La figura alicantina desgrana los
planes para una temporada en la que le aguardan Arles, Sevilla y Las Ventas.
El diestro José María Manzanares ha asegurado que
actualmente se encuentra en un momento «de dulce» en su carrera, posiblemente
en el que «mejor» está toreando, porque, como también reconoce: «Cada día
siento que voy acercándome más al concepto que me enseñaron mi padre y mi
abuelo».
«Llevo muchos años luchando para alcanzar esa meta,
entrenando mucho para llegar a lo que mi padre quería que llegara. Sé que es un
proceso muy lento, muy difícil también, pero lo importante es que cada año
damos un pasito más y mi toreo va evolucionando hacia lo que yo voy buscando:
la pureza, la naturalidad... Voy en el camino y espero seguir dando más de mí
en el futuro», confiesa también en una entrevista con EFE.
Manzanares (Alicante, 1982) lleva hasta la fecha cuatro
paseíllos trenzados en lo que va de 2017, tres de ellos saldados de manera
triunfal: Olivenza (Badajoz), Illescas (Toledo) y Castellón. Sólo falló en
Valencia, en Fallas, en una tarde en la que los toros no le acompañaron para
haber conseguido un cuarteto de puertas grandes.
El alicantino confiesa haber arrancado el año con «muy
buenas sensaciones»; cada tarde ha logrado «un plus» más en esa constante
búsqueda de hacer evolucionar su toreo, especialmente en Illescas (Toledo),
plaza de tercera categoría, pero en la que ha cuajado, de momento, la mejor
faena del año al toro «Fusilero», de José Vázquez, al que acabó indultado.
Muy ilusionado
«Siempre es precioso cuando se consigue indultar un toro,
pero las sensaciones que viví, lo bien que me encontré y lo mucho que me sentí...
eso es algo difícil de explicar; lo que sí puedo asegurar es que estoy muy
feliz por lo que he conseguido hasta el momento y muy ilusionado también por lo
que me viene a partir de ahora», asegura.
Lo más inmediato, Arles (sur de Francia), donde toreará el
próximo sábado 15 de abril, y después ya le vienen tres tardes en Sevilla (16 y
28 de abril, y 5 de mayo) y dos más en Madrid (1 y 16 de junio), seis citas
para las que se encuentra «mentalizado» para dar su mejor versión.
«Arles es una de 'mis' plazas de Francia. Me encanta torear
allí. Recuerdo una faena a un toro de Jandilla hace años en la que me encontré
muy bien; y luego ya mi triple paso por Sevilla, mi queridísima Maestranza.
Todos los años es un reto. Dios quiera que los toros ayuden y me dejen
expresarme porque torear en Sevilla siempre es un regalo», confiesa Manzanares.
Y después dos tardes en San Isidro, la feria de la que el
año pasado salió triunfador tras la magistral faena protagonizada al toro
«Dalia», de Victoriano del Río, en la Corrida de la Beneficencia, un hecho que
puede pesarle este año, ya que «al poner el listón tan alto, ahora posiblemente
me exijan mucho más», reconoce.
Sin obsesiones
«Pensar en Madrid nunca es fácil, más aún después de lo del
año pasado. Pero no me obsesiono, ya que creo pensar de más podría jugarme una
mala pasada. Lo mejor es afrontar cada tarde tranquilo y a intentar lo que
salga, porque como te empieces a preocupar es cuando uno se puede venir abajo»,
añade el alicantino.
Y eso que la afición de Las Ventas, como figura del toreo
que es, le suele mirar con lupa, como hacía con su padre en la década de los
90, un espectador que, además del toro íntegro, demanda también el toreo
auténtico, el de sin trampas ni cartón.
«Cada plaza tiene su personalidad muy marcada, Madrid tiene,
además, un plus en ese sentido. Yo me siento muy bien en Madrid, noto muchísimo
cariño por parte de la afición; aunque sí que es verdad que es muy exigente en
cuanto a lo que ocurre en el ruedo, pero es que también es muy pasional y se
entrega como ninguna otra», afirma.
En cuanto al planteamiento del resto de temporada, el
alicantino confiesa que será «más o menos» como la de 2016, es decir, «estar
presente en las principales ferias de Francia, España y Portugal», concluye. / ABC.ES Madrid
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