martes, 25 de abril de 2017

Paco Camino: "Palomo Linares jamás se dejó ganar la pelea por nadie"

GONZALO I. BIENVENIDA
@GonIzdoBienve
Diario EL MUNDO de Madrid

Sebastián Palomo Linares durante el tiempo en el que estuvo en activo se codeó con grandes figuras como Paco Camino que aseguraba este lunes, impresionado tras conocer el triste desenlace, que "jamás se dejó ganar la pelea por nadie".

Para entender la rivalidad entre ambos toreros se recuerda el encontronazo que protagonizaron en un plató de televisión. Camino lo recuerda así: "Había rivalidad pero no le dábamos importancia, aquello se quedó en una anécdota. Fuimos grandes compañeros, me ha dolido mucho su pérdida".

Durante su infancia, siendo un chiquillo, estuvo rodeado de aquellos a los que le unía el sueño de ser torero. La crudeza del toreo en aquellos comienzos le llevó a desarrollar una encendida rivalidad, una avispada forma de actuar y una madurez curtida en las dificultades como recuerdan actuales toreros retirados, entonces chavales con un sueño común.

Los toreros de Linares, José Fuentes (1944) y Curro Vázquez (1952), compartieron con Palomo Linares aquella incertidumbre unida siempre a las hazañas junto con otros chicos de la provincia de Jaén formando la pandilla de las tapias en los tentaderos: "Todos le apodábamos rata. Por sus pelillos de punta, su listeza inquieta, su instinto, su carácter..." recordaba entre risas José Fuentes. "Aunque era tres años menor, me llamaba la atención los cabreos que se cogía cuando no le salían bien las cosas", añadía.

Una anécdota que rememoró este lunes José Fuentes hacía referencia a la tremenda afición que tenía Palomo: "Nunca olvidaré que al tener aquel desparpajo tan característico era siempre el primero en saltar de la tapia para repasar las vacas después de que el torero invitado hubiera hecho su faena. Entonces éramos muchos los que queríamos torear y él se saltaba el turno que le correspondía. En una tienta ya le tuve que pegar un tortazo. Se cogió un enfado muy fuerte pero terminó reconociendo que para torear más no podía pasar por encima de sus compañeros".

"La raza que tenía nunca se podrá igualar, era capaz de dejarse matar por conseguir su sueño pero cuando hacía falta, ahí estaba ayudando como compañero".

Curro Vázquez hablaba este lunes de la noche en la que Sebastián le contó que se iba a la Oportunidad: "Con su amor propio y con la garra con la que toreaba sabía que iba a triunfar".

Cuando Palomo Linares llegó a Madrid no tenía nada. José Luis Lozano le recordaba muy afectado: "Estamos demolidos. Toda una vida juntos, desde que toreó su primera becerra siendo un niño. Hablábamos todos los días". Los Lozano acogieron al torero como a un hijo. Eduardo, José Luis y Pablo compartieron con él toda una trayectoria formando un equipo único que trascendió la barrera de lo profesional.

"Sebastián era uno más de la familia" recuerda Luis Manuel Lozano -apoderado de El Juli- desde la perspectiva de una generación de diferencia.

Dámaso González se refería a Palomo como: «Un hombre con un carácter fuerte en el ruedo pero con una generosidad tremenda como amigo. Su amistad, un privilegio».

El ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo señalaba que se fue «una de las figuras del toreo más destacadas del siglo XX. Además destacó en su faceta como pintor. Le consideraba un amigo personal».

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