Dorian Canton |
@Javierlopez01
Foto: Plaza 1
Foto: Plaza 1
Una sola ovación a cargo del francés Dorian Canton
fue el pobre balance de la novillada que cerró este jueves por la noche la fase
clasificatoria del ciclo "Cénate Las Ventas", una función plana y
plúmbea en la que se juntaron el escaso bagaje de los novilleros con la falta
de raza de los "murubes" de Castillejo de Huebra.
Cristian Pérez no le acabó de coger el aire a su
primero, que, pese a su escasez de fondo, no tuvo mal aire por el izquierdo,
pues por el otro viajaba siempre con la cara natural, sin entregarse.
El de Hellín acumuló pases a lo largo de una labor
excesivamente larga -le sonaron un aviso y todavía le quedaban las manoletinas
y entrar a matar- y de poco contenido. Quizás alguno por el izquierdo tuvo su
aquel, pero sin unidad.
Desquitado ya de la presión de abrir plaza, Pérez
recibió al cuarto con dos faroles de rodillas y otros tantos lances a la
verónica de buen aire. Luego al novillo le faltó clase, con la cara suelta,
quedándose corto, rebañando... El albaceteño anduvo muy dispuesto en una labor
más enfibrada que la anterior, pero, igualmente, de escaso eco en los tendidos.
Cristóbal Reyes saludó a su primero a portagayola,
resuelta a toda velocidad y echando cuerpo a tierra. La congoja del debut. Y la
bisoñez. Quedó demostrado sobre todo con las banderillas, un tercio que pudo
haber protagonizado perfectamente cualquier rejoneador de tercera, con un par,
incluso, en la penca del rabo, algo que define muy bien cómo fue el tercio.
Pero todavía quedaba la voltereta, que llegó en
los primeros compases de la faena a un novillo manso, que embestía a oleadas y
que buscaba insistentemente las tablas. En uno de los pases a derechas salió
por los aires, cayendo de forma muy fea. Milagrosamente se repuso, a la postre
lo único y más positivo de su actuación.
En el quinto rehusó de poner los palos. Buena
decisión. Y también se le vio más asentado ante un animal que se movía de aquí
para allá pero sin decir nada, lo que hizo que aquello transcurriera entre el
más absoluto desinterés.
Dorian Canton anduvo templadito y aseado con un
primero de su lote que, a pesar del buen fondo que apuntaba, estuvo muy
limitado por su absoluta falta de raza, lo que propició que la faena del
francés pasara inadvertida a pesar de no haber estado mal con él.
El sexto fue el novillo que más se dejó, y aquí se
vio mejor las formas que atesora este joven galo, el sentido del temple que
posee en las tandas le ligó por los dos pitones. Y es que hubo algunos de muy
buena firma. Pero tal y como estaba ya la noche de cuesta arriba, era difícil
remontar. Saludó la única ovación de la noche.
FICHA DEL FESTEJO
Cinco novillos de Castillejo de Huebra y uno -el segundo- de José Manuel Sánchez, muy bien presentados, serios y con cuajo.
Noble, con poquita raza pero dejándose por el izquierdo, el primero; manso y
áspero, el segundo; sin raza alguna, tercero y quinto; bruto y sin clase, el
cuarto; y bueno, el sexto.
Cristian
Pérez, de nazareno y oro:
estocada muy trasera y ligeramente tendida, y dos descabellos (silencio tras
aviso); dos pinchazos y estocada y tres descabellos (silencio tras dos avisos).
Cristóbal
Reyes, de grana y oro: bajonazo
(silencio); pinchazo, medio bajonazo pescuecero y descabello (silencio tras
aviso).
Dorian
Canton, de azul noche y oro:
cinco pinchazos y estocada desprendida de efecto fulminante (silencio tras
aviso); pinchazo, y estocada trasera y caída (ovación).
En la enfermería fue atendido Cristóbal Reyes de: "puntazo
corrido en zona perianal derecha y contusiones leves. Pronóstico leve".
La plaza registró más de un cuarto de
entrada (7.379 espectadores según la empresa) en tarde-noche de calor
soportable. / EFE
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