Del
1 agosto a la primera quincena de septiembre, sólo hay programadas 7 novilladas
en 16 ferias y 83 festejos, según Taurología.
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Leo
escandalizado los números de novilladas programas en las 16 ferias de verano
que publica Taurología: 7 novilladas entre 83 corridas. Desde el 1 de agosto
hasta primeros de septiembre. "Málaga, Colmenar Viejo, Gijón, Bayona,
Albacete (2) y Ronda; esto es, tan sólo se le dedican el 8,4% de los
festejos". Asusta tanto como vergüenza producen los números paupérrimos de
los novilleros a estas alturas de la temporada. Avisamos en el invierno y
volvimos a avisar antes de que acabase el invierno. Por lo que se ve, el
invierno sigue para los chavales.
La
patronal ANOET convocó a sus jóvenes huestes para una nueva directiva. Sólo
eso. Y para dirigirlas como guerrilla urbana en algún concurso de calado mayor.
Mientras, siguen y siguen saliendo ferias, grandes ferias, huérfanas de
novilladas. Todos saben que los costes, empezando por el sindicato de
banderilleros (UNPBE), se hacen inasumibles. Pero nadie en todo este largo y
yermo tiempo ha provocado una reunión en firme o con el firme propósito de
salir del agujero negro.
La
Fundación Toro de Lidia (FTL) propuso a finales de año una ridícula salida en
modo crowdfounding o así -nunca me enteré bien de la genialidad pero incluía
reabrir plazas cerradas- que por supuesto ha dado el resultado esperado: 0.
Ahora parece que trabajan en serio -entre retrato y retrato de los nuevos
patronos, los egos tuiteros de los viejos y las gozosas fotografías del
callejón isidril de Las Ventas- en un proyecto codo con codo con la Junta de
Andalucía. Andalucía, ese desierto para la novillería. A ver si es verdad.
Pero
volvamos el foco hacia los grandes medios, EL MUNDO inclusive, y repasen el
caso y el espacio dedicado a las novilladas. Ni siquiera cuando despeguen
ferias dedicadas en exclusiva a fomentar el futuro. Como Villaseca, Arnedo,
Aganda o Algemesí. A veces ni cuando se dan las grandes citas de Madrid o
Sevilla como los últimos trampolines de temporada. La labor de los medios como
escaparate de los nuevos valores también fracasa. Y mucho. Como el público que
tampoco responde. Como los empresarios -y aquí van también algunas de las
ferias especiales- que confunden toro por novillo. Es una muerte por fallo
multiorgánico.
Mañana
escribiré en Santander sobre José Fernando Molina -ese albaceteño de quien
tanto y tan bien hablan-, Fernando Plaza -del Foro y con aires atalavantados- y
Antonio Grande -de Salamanca y tocado por el espíritu de Robles-. Esta
novillada no cuenta -como tampoco el serial del Alfarero- entre las 7 que
superviven en las 16 ferias y 83 festejos que van de agosto a los 15 primeros
días de septiembre. Vergonzoso.
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