Muy
buen debut de los de La Palmosilla, un encierro brillante, rapidísimo, el más
veloz de estas fiestas, pasando por segundos los dos minutos, pero con muchas
opciones para los corredores.
JOSÉ LUIS
VADILLO
@jlvadillo
Diario EL
MUNDO de Madrid
Han tenido que venir unos toros nuevos en
Pamplona, debutantes en la Feria del Toro, los de La Palmosilla, para demostrar
que otro encierro es posible. Que hay un término medio entre el aburrimiento de
los cabestros que no dejan lucirse a nadie y las carnicerías de los toros
sueltos y carreras de ocho minutos de duración. Muy buen debut, un encierro
brillante, rapidísimo, el más veloz de estas fiestas, pasando por segundos los
dos minutos, pero con muchas opciones para los corredores.
Las calles de la capital navarra estaban
atestadas. Se nota que es fin de semana y el domingo se celebra la fiesta
nacional en Francia. En Santo Domingo, el doble de mozos cantando al santo que
otros días. Y muchos no sabían ni cuándo ni cómo cantar.
Ya en esta cuesta ha comenzado a vibrar la
carrera: un toro colorado, precioso de estampa, se ha adelantado a los bueyes y
se ha decidido a abrir el grupo. Detrás, otro negro. La cuesta se iba limpiando
a su paso, pero algunos de los incondicionales de este tramo complicadísimo han
podido hacer algo más que ponerse delante del tren, como dicen en la jerga. No
se podía aguantar delante más de un par de segundos, pero... ¡qué segundos!
Ya por el Ayuntamiento y Mercaderes, dos, tres y
hasta cuatro morlacos llevaban la delantera, a un ritmo muy alto, pero también
con nobleza. No ha habido ni una sola mirada, ni un gañafón, ni un amago de
lanzarse a por los corredores que tenían alrededor. Ajenos a los estímulos,
sólo se centraban en la carrera.
El paso por curva ha sido, tal vez por la
velocidad, más violento y menos limpio que otros días. También porque los
cabestros tenían menos protagonismo y no marcaban la pauta.
En la Estafeta es donde ha terminado por
desbordarse el espectáculo de la carrera de los de La Palmosilla. El corredor
que no ha cogido toro hoy en Pamplona tal vez deba pensar que nunca lo cogerá.
Desde el inicio de este tramo era relativamente sencillo encontrar hueco a
pesar de la multitud que lo intentaba. Un corredor vestido de forma ortodoxa se
ha visto entre dos toros, a izquierda y derecha, y otro negro detrás. Tenía
difícil la salida, y realmente lo ha sido. Al suelo y arrollado por parte de la
manada. Al menos ha librado la cogida.
A mitad de la Estafeta se iban sucediendo las
carreras, nada sencillas por el volumen de corredores, pero sí limpias en lo
referente a los toros, que ni movían la cabeza con ánimo de herir.
La llegada a Telefónica ha tenido la singularidad
de que dos de los toros, los que iban por delante, se han vencido hacia el
vallado de la izquierda, algo poco usual. Allí han estado a punto de arrollar a
un corredor y se han llevado por delante a otro, sin cornearlo. Después, a la
derecha, más apreturas. Por el centro de la calle, alguno de los corredores ha
encontrado hueco entre los lomos de los toros, entre los pitones, aprovechando
la nobleza de los animales. Más cerca imposible. Los que iban a centímetros de
los pitones braceaban para apremiar a quienes tenían delante a acelerar la
carrera, que los de La Palmosilla no frenaban.
En la entrada a la plaza se han producido dos
pequeñas montoneras, a ambos lados, ya incluso sobre la arena del coso, sin consecuencias.
De hecho, el parte de heridos de este penúltimo encierro es el más limpio de
todas las fiestas, con sólo tres traslados al hospital por traumatismos.
EL CARTEL DE HOY
Toros
de La Palmosilla
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