miércoles, 5 de abril de 2017

Injusto final de Temporada Grande

Amigos de la Fiesta Brava, mucho gusto en saludarlos. Concluyó el reciente domingo 2 de abril la Temporada Grande Internacional 2016-2017 de la Monumental Plaza México en sus diferentes fases que incluyeron la de la propia temporada, el regreso de la Feria Guadalupana, los festejos del aniversario del coso y la I Feria de la Cuaresma pero particularmente en ésta última que estuvo enfocada en darle de torear a los que menos oportunidad tienen de hacerlo, su final ha sido verdaderamente injusto.

Sólo dos espadas en sus respectivas fechas lograron “tocar pelo”, el primero de ellos, el mexiqueño Juan Luis Silis, el domingo 12 de marzo a un ejemplar de Rancho Seco y, el segundo, el aquicalidense Fabián Barba, el domingo 26 de marzo a un astado de Marco Garfias. Así ambos se ganaron el derecho de torear la corrida, en tercia de triunfadores, al lado de Pepe Murillo, apenas este domingo 2 de abril lidiando un encierro de San Marcos.
Las cuatro corridas lidiadas, la de Rancho Seco, Piedras Negras, Marco Garfias y San Marcos fueron encierros de irreprochable presencia y todos bien armados, dejando Piedras Negras y Marco Garfias a dos matadores gravemente heridos, Antonio Romero y Gerardo Adame, respectivamente.

En todo este primer serial cuaresmal se había anunciado y prometido un paquete de diez corridas en diferentes plazas del país para quien resultara máximo triunfador tras la corrida del domingo 2 de abril pero desafortunadamente no se registró corte de apéndices, sólo una vuelta al ruedo hubo en el astado que cerró plaza y esa la dio el férreo diestro iztacalquense Juan Luis Silis, lo cual lo convertía en el mejor de la tarde.

Y es aquí donde viene el injusto cierre de esta temporada pues había un supuesto jurado integrado por peñas taurinas que determinarían al triunfador, pero como nadie “tocó pelo”, según se supo, se les hizo fácil declarar desierto el puesto de máximo triunfador, ese que le correspondía por justicia, porque se la jugó igual que los demás, a Juan Luis Silis, negándosele así la posibilidad de sumar esa decena corridas que se habían prometido.

Entonces, no valió en nada el esfuerzo de los toreros, en particular el de Silis, quien siempre ha tenido que “remar contra corriente”. No valió el que hayan aceptado salirle a lo que les echaron en el ruedo del gran coso de Insurgentes, por cierto, ante una pobre respuesta del público en los tendidos, los cual es triste. Qué es lo que tienen que hacer pues los toreros para que sean tomados en cuenta, sobre todo éstos que no tienen quien los apoye, que los apodere y, mucho menos, tener la fortuna de pertenecer a las casas de apoderamiento.

Sin duda, ha sido triste y lamentable que un serial como el de la Cuaresma, que se significó por la valentía de los doce matadores que tomaron parte y por la impecable presencia de los astados, se haya cerrado así, sin un aliciente al torero que terminó siendo el mejor. Por ello les recuerdo que “cuando la inteligencia humana y la irracional belleza animal se conjugan en la arena ¡surge el toreo! Arte y bravura en escena”.

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