La Liturgia Taurina,
este es el título del libro que publicó el acucioso periodista español
Alejandro Pizarroso Quintero y quien dice en la introducción: “La Fiesta es
fundamentalmente un arte. Es decir, está
encaminada a buscar la emoción estética entre los que la practican y los que
la contemplan. Sin ello todo lo demás no tendría ningún sentido”.
La grandeza de la Fiesta se da y se mantiene cuando lo
anterior expuesto por el periodista se cumple, de esta manera estamos
contribuyendo al enaltecimiento de la misma, cuando no, lo que estamos haciendo es ponerla en un
callejón sin salida.
Pero lo más triste es la injerencia de la
política en la fase organizativa de la Fiesta, vale decir en la
designación de las autoridades que controlan y que tienen aplicar el Reglamento
Taurino de cada Municipio en donde se celebran corridas de toros.
Y nunca la injerencia política o politiquera ha sido buena
en esto de los toros. Se pierde la brújula. Los taurinos politiqueros se valen de sus propias o rebuscadas influencias
para formar parte de las mal llamadas Comisiones Taurinas pero así lo rezan los
Reglamentos u Ordenanzas Taurinas.
Los desmadres de estos entes colegiados han estado a la
orden del día en estos últimos años: Tovar, San Cristóbal y Mérida en estricto
orden de antigüedad de la fiesta en cada una de ellas más no por la grandeza de
los desaguisados.
CARAS DURAS DE LA COMISIÓN TAURINA DE MÉRIDA
Como es posible que tengan la desvergüenza de convocar a una
Convención de Comisiones Taurinas por favor.
Bajo que parámetro legal se atribuyen esta competencia. Además estos
señores han demostrado una pobreza total en cuanto al ejercicio de la
autoridad, carecen de criterio taurino tienen un criterio de pan y circo.
Protagonismo de ser los más ilustrados y en esto hay que tener torerías como
dijera el maestro Antonio Chenel “Antoñete” y ahora término muy de moda para
todas las actividades taurinas.
Para apoyarme y sin ser visceral ojo, ni resentido que es lo
que ahora dicen cuando no se está de acuerdo y se les critica. Traigo a
colación:
a) Lidia de un encierro del ganadero colombiano Dayro Chica
a nombre de Campo Pequeño repartieron orejas a diestra y siniestra, saliendo a
hombros los ganaderos con escapulario ajeno.
b) Aumento del peso de los toros a los arrojados en la
balanza y, este año el descaro de bajarlos a los astados de la ganadería
debutante para que no desentonara con los de las otras ganaderías.
c) Estampa, trapío, peso y presencia en esta temporada y en
muchas de las anteriores brillaron por su ausencia. Gran número de los lidiados
no sobrepasan el bajo vientre de los toreros, foto de uno lidiado por Alejandro
Talavante, que como prueba irrefutable
recorrió el mundo taurino.
d) Legalizaron el cachilapeo en las plaza Monumental de
Mérida, será una de las modificaciones del Reglamento emeritense y querrán
imponer a los demás entes de autoridad taurina, menos mal que no es vinculante
lo que allí traten cada uno de ellos tiene su propia ordenanza.
De seguro tratarán de refrendar el acuerdo de
obligatoriamente a cada miembro, delegados, secretarios credencial para el callejón o para donde sea. De esto se
ha destacado la de Mérida es la que más se
moviliza, mas mangones van.
Sobran los temas, pero ahora
quiero preguntar si en Venezuela solo hay ferias en San Cristóbal, en la
reciente feria un gran descalabro caracterizó el desarrollo de la misma, de la
cual denigran los sabiondos merideños,
Tovar y Mérida con comisión de
marras de que Convención o mejor “encuentro” para presumir y alzar la
copa.
Pregunto. Esto es engrandecer la Fiesta Brava. Esta es la
majestuosidad de la Fiesta de los Toros.
Sera parte de la LITURGIA TAURINA.-
LUIS EMIRO MONCADA JÁUREGUI
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