Antonio
Castañares
Los diestros Enrique Ponce, Antonio Ferrera y
Julián López "El Juli" salieron hoy a hombros en Mérida (suroeste)
tras cortar dos orejas cada uno en una tarde de tintes triunfalistas y en la
que contó mucho la generosidad del público emeritense.
Ante una corrida de mucha nobleza pero no sobrada
de raza, y de bravura por tanto, salvo la que exhibió el toro lidiado en
segundo lugar, lo determinante fue que el público quiso ver a los tres toreros
por la puerta grande. Porque la espada nunca entró al primer intento pero la
gente se quedó con la entrega, las ansias de triunfo y también la maestría de
la que hicieron gala los toreros.
Enrique Ponce hizo a su primero una faena a tono
con las condiciones de un animal al que costaba humillar y con destellos de
aspereza. Toreo a media altura, mucha suavidad en el manejo de la muleta y
ligazón en las series. Mal con espada y descabello, el diestro fue ovacionado.
Al noble pero justo de fuerzas que hizo cuarto le
hizo el valenciano una faena a más, con el astado también a más pues no veía
más que una muleta que no llegaba nunca a tocar. Naturalidad y maestría de
Ponce a partes iguales que, tras pinchazo y estocada, le permitió cortar las
dos orejas.
Gran ovación la que el público tributó a Antonio
Ferrera cuando tomó las banderillas ante el primero de su lote, que estaban
adornadas una con los colores de España, y las otras dos con los de
Extremadura. Fue ese un animal de brava condición, que tuvo fijeza aunque no
andaba sobrado de fuerzas.
Faena del extremeño en la que lució su sentido del
temple, con series muy ligadas en redondo, para acabar en terreno de cercanías.
El quinto se quiso rajar en cuanto Ferrera le ligó
las dos primeras series. Iba y venía pero decía muy poco, por lo que acabó el
torero con un arrimón.
El sobrero que saltó al ruedo en tercer lugar tuvo
tanta bondad como tendencia a distraerse. El Juli le hizo una faena en la que
los toques eran firmes, y así lo llevó en redondo hasta que, al final, acortó
distancias.
El sexto tuvo clase hasta que duró, que no fue
mucho. El torero madrileño de San Blas le daba sitio y el animal lucía un
galope y una clase que parecían que se estaba ante el toro de la corrida. Pero
duró poco tras unas primeras series en redondo ligadas, de trazo largo y
profundo. Al final, también El Juli terminó en cercanías. / EFE
FICHA
DEL FESTEJO
Seis toros De Santiago Domecq, desiguales de cuajo y hechuras, y justos de
raza, salvo el segundo. Se movió sin clase el primero; bravo y con entrega el
segundo; noble pero soso el tercero; noble aunque un punto de desigual
embestida el cuarto; desrazado el quinto; con recorrido y clase el sexto hasta
que duró.
Enrique
Ponce, de grana y oro: pinchazo,
media y cuatro descabellos (ovación); y pinchazo y estocada caída (dos orejas).
Antonio
Ferrera, de azul turquesa y oro:
estocada caída y descabello (dos orejas); y pinchazo, media muy baja, media
caída y atravesada, y tres descabellos (ovación tras aviso).
Julián
López "El Juli", de
tabaco y oro: dos pinchazos, bajonazo, otro pinchazo y dos descabellos (ovación
tras aviso); y pinchazo y estocada trasera (dos orejas).
En las cuadrillas destacaron en la lidia Mariano de la Viña ante el primero, José María Soler ante el tercero, y Álvaro Montes con el sexto.
La plaza registró casi dos tercios de
entrada.
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