Se hace necesario reajustar
algunas cosas
Durante mes y medio, con Sevilla y Madrid, Toros TV será el acompañante de miles de aficionados. |
Ocasionalmente con la feria de
Olivenza, pero sobre todo con el ciclo fallero de Valencia, se puso en marcha
la nueva fórmula diseñada en Movistar TV para su canal Toro TV, heredero
directo del antiguo Canal + Toros. Partiendo de la base de que todos conviene
apoyar su continuidad, sobre para garantizar la visibilidad de lo taurino en
las circunstancias actuales, no por ello se puede obviar que parecen
recomendables introducir algunos cambios para que toda la maquinaria ruede con
mayor fluidez. Si ya de por sí resulta muy diferente ver una corridas de toros
al natural a cuando se hace al natural, a la pequeña pantalla hay que añadirle
algunos ingredientes que palien esas diferencias más que ambientales.
Con la salida de Manolo Molés, el actual canal Toros TV
comenzó un nuevo camino, que se venia fraguando desde tiempo antes, cuando
comenzaron a implantarse nuevos criterios de gestión. Al iniciarse la actual
temporada, sus responsables afirmaron que buscaban un cambio radical de imagen.
Un hombre experimentado en el manejo de los canales de pago
como Hugo Costa, explicaba que el canal iba a apostar por los toros y por su
futuro. "No hay un arte como la tauromaquia y tenemos que cuidarlo. Vamos
a poner todo el esfuerzo e ilusión en esta nueva etapa del canal para que el
aficionado disfrute de todo lo que pasa en el mundo del toro", anunció.
La realidad es que, por lo hasta ahora visto, aún andamos en
los prolegómenos del cambio pretendido. La primera experiencia, la de las
Fallas valencianas, se saldó como mucho en tablas. Se veía que la maquinaria
aún estaba por engrasar. Que el espacio de mayor aceptación fuera la tertulia
posterior al festejo, no deja de ser todo un síntoma.
En lo fundamental para el aficionado, la narración del
espectáculo, se había perdido ritmo y agilidad, con respecto a la etapa
anterior. Probablemente porque el manejo de la palabra y la imagen en tiempo
real no resulta fácil de coordinar. Pero también porque en la personalización
del protagonismo quedaba muy difuso: Se seguía con la alternancia en los
narradores y comentaristas.
Nadie duda de su capacidad y conocimientos como aficionado,
pero no puede obviarse que el nuevo narrador principal, Chapu Apaolaza, no
termina de coger el aire necesario, sino que
resulta premioso en su narración y requiere del continuado apoyo
--cuando no la rectificación-- de Emilio Muñoz para precisar conceptos y
circunstancias.
Es lógico que así ocurra, porque desde la letra impresa
aterrizar en un medio audiovisual no puede ser empeño fácil, cuando además se
tiene que dirigir en directo a un publico mayoritariamente conocedor de la
realidad taurina, que tiene sus propios criterios a la hora de valorar lo que
ocurre en el ruedo.
Pero, además, se trata de un trabajo muy complejo, porque
todo el espectáculo se desarrolla en vivo, con lo cual las posibilidades de error se multiplican. Si
se rebobina lo visto hasta ahora, en demasiadas ocasiones, con diferencia tan
sólo de minutos, se ha comprobado como se sostenía una opinión y su contraria.
Nada distinto de lo que le ocurre a los profesionales que están en el ruedo,
tomando base de las propias condiciones tan cambiantes de la lidia.
Con todo, lo más preocupante radica en que, con todas las objeciones se le
quieran poner a sus opiniones, la realidad
es que se nota demasiado la ausencia de una mano directora clara y con
mando, como la que ejercía Molés, a la hora de llevar las riendas de lo que se
ofrece en la pantalla.
Por otro lado, en el mundo del toro se habla en estos días
que se van a producir cambios entre los actuales colaboradores, especialmente
de los que protagonizan la tertulia posterior al festejo. Y lo que circula por
los mentideros no es bueno. Sin embargo, se empeñan en mantener a otros
colaboradores que tienen intereses directos en la propia fiesta de los toros;
son intereses completamente legítimo, pero que no son compatibles con la
independencia necesaria a la hora de informar y enjuiciar sobre lo que ocurre.
Más que probablemente será Hugo Costa el primero que se ha
dado cuenta de todo aquello que conviene retocar, o que rectificar, según se
mire. Y estará en ello, porque eso irá en beneficio no sólo de la empresa
gestora, sino sobre todo de su audiencia, cuando ahora nos esperan más de mes y
medio continuados de toros en dos plazas
de referencia, como Sevilla y Madrid.
Para la Tauromaquia, además, que se consolide al alza un
canal específicamente taurino, constituye un factor fundamental en esta época
de contrariedades sociales. / www.taurologia.com
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