Álvaro Lorenzo |
JAVIER
LÓPEZ PÉREZ
El diestro Álvaro Lorenzo cortó la única oreja del
festejo con el que se inaguruó este viernes la feria del Ángel de Teruel, una
tarde marcada y condicionada por la invalidez y falta de casta de los toros que
saltaron al ruedo turolense.
El trofeo vino en el segundo de la tarde, un toro
noble y en el límite de todo, pero al que Lorenzo supo sacar partido gracias a
la suavidad con la que le trató. A derechas lo toreó con hilván en tandas
cortas, y al natural le pegó pases de muy buena firma, cadenciosos y profundos.
El quinto no podía ni con la divisa, y Lorenzo se
mostró muy tesonero, tratando de sacar lo máximo posible de tan inválido
antagonista, pero sin alcanzar el lucimiento deseado, de ahí el acierto del
palco de no concederle la oreja tras una casi entera tendida, conformándose el
toledano con una vuelta al ruedo.
Perera se las vio con un primer toro que, pese a
su nobleza, acusó su absoluta falta de fuerzas. El extremeño anduvo templado en
una labor de enfermero, en la que llegó a ser volteado sin consecuencias y en
la que también acusó el guirigay de gente que no cesaba de entrar en los
tendidos. Y es que no se puede empezar una corrida con casi media plaza todavía
haciendo cola en los aledaños.
El cuarto fue otro inválido con el que Perera
anduvo demasiado insistente, total para no sacar nada lucido. Mal con la espada
recibió división de opiniones al saludar desde el tercio.
El sardo primero de Aguado fue devuelto por
¡manso! y sustituido por un sobrero de Cortijo de la Sierra que no tuvo
fuerzas, fondo ni casta para tirar hacia adelante. El sevillano dejó algún
detalle suelto dentro de un trasteo de poco contenido por falta de oponente.
El sexto se sujetaba también con alfileres, pero
tuvo algo más de fondo que el anterior para que Aguado dejara muletazos de buen
porte, encajados y al ralentí, dentro de un conjunto al que le faltó algo más
limpieza y rotundidad, nuevamente por la condición del toro, al que pudo haber
cortado la oreja de no fallar a espadas.
FICHA DEL FESTEJO
Dos toros -primero y quinto- de Rocío de la Cámara, tres -segundo,
cuarto y sexto- de Fernando Sampedro
y un sobrero -el segundo- de Cortijo de
la Sierra, que sustituyó a uno de Rocío de la Cámara. Corrida, en general,
de distintas hechuras, cómoda por delante, descastada y, sobre todo, muy justa
de fuerzas, rozando la invalidez.
Miguel
Ángel Perera, de verde hoja y
oro: pinchazo y estocada (palmas); cuatro pinchazos y el toro se echa (división
al saludar).
Álvaro
Lorenzo, de grana y oro: pinchazo
y estocada (oreja); casi entera ligeramente tendida que escupe (vuelta al ruedo
tras petición).
Pablo
Aguado, que sustituía a Roca Rey,
de corinto y oro: pinchazo y estocada desprendida (palmas); pinchazo, y media
tendida y atravesada (ovación).
La plaza registró tres cuartos largos de
entrada en los tendidos. / EFE
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