domingo, 21 de julio de 2019

FERIA DE LA MADELEINE – CUARTA CORRIDA: Solitaria oreja para Ginés Marín con deslucidos "cuvillos" en Mont de Marsan

JAVIER LÓPEZ PÉREZ

El diestro Ginés Marín cortó este sábado la única oreja en la decepcionante y deslucida corrida de Núñez del Cuvillo que hizo cuarta de la feria de "La Madeleine" de Mont de Marsan, una tarde en la que Emilio de Justo perdió premio con la espada y Paco Ureña pasó de puntillas con el lote más deslucido en conjunto.

La oreja la paseó Marín del tercero, un toro noble pero con las fuerzas muy justas, al que entendió muy bien para torearlo con mucha suavidad pero sin poder apretarlo en ningún momento. Las bernadinas finales y la estocada al primer encuentro fueron cruciales para la concesión del reseñado trofeo.

Y no pudo redondear con el sexto, toro que no tenía mal fondo pero que, como a toda la corrida, le faltó fortaleza y raza para tirar hacia adelante. Marín anduvo correcto en una labor de fogonazos de buen aire por los dos pitones, pero sin poder compactar faena que hiciera emocionar a los tendidos.

La actuación de Paco Ureña en Mont de Marsan fue más bien discreta. No tuvo toros propicios, pero tampoco se le vio a él demasiado inspirado. Su primero fue un toro que se tapaba por la cara, sin raza y que acabó rajándose a las primeras de cambio; y el cuarto se movió sin decir nada, también en el límite de todo. El de Lorca anduvo únicamente en los detalles sueltos.

El primero de Emilio de Justo fue devuelto a los corrales y sustituido por un sobrero del mismo hierro más o menos igual de blando que el reemplazado. Y más manso, pues en cuento pudo volvió grupas a tablas. El extremeño abrevió con él. El quinto, en cambio, tuvo mejor son, y De Justo lo toreó con mucha autoridad, empaque y torería por el pitón derecho. Perdió premio con la espada.

FICHA DEL FESTEJO
Toros de Núñez del Cuvillo, el segundo como sobrero, de distintas hechuras, caras y remates, muy blandos y descastados en conjunto, sobre todo los dos primeros, que se rajaron a las primeras de cambio.
Paco Ureña, silencio y silencio.
Emilio de Justo, silencio y ovación.
Ginés Marín, oreja y silencio.
La plaza rozó el lleno en los tendidos. / EFE

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