domingo, 2 de abril de 2017

TEMPORADA EN LAS VENTAS - Del drama de Navarrete a la sublimación del toreo de Ángel Sánchez

Dos graves cornadas -en el cuello y en el muslo- del debutante jiennense: una en región cervical derecha con dos trayectorias y otra en tercio distal muslo derecho con trayectoria hacia atrás que rodea cara interna del fémur. *** Sublime faena del novillero madrileño, que se cierra la Puerta Grande con la espada, a un extraordinario ejemplar de La Quinta.
Manolo Vanegas
ZABALA DE LA SERNA
Diario EL MUNDO de Madrid
@zabaladelaserna
Foto: EFE

Cuando García Navarrete logró zafarse de los pitones, parecía que se había producido el milagro de su integridad. Pero enseguida se vio la cornada evidente en el muslo derecho. De la enfermería subieron las noticias de que llevaba otra más en el cuello. De los mil derrotes con saña que le habían buscado en el suelo la yugular y el pecho, uno había conseguido su sangriento objetivo. El terciado y cárdeno utrero de La Quinta había sido todo genio y, al entrar a matar, todavía más desarrollados su instinto y sus vicios por el ingenuo oficio del debutante, hizo presa. Se presentía la gravedad del percance, que todavía pudo ser peor, si no fatal…

Que más de 10.000 personas se concentrasen en Las Ventas para presenciar la novillada de La Quinta, una novillada al fin y al cabo, merecería casi un titular y un hueco en los telediarios como cuando 50 antitaurinos se manifiestan a las puertas de una plaza en una ridícula cacerolada. Por compensar la demagogia más que nada.

De los tres toreros, Manolo Vanegas contaba con la experiencia por encima de los dos debutantes, Ángel Sánchez y García Navarrete. Y Vanegas precisamente tuvo en su mano la bondad de dulce del primer santacoloma de la tarde. Tan fino y enjuto que incluso dentro de los parámetros morfológicos del encaste se hacía cortito su trapío. El venezolano imprimió a la lidia temple y facilidad. Desde las verónicas del saludo hasta los ayudados por alto de final de faena. De tan buenecito, el novillo de contado poder transmitía la emoción de un tentadero. Y probablemente la facilidad de Manolo Vanegas tampoco ayudó a subir la temperatura. La soberbia estocada, acompañada de una voltereta inocua, supuso el momento más vibrante.

Más de lo mismo le pasó a Vanegas con un cuarto que subía la presencia de la novillada de La Quinta. Su noble embestida, que se salía de la muleta un tanto a su aire, quizá sosa para la chispa sanacolomeña esperada, se juntó con el holgado oficio de escaso embroque del venezolano. Otra vez la estocada deslumbró por su contundencia.

Luz propia tuvo Ángel Sánchez. La luz de su expresión y su extrordinario concepto del toreo. Si ya había dejado su impronta y sus dosis de valor sereno con el sobrero mirón de San Martín -tremendo el porrazo que se llevó Fernando Tellez-, cuajó de principio a fin al exquisito quinto de La Quinta. Como si fuera una redundacia. El sentido del toreo a flor de piel. El temple dormido de su capote a la verónica, el ritmo sostenido a cámara lenta de su muleta. La idea de que torear es reunirse con la embestida y despedirla detrás de la cadera. El toreo al natural que volteó Las Ventas más allá todavía del derroche de su derecha. El eco de una serie majetuosa aún perduraba con la noche caída. Los ayudados por bajo enloquecieron Madrid. Como los pases de pecho inacabables. Se presentía la Puerta Grande, pero la espada decapitó la esperanza. La vuelta al ruedo desprendió la importancia de haber presenciado la faena de lo que llevamos de temporada. La ovación para el novillo de La Quinta ("Pavito") se alargó con el mismo son de su calidad.

En la gran obra de Sánchez murió la tarde. El sexto, remiendo de Rehuelga, tenía la contradicción de la prontitud y la dormidera en la muleta. Vanegas tiró de su oficio de nuevo. Y otra vez la seguridad aplastante de su espada.

PARTE MÉDICO DE LA CORNADA DE GARCÍA NAVARRETE
Dos heridas por asta de toro, una en región cervical derecha con dos trayectorias, una hacia arriba de 15 centímetros que bordea glándula parótida alcanzando ángulo de la mandíbula y otra de 10 centímetros que alcanza suelo de la boca y base de la lengua. Otra en tercio distal muslo derecho con trayectoria hacia atrás que rodea cara interna del fémur alcanzando región poplítea y que contusiona paquete vásculo nervioso y nervio ciático produciendo destrozos en músculo vasto interno. Fractura tercio medio de clavícula derecha. Erosiones y contusiones múltiples. Intervenido quirúrgicamente en enfermería de la plaza de toros. Se le traslada al Hospital San Francisco de Asís con cargo a la Fraternidad. Pronóstico grave. Firmado: Dr. García Padrós.

LA QUINTA | Manolo Vanegas, Ángel Sánchez y García Navarrete
Novillos de La Quinta y uno de Rehuelga (6º); y un sobrero de San Martín (2º bis); terciados, en tipo para su encaste, de diferentes remates, alguno como el 1º por debajo del mínimo; extraordinario el 5º; dulce el 1º; bondadoso y soso el 4º sin terminar de humillar; complicado el 3º.
Manolo Vanegas, de malva y oro. Gran estocada (saludos). En el cuarto, estocada (petición y saludos). En el sexto, estocada. Aviso (ovación de despedida).
Ángel Sánchez, de rosa palo y oro. Dos pinchazos y estocada (saludos). En el quinto, tres pinchazos y estocada pasada (vuelta al ruedo).
García Navarrete, de azul pavo y oro. Herido. Vanegas lo mata de pinchazo y estocada que hace guardia (silencio).
Monumental de las Ventas. Domingo, 2 de abril de 2017. Más de 10.000 personas.
VIDEO RESUMEN DE LA NOVILLADA

No hay comentarios:

Publicar un comentario