Antonio
Grande malogra con la espada una emotiva faena al encastado quinto novillo dentro
de un conjunto en el que cada novillero tuvo un ejemplar para triunfar en
Madrid.
GONZALO I.
BIENVENIDA
@GonIzdoBienve
Diario EL
MUNDO de Madrid
Fernando Peña lidió este jueves una importante
novillada en Las Ventas. De parejas y bellas hechuras, con clase y casta a
partes iguales. Hasta tres novillos derribaron en el caballo y también fueron
tres los novillos que portaron claras opciones de triunfo: primero, tercero y
quinto. Uno en cada lote. Tuvo contenido la segunda nocturna que reunió a 7.300
espectadores.
Antonio Grande volvía a Madrid tras haber quedado
inédito en San Isidro con un lote sin opciones. Lo hizo siendo fiel a su
clásico concepto, con un punto de frialdad en el planteamiento que supo
combatir con garra después, una vez metido en faena. Fue ante el quinto en el
que se vio su auténtica dimensión.
Además de saber torear demostró tener raza para
solucionar las dificultades que la casta le planteó. Esa misma exigencia que
llevaba a reponer a veces el novillo, a no regalar nada. Grande supo romperse con
él para lograr llevar la embestida cuando se quería quedar. La emotividad del
novillo fue agradecida al esfuerzo del salmantino. La espada se llevó una faena
de oreja. Se justificó con torería ante el primero de su lote que resultó el
más deslucido del conjunto tanto de hechuras como de comportamiento. En aquel
novillo, el subalterno Jarocho fue prendido por el chaleco sin consecuencias
milagrosamente.
Jesús Díez 'El Chorlo' estuvo más entonado ante la
exigencia del cuarto que ante el buen primero que requirió una precisión de
cirujano en toques, tiempos y tempo del trazo. Al duro burraco lo recibió a
porta gayola de forma insólita: el capote voló por un costado del torero y el
novillo pasó por el contrario. Dejó buenos lances en todas sus intervenciones,
relajando mucho la figura. Hizo un soberano esfuerzo buscándole las vueltas a
ese novillo que no regaló nada dentro de su humillada movilidad.
Chorlo recibió una ovación que reconoció su
esfuerzo. Del mismo modo ocurrió a la muerte del primero al que no siempre
cogió el aire, que no era fácil, pero con el que dejó pasajes de importante
estética. Resultó cogido en un natural en el que la embestida no iba cosida
como requería el de Fernando Peña que fue bueno de verdad por su recorrido,
humillación y fijeza pero que no tuvo ni un pelo de tonto.
Se presentó en Madrid el novillero de Alicante y
alumno de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, Borja Ximelis. El novillo del
debut fue el ideal: se abría con una bondad infinita, ritmo a media altura, sin
plantear ningún problema. El alicantino dejó muletazos sueltos en una
voluntariosa actuación. El sexto tuvo tanta bondad como fragilidad. Se protestó
mucho su debilidad de remos tanto que no se echó cuenta al buen tercio de
banderillas de Ximelis así como algunos muletazos con cadencia.
NOVILLOS
DE FERNANDO PEÑA – “El Chorlo”, Antonio Grande y Borja Ximelis
Monumental de las Ventas. Jueves, 11 de
julio de 2019. Segunda novillada del Certamen de Promoción de Plaza 1.
Novillos de Fernando Peña, bien presentados y de buena condición a excepción
del deslucido 2º: enclasado el 1º, de infinita bondad el 3º, encastado el 4º,
exigente y agradecido el 5º y noble aunque flojo el 6º.
Jesús
Díez 'El Chorlo', de verde hoja y
oro. Pinchazo y estocada (saludos). En el cuarto, estocada (saludos).
Antonio
Grande, de azul marino y oro.
Estocada atravesada (saludos). En el quinto, varios pinchazos. Aviso
(silencio).
Borja
Ximelis, de rioja y oro. Media
estocada y dos descabellos. Aviso (silencio). En el sexto, estocada (silencio).
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