que siente dominando con sus capacidades técnicas y
artísticas al toro. Sin esa sensación de domino el toreo es incompleto. El toro
debe expresar su poder, eso es algo que mi padre vio (necesitaba poder).
- Parladé siempre
tuvo ese punto de picante que usted buscó, ahora Juan Pedro también está en sus
manos. ¿Ya hablamos de lo mismo?
Sí, busco una forma de embestir dentro de que el toro tiene
que emocionarme con su embestida. El toro tiene que tener poder, hay muchos
tipos de embestida como toreros hay muchos. Yo busco que el toro tenga un poder
que permita expresar su bravura.
- Hablaba de la
imperfección como necesaria, ¿esa imperfección molesta a los toreros?
El público pide un toro más exigente, claro que eso les
molesta. El juez supremo es el público es quién marca lo que quiere ver. Sigue
queriendo el público ver torear bien pero con un poder mínimo. Si el toro no
tiene ese poder…
- ¿Qué peso tiene
para usted el tercio de varas?
Es una prueba más. Tristemente es una lucha de desiguales,
me encanta ver a un toro galopar al caballo pero que no se le destroce ni se le
desangre. Se le quita su poder y así no lo tienen. Es una suerte maravillosa
que hay que reformar para que la lucha fuera entre iguales. Eso se podría
lograr con un peto flexible, veríamos volar más de un caballo.
- Hablemos del
indulto.
El público hace de ganadero. Permite mandar un mensaje a la
sociedad que es bastante positivo como es el que quién lucha hasta el final
gana y eso es aplicable al animal. El público cuando disfruta perdona la vida a
un animal que se lo ha ganado luchando. El que lucha triunfa, eso es lo más
bonito, ése es el indulto. El público participa -con su forma de sentir- en las
distintas ganaderías.
- El maestro
Campuzano apostó por separar el indulto del requerimiento de padrear.
Cada ganadero debe estimar lo que hace. Yo he utilizado
todos los que me han indultado porque te marca lo que quiere el público.
Cualquier indultado se lo echo a las vacas aunque algunos me aporten más que
otros.
- Sus toros, ¿se ven
afectados por las exigencias del peso actual?
Sí, el toro moderno se ha ido a un toro excesivamente
grande, busco afinar el toro. Busco un toro menos basto, más fino de todo. Es
más bonito y flexible, se mueve más. En mis sementales busco toros más finos
aunque eso es un proceso muy lento.
- Habla de proceso
lento. Su toro es distinto al de su padre, ¿cree que habrá paciencia?
Todo es impaciente. Mi padre falleció hace 6 años y yo estoy
comenzando mi seleccion. Hasta los 10 no se va a ver la base de la selección a
la que voy. Ojalá no fuera tan lento, no puedes cargarte una ganadería de un
día. Seleccionas en base a lo que sientes -30 vacas al año- buscando tu
excelencia. En 10 años eso supone cambiar tres tientas. no puedo correr.
- En su caso, ¿ha
tenido que aguantar, pese a que lidia toros de mucha casta, desprecios por ser
considerada su ganadería comercial?
Muchas veces, hay que juzgar sobre lo que ve. En mi corridas
siempre te ponen que son nobles y sin fuerzas. No tiene nada que ver con lo que
ha pasado en la plaza muchas veces. Las imágenes callan muchas veces a esa
crítica. Es irreal lo que pasa en el ruedo respecto a la pluma muchas veces. Es
duro ser ganadero porque es exigente tanto a nivel personal como patrimonial y
si no te dan cariño es complicado seguir con el animo en un proyecto tan a
largo plazo y tan complejo.
- Es la segunda vez
que me cita usted a la prensa.
Muchas veces es cruel con esta ganadería, no refleja con
objetividad lo que acontece en el ruedo. Si reflejaran con objetividad lo que
pasa en el ruedo estaría contento. Muchas veces se puede ver el vaso medio
lleno o medio vacío y siempre nos toca el vacío. Entiendo que ocupar un lugar
destacado implica exigencia pero la crueldad no tiene sentido cuando tú pones
como base el crear bravura como sustento de la tauromaquia.
- Muy duro
Es la verdad, qué le vamos a hacer. Todo por ese estereotipo
que hay. En Arles embistieron 5 toros con el poder que busco y 1 no. No hay un
análisis, me voy a los hechos. Este año he lidiado 3 corridas y 3 puertas
grandes, con sus más y sus menos. Ésa es la realidad.
- ¿Usted paga, en
cierta manera, la obra de su padre?
Juan Pedro es una marca, sigo con el nombre de mi padre.
Cuando estás arriba te critican más. No creo que cargue. Toca analizar el
público de mi época y sobre eso adaptarme a ello sobre el legado extraordinario
de la ganadería. Yo tengo que adaptarme a mi tiempo. Busco que las grandes
figuras toreen mis toros.
- Usted era el alma
de Parladé, un hierro con toros de mucha casta -premiados en Madrid, entre
otros- pero que mataban toreros “modestos”. Ahora, sobre esa idea de más
picante, maneja Juan Pedro. ¿Nota cierta reticencia en las figuras para matar
los toros de Juan Pedro ya con su mano?
Los resultados de Parladé han sido expecionales. Ha dado
toros de triunfo -aunque no los hayan matado- yo creo que entre las tres de más
opciones en Madrid. Al final Juan Pedro es una marca de varias generaciones,
imborrable. Yo camino hacia una forma de sentir la bravura y espero que me de
la razón el tiempo. para eso trabajo. Salen toros con ese picante y yo busco el
toro como el de David Mora el año pasado en Vistalegre.
Sí que noto esa reticencia. Respeto a las figuras y aciertan
y se equivocan, como yo, pero estoy convencido que ven un proyecto serio y
siguen pidiendo Juan Pedro -el responsable del hierro soy yo- para sus grandes
acontecimientos. Sementales de Juan Pedro están en Parladé y al revés, tengo un
proyecto común.
- Sobre usted cae un
peso tremendo, injusto ya que su padre y usted son personas distintas pero la
gente no siempre lo quiere ver.
Es un tremendo esfuerzo que poco a poco te van aceptando.
Necesitas dosis de cariño frente al esfuerzo que haces y cuando no se refleja
la realidad te duele. Ves que tu trabajo queda como la parte negativa y me
gustaría que alguna vez se viera el vaso medio lleno. Analizo mis corridas con
gran objetividad pero muchas veces se es tremendamente injusto.
- ¿Qué sacrifica un
ganadero?
Ocio, patrimonio (el negocio inviable) dejas muchas más
cosas de lo que la gente se cree. Cuando te esfuerzas personal,
patrimonialmente por tu amor al toro y solo recibes palos estás cabizbajos y a
veces piensas no seguir pero la afición te hace seguir. Esa es la realidad de
muchas personas.
- Más que ganaduros,
¿perdeduros?
Eso es una verdad como un templo. Si tienes que invertir en
campo y estructuras, y luego ves lo que ganas, es inviable. Si el esfuerzo
personal y patrimonial es tan grande y no ves reflejos de quién lo valore,
¿donde vamos?. Estos son ciclos y a veces los ganaderos ganaban o no pero eran
valorados. Hoy eso no existe. No valoran ni tu trabajo ni tu esfuerzo, habría
que valorarlo para que te animen. Me gustaría que los toros salieran con el
poder que busco pero con el volumen que se pide es duro.
- Muy dura la
entrevista.
Para eso son. Si me preguntan es para contar la realidad de
esto. Dedicas tu vida a criar toros y dejas muchas cosas en el camino. Aquí
nadie te regala nada.
Juan Pedro Domecq, un nombre ligado al toro moderno actual. El hijo (izq.) sigue el legado de su tragicamente fallecido padre (der.). Foto: EFE |
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