El diestro Rafael Rubio "Rafaelillo",
cogido de gravedad por un toro el 14 de julio, ha sido dado de alta este
viernes del Complejo Hospitalario de Navarra, que deja "abrumado y
desbordado" por las muestras de cariño y convencido de que "a partir
de ahora me sentiré mitad murciano, mitad pamplonica".
En una rueda de prensa en la que ha intervenido
muy emocionado, acompañado de varios médicos que han ayudado en su
recuperación, el torero ha dado las gracias a los servicios médicos, a su
familia y a todos quienes se han preocupado por su evolución desde que el 14 de
julio fuera cogido en la última corrida de los sanfermines por un toro de
Miura.
"Llevo toda mi vida dedicada a mi profesión
en una carrera en la que no se ha caracterizado por ser fácil. He vivido
momentos muy duros, pero puedo prometeros que la cogida del 14 en Pamplona ha
sido la más dura de todas con mucha diferencia", ha reconocido tras
asegurar que sintió que "todo se acababa" y que el toro le había
"reventado".
Rafaelillo fue prendido por el toro contra las
tablas y sufrió "una cornada envainada en el hemitórax izquierdo y
múltiples fracturas costales", entre otras lesiones, de las que se ha ido
recuperando pero que aún le obligan a tomar una fuerte medicación para el
dolor.
Hasta tal punto sintió la gravedad de lo ocurrido
que, antes de ser sedado para ser intervenido quirúrgicamente en la plaza de
toros, pidió llamar a su mujer e hija "para despedirme de ellas por si no
las volvía a escuchar y que fuera lo que Dios quisiera".
"Afortunadamente y gracias a la milagrosa
intervención de estos ángeles de la guarda que son los doctores, el 14 de julio
será una fecha en la que celebraré mi cumpleaños de ahora en adelante", ha
asegurado emocionado.
Sobre su recuperación, se ha dicho
"consciente de que ahora queda un duro camino por delante de lenta y
dolorosa y recuperación antes de volver a hacer una vida normal y volver a
ponerme delante del toro, pero es algo que tengo asumido", ha señalado
sobre su intención de volver a los ruedos, una fecha que los médicos aplazan a
octubre.
Hasta entonces, "toca trabajar duro por esta
profesión que es mi vida, y estoy dispuesto a pagar este tributo que tenemos
que pagar los toreros", ha dicho el maestro, contento porque abandonar hoy
Pamplona "es un paso adelante en mi recuperación, un motivo de
felicidad", aunque seguirá hospitalizado en Murcia, si bien ya cerca de
los suyos.
Ha incidido que la "multitud de mensajes de
apoyo de la familia del toro", con "cariño y consideración
demostrados en estos momentos tan difíciles" le han hecho sentirse
"abrumado y desbordado", un gesto por el que ha dado las gracias:
"No sabéis lo importante que ha sido para mí y lo querido que me he
sentido".
En cuanto a Pamplona, con la que "siempre he
mantenido un vínculo especial", tras once años haciendo el paseíllo en
sanfermines, Rafaelillo ha agradecido a la Casa de Misericordia (propietaria de
la plaza de Pamplona) su confianza y ha asegurado que le "gustaría"
estar de nuevo en los sanfermines de 2020.
Preguntado por el momento de la cogida, ha
recordado que el toro fue "muy traicionero" porque no le avisó antes
de prenderle, "pero los toros son animales y tienen reacciones
imprevisibles", ha reconocido un Rafaelillo que asume que "es
dificilísimo" triunfar con los toros de Miura, una ganadería que "no
te permite relajarte y sacar el lado artístico que llevas dentro". / EFE
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