Víctima de una larga enfermedad
Fue empresario de la Plaza de
Toros de Mérida, además de aficionado reconocido.
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
La parca no ha perdonado la mortal embestida de un cáncer óseo,
para quien más que todo fue un gran aficionado. Se trata del fallecimiento el
pasado miércoles en la ciudad de Mérida del conocido aficionado Ricardo D’ Jong,
uno de los integrantes de la recordada Empresa Taurina CHAMARÚ, que llevó los destinos
del máximo coso taurino emeritense en el trienio 1996-97-98.
Fue D’ Jong una persona de amplio y rico verbo para la conversación.
Le recuerdo como el vocero oficial de la mencionada empresa, la misma a la que
toco pechar con un duro momento para la Feria del Sol tras lo que supuso el relevo
dejado por Don Cheo Ramírez, quien las presiones internas de su entorno al
final le hicieron dejar la plaza, cuando faltaba un año por cumplir de
arrendamiento.
No lo tuvo fácil CHAMARÚ, una empresa conformada por los ya
fallecidos Jorge Sandia, Fernando Grisolia y el propio D’ Jong, junto con los presentes
César Oliver, Juan D’ Filippis y Jorge Valecillos, todos ellos asesorados por
Don Alfonso López, el primero que partió al descanso eterno celestial.
Todos formaron un complejo entramado empresarial a los que
les tocó lidiar con criterios, puntos de vistas y temperamentos no fáciles de
lidiar, lo que les hizo incluso que las ediciones del ’97 y ’98 fueran
reducidas a cuatro festejos, más por otras cuestiones que por la propia
necesidad de la feria en sí. Pero allí guapearon todos, hasta incluso llevar
otras plazas, como Barquisimeto y Tovar por mencionar.
Y entre todos ellos destacaba Ricardo D’ Jong, por su
diplomacia, su equilibrio, su acertado tino para resolver detalles que para
otros eran complejos. Allí que su impronta.
Sirva estas líneas para rendir tributo así mismo en nombre
de la directiva de la Fundación Cultural Girón Seccional Mérida, para quien
merece un lugar aparte en esto que llama lio del toro en la ciudad de Mérida,
la que pide en estos momentos un revulsivo de respeto y seriedad –por lo que
siempre abogó Don Ricardo- por parte de autoridades taurinas y empresa de turno
de cara a un futuro no muy lejano.
GERMAN ROSALES ALTUVE SUFRIÓ INFARTO
Nuevamente la familia del toro esta con el corazón en un puño,
pues otro de sus integrantes, en este caso el reconocido narrador taurino y
locutor comercial tovareño, Don Germán Rosales Altuve este pasado Viernes Santo
hubo de ingresarse en el máximo centro asistencial merideño, tras sufrir cuadro
de Síndrome Coronario Agudo, cuando se encontraba al lado de su familia.
Las oportunas y primarias atenciones fueron vitales para en
estos momentos mantener en delicado pero estable cuadro clínico al mencionado y
buen amigo del apasionado relato taurino, quien se une en “el hule” a Ramón Ramírez
“Rizquez II”, quien de la misma manera se halló días atrás en similar
circunstancias.
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