jueves, 28 de septiembre de 2017

FERIA DE OTOÑO 2017 – SEGUNDA CORRIDA: Otra vez la verdad desnuda de Román

El valenciano corta una oreja y acaricia la Puerta Grande tras salir a hombros el pasado 15 de agosto; Joselito Adame da una vuelta al ruedo con el mejor toro de una desigual y seria corrida de Fuente Ymbro.
Joselito Adame
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna

Román regresó a Madrid después de su Puerta Grande del 15 de agosto. Y a punto de descerrajarla de nuevo se quedó. Cuando la faena al último de la corrida de Fuente Ymbro, alto como un caballo, volaba camino de la calle de Alcalá a falta de una oreja, el valor desnudo, o no tan desnudo ya, de Román se entregaba a la causa como si no hubiera mañana.

De hecho no lo había, toda vez que la empresa ya había anunciado la sustitución de Antonio Ferrera por Paco Ureña para este viernes. El valenciano tenía un trofeo en el esportón y otro presentido y escondido en su izquierda. 


Pronto y en la mano se la había puesto. Justo antes de irse a 20 metros y citar al expreso de Gallardo. Pasó por allí como una locomotora. Y Román le ligó una serie de naturales dejándose ir, suelta la muñeca. De los vuelos se salía el toro con un punto mansito y generoso y volvía con la bondad ayuna de excelencias. No descolgó igual, sin que fuera mucho por pura morfología, por la mano derecha. Román aportaba la emoción. Y la colocación, vaciándose por completo, para apurar y darle continuidad a la llama que tremulaba. Cuando se perfiló con la espada, la moneda giraba en el aire. Un metisaca y un sinfín de descabellos la precipitaron contra el suelo y la enterraron al lado de la llave de la Puerta Grande.

Si Román hubiera atacado el volapié con la contundencia con la que se volcó sobre el morrillo del tercero... Claro que, en aquel pasaje, el torero sintió un puñal recorriendo el cauce de la femoral. La taleguilla partida desde la ingle hasta la rodilla, los dedos palpando la integridad del muslo, el estertor de la muerte transformado en un arreón de punta a punta del ruedo. El fuenteymbro dobló casi en la puerta de toriles. El trofeo premiaba su arrojada actitud de principio al fin. Desde las gaoneras con las que saludó. Como si aquello fuese coser y cantar. El toro armonioso había dado una buena y humillada embestida por el derecho que, sin embargo, se venía recta y por dentro por el izquierdo.

Morenito de Aranda lo había comprobado en un seco derrote durante un quite a la verónica -tremendo el porrazo- y el propio Román en un cambio de mano -durísimo el talegazo-. Nada amedrantó a Román. Que tras correr su derecha con quietud y largura le ofreció la zurda con la osadía de los que aspiran a no pasar de puntillas por la vida. La coda por terroríficas bernadinas también contó para decir que, en cada una de sus cuatro comparecencias en Madrid en 2017, Román ha sido todo verdad. Y después todo lo demás, lo pulido y por pulir.

La desigual, escalonada y seria corrida de Fuente Ymbro tuvo en este toro tan bien hecho y en el segundo, tan lejano a la belleza, sus más notables representantes. De mejor estilo y mayor fondo el de Joselito Adame. Cuando Adame lo trató convenientemente, el fuenteymbro respondió con amabilidad. Cuando lo violentó, la embestida se descompuso. Así en el prólogo y en el epílogo de la faena, el torero méxicano alcanzó el entendimiento y, probablemente, la línea del toreo que persigue: desmayado, templado, acinturado, caído de hombros. Pero el exceso de toques dinamitó ese camino. La obra perdió la brújula hasta que de nuevo el toreo despacioso y en redondo brotó. Un excelso cambio de mano apuntó el yacimiento no explotado de la embestida a izquierdas. Los doblones desprendieron sabor. Desgraciamente lo que se despredió de la cruz fue una estocada baja que desligitimaba la petición. La vuelta al ruedo valía como consolación por los momentos brillantes. O tampoco.

Otro espadazo en los blandos se cargó también lo hecho con un quinto cinqueño, hondo y cuajado. Un mansote sin maldad que Joselito Adame toreó en otra versión más despatarrada. Sin opción de nada dejó a Morenito de Aranda el otro toro con los cinco años cumplidos. Un marrajo intratable, orientado y predador. El alto, desfondado y parado cuarto no compensó su suerte negada.

FUENTE YMBRO | Morenito de Aranda, Joselito Adame y Román
Toros de Fuente Ymbro, dos cinqueños (1º y 5º), desiguales de hechuras en su seriedad.
Morenito de Aranda, de burdeos y azabache. Pinchazo, media estocada atravesada y descabello (silencio). En el cuarto, estocada delantera (silencio).
Joselito Adame, de negro y plata. Estocada baja (petición y vuelta). En el quinto, estocada caída (silencio).
Román, de sangre de toro y oro. Estocada. Aviso (oreja). En el sexto, metisaca, estocada y ocho descabellos. Aviso (silencio).
Monumental de las Ventas. Jueves, 28 de septiembre de 2017. Cuarta de feria. Casi media entrada.

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