sábado, 22 de abril de 2017

Las primeras experiencias del nuevo canal Toros TV

Se hace necesario reajustar algunas cosas
Durante mes y medio, con Sevilla y Madrid, Toros TV será el acompañante de miles de aficionados.
 Ocasionalmente con la feria de Olivenza, pero sobre todo con el ciclo fallero de Valencia, se puso en marcha la nueva fórmula diseñada en Movistar TV para su canal Toro TV, heredero directo del antiguo Canal + Toros. Partiendo de la base de que todos conviene apoyar su continuidad, sobre para garantizar la visibilidad de lo taurino en las circunstancias actuales, no por ello se puede obviar que parecen recomendables introducir algunos cambios para que toda la maquinaria ruede con mayor fluidez. Si ya de por sí resulta muy diferente ver una corridas de toros al natural a cuando se hace al natural, a la pequeña pantalla hay que añadirle algunos ingredientes que palien esas diferencias más que ambientales.

Con la salida de Manolo Molés, el actual canal Toros TV comenzó un nuevo camino, que se venia fraguando desde tiempo antes, cuando comenzaron a implantarse nuevos criterios de gestión. Al iniciarse la actual temporada, sus responsables afirmaron que buscaban un cambio radical de imagen.

Un hombre experimentado en el manejo de los canales de pago como Hugo Costa, explicaba que el canal iba a apostar por los toros y por su futuro. "No hay un arte como la tauromaquia y tenemos que cuidarlo. Vamos a poner todo el esfuerzo e ilusión en esta nueva etapa del canal para que el aficionado disfrute de todo lo que pasa en el mundo del toro", anunció.

La realidad es que, por lo hasta ahora visto, aún andamos en los prolegómenos del cambio pretendido. La primera experiencia, la de las Fallas valencianas, se saldó como mucho en tablas. Se veía que la maquinaria aún estaba por engrasar. Que el espacio de mayor aceptación fuera la tertulia posterior al festejo, no deja de ser todo un síntoma.

En lo fundamental para el aficionado, la narración del espectáculo, se había perdido ritmo y agilidad, con respecto a la etapa anterior. Probablemente porque el manejo de la palabra y la imagen en tiempo real no resulta fácil de coordinar. Pero también porque en la personalización del protagonismo quedaba muy difuso: Se seguía con la alternancia en los narradores y comentaristas.

Nadie duda de su capacidad y conocimientos como aficionado, pero no puede obviarse que el nuevo narrador principal, Chapu Apaolaza, no termina de coger el aire necesario, sino que  resulta premioso en su narración y requiere del continuado apoyo --cuando no la rectificación-- de Emilio Muñoz para precisar conceptos y circunstancias.

Es lógico que así ocurra, porque desde la letra impresa aterrizar en un medio audiovisual no puede ser empeño fácil, cuando además se tiene que dirigir en directo a un publico mayoritariamente conocedor de la realidad taurina, que tiene sus propios criterios a la hora de valorar lo que ocurre en el ruedo.

Pero, además, se trata de un trabajo muy complejo, porque todo el espectáculo se desarrolla en vivo, con lo cual  las posibilidades de error se multiplican. Si se rebobina lo visto hasta ahora, en demasiadas ocasiones, con diferencia tan sólo de minutos, se ha comprobado como se sostenía una opinión y su contraria. Nada distinto de lo que le ocurre a los profesionales que están en el ruedo, tomando base de las propias condiciones tan cambiantes de la lidia.

Con todo, lo más preocupante radica  en que, con todas las objeciones se le quieran poner a sus opiniones, la realidad  es que se nota demasiado la ausencia de una mano directora clara y con mando, como la que ejercía Molés, a la hora de llevar las riendas de lo que se ofrece en la pantalla.

Por otro lado, en el mundo del toro se habla en estos días que se van a producir cambios entre los actuales colaboradores, especialmente de los que protagonizan la tertulia posterior al festejo. Y lo que circula por los mentideros no es bueno. Sin embargo, se empeñan en mantener a otros colaboradores que tienen intereses directos en la propia fiesta de los toros; son intereses completamente legítimo, pero que no son compatibles con la independencia necesaria a la hora de informar y enjuiciar sobre lo que ocurre.

Más que probablemente será Hugo Costa el primero que se ha dado cuenta de todo aquello que conviene retocar, o que rectificar, según se mire. Y estará en ello, porque eso irá en beneficio no sólo de la empresa gestora, sino sobre todo de su audiencia, cuando ahora nos esperan más de mes y medio continuados  de toros en dos plazas de referencia, como Sevilla y Madrid.

Para la Tauromaquia, además, que se consolide al alza un canal específicamente taurino, constituye un factor fundamental en esta época de contrariedades sociales. / www.taurologia.com

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