Novillada benéfica para el subalterno en
retiro Mauro Pereira
A hombros de su afición, así fue despedido hace unos años el banderillero Mauro Pereira, requiriendo de la unión de la afición merideña en estos momentos de difícil trance. Foto: Leo León |
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Recordando los tiempos en los cuales fueron el semillero
de la afición taurina en los pueblos de la Venezuela taurina de gran parte del
siglo pasado, la situación económica actual, donde literalmente ha diezmado las
principales citas taurinas que se venían escenificando como resultado de sus
elevados costos, el que de nuevo, sobre todo en cosos merideños, se esté
lidiando puntualmente el toro criollo cebuíno que propició grandes emociones pretéritas
en esa tauromaquia blanco y negro del recuerdo que precisamente, en esta ocasión,
va a beneficio de uno de los máximos exponentes del toreo de capa eficaz,
preciso, puntual y necesario, ni que decir de la brillante ejecución con los
palitroques.
Nos referimos al veterano subalterno merideño
Mauro Pereira, para quien este sábado los tendidos de la Plaza de Toros
Monumental de Mérida, servirán de escenario para recaudarle fondos a la
necesaria intervención quirúrgica cardiaca, afección que el año pasado estuvo a
punto de darle un mal disgusto, y que no del todo le deja de preocupar, tanto
para él como para su familia, y sobre todo el grueso de amigos que le reconocen
como todo un referente del toreo de plata que hizo grande el apellido Pereira por
los ruedos del país.
Ya lo habíamos señalado, una novillada con reses
criollas del hierro de Edgardo González, hábilmente seleccionado con la capa,
para ofrecer las singulares embestidas a los jóvenes novilleros que saldrán hacer
el paseíllo por la buena causa, como son los emeritenses David Osorio y José
Gutiérrez, y el tovareño Alí Burguera, que estarán despachando a simulacro el
hato de reses reseñado.
Previa al festejo varios son los prolegómenos que
se tienen, como es el caso de la participación de la Academia de Flamenco “La
Castañuela”, así como las Danzas Andinas y “Ary Flamenca”, e igualmente la
Banda Show del Liceo Libertador, pero sobre todo el reencontrarse la familia
taurina merideña tras el largo periplo de letargo que se ha vivido estos meses,
en específico desde febrero del año pasado, cuando la plaza ha permanecido en
manifiesta inactividad de toda índole para lo que fue concebida.
Las entradas a módicos precios invita a que este sábado
por la tarde se desempolve ese interés por el toreo que siempre ha hecho gala
la afición merideña. El motivo, bien vale la pena.
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