El
tributo al inolvidado maestro reunió en Sevilla un cartel a la altura de su
recuerdo. Emilio Muñoz, Juan Antonio Ruiz 'Espartaco', Pepe Luis Vázquez,
Fernando Cepeda y Dávila Miura revivieron su temple, su compás y su hombría de
bien dentro y fuera de los ruedos.
GONZALO I.
BIENVENIDA
Sevilla
El Foro taurino de EL MUNDO colgó el cartel de «no
hay billetes» en la sala del Hotel Colón de Sevilla para homenajear a Manolo
Cortés. Emilio Muñoz, Juan Antonio Ruiz 'Espartaco', Pepe Luis Vázquez,
Fernando Cepeda y Dávila Miura compusieron un cartel de auténtico lujo. Y
glosaron con la admiración rendida y el recuerdo vivo la figura del llorado
maestro de Ginés en un acto dirigido por el jefe de la sección de Toros de EL
MUNDO, Zabala de la Serna, y presentado por el crítico en Andalucía Carlos
Crivell.
Crivell repasó en su prólogo la trayectoria
profesional de Manolo Cortés y presentó a los invitados explicando el vínculo
que unía a cada torero con el homenajeado y con Sevilla. Zabala de la Serna
rememoró las fuentes ordiñistas de Cortés, «torero de ecos rondeños sin ser de
Ronda, torero de sonidos gitanos sin ser gitano», y preguntó a Fernando Cepeda
por su espejo taurino, su referencia, su primer maestro, que fue el propio
Manolo Cortés. Cepeda explicó la pasión por el toreo que identificaba a su
paisano: «Decía que toreando se arregla todo. Muchos hemos aprendido de su
generosidad». Y continuó alabando la dedicación que le prestaba a los jóvenes
que encendían su ilusión: «Cuando veía en el campo un torero que le gustaba se
volcaba con él. Sin embargo, él en sus inicios no contó con esa ayuda. Fue un
autodidacta, un luchador nato que encontraba en el toreo su mejor refugio. Para
Manolo el toreo lo era todo. Su última ilusión era David de Miranda. Estando ya
muy enfermo continuaba toreando de salón y transmitiendo su sentimiento por el
toreo».
Emilio Muñoz, el torero más abelmontado que haya
dado Sevilla, expresó su admiración por Manolo Cortés: «Le recordaré siempre
como un torero excepcional, con un temple especial tanto en la plaza como en la
calle». El torero trianero de la calle Pureza destacó la capacidad de Cortés
para estoquear toda clase de hierros: «La facilidad que tenía le permitía poder
a toda clase de toros siendo un torero de corte artista». La trayectoria de
Cortés estuvo marcada por las irregularidades pero logró ser un torero muy
querido en Sevilla -el segundo torero que más veces ha toreado en la Maestranza
por detrás de Curro Romero- y muy admirado por la afición de Madrid.
Espartaco, ídolo sevillano, se sumó al tributo:
«Lo que más me llamaba la atención era su facilidad. Cuando algo me preocupaba,
como cuando iba a torear en solitario la corrida de Miura en Sevilla, él me
tranquilizaba y me decía: 'Juan que no pasa ná'. Así era Manolo Cortés». El
maestro de Espartinas tomó la alternativa en Huelva en el año 1979 de manos de
Manuel Benítez 'El Cordobés' y con Cortés como testigo: «Para mí fue un
privilegio. Siempre digo que tuve un testigo clave. Manolo veía muy rápido el
comportamiento del toro y me regaló unas enseñanzas que marcaron mis
principios. Le recuerdo con mucho cariño tanto en la faceta humana como en la
profesional».
Pepe Luis definió con su sencillez característica
la categoría humana de Cortés: «Era un hombre realmente bueno, se le echa mucho
de menos». El hijo del Sócrates de San Bernardo explicó que compartió muchas
vivencias con él en el campo: «Era un loco del toreo, sólo pensaba en torear.
Se pasaba mucho tiempo con las vacas porque tenía una afición insaciable».
Donde más compartieron jornadas de campo fue en Zahariche, en la mítica
ganadería de Miura. Ambos fueron toreros de la casa.
Eduardo Dávila Miura lamentó no haber coincidido
en los ruedos con Manolo Cortés, pero recordó la impresión que le causó ver al
maestro tentar en la finca de su familia: «Tenía una afición incomparable.
Verle torear en el campo cambió mi forma de entender el toreo. Yo he crecido en
una familia ganadera y necesitaba alimentarme de la educación taurina que él
tenía. Estuvo pendiente de mí en mis inicios y eso no pude pagárselo de ningún
modo».
Una vez retirado, Manolo Cortés apoderó a varios
toreros «En el toreo no se para de aprender nunca, todavía oigo hablar a Pepe
Moral de enseñanzas que le transmitió el maestro y me ayudan a crecer como
torero».
Manolo Cortés perteneció a aquellos toreros que
como escuela tuvieron las noches de las marismas y por testigo la luna para
torear en el campo bravo. «Nunca machos», subrayaba. En sus inicios, un día que
acudió como maletilla o tapia a un tentadero a Los Alburejos que Don Álvaro Domecq
había organizado para Rafael Ortega, Manolo Vázquez y Paquirri, destacó de tal
modo por su concepto de temple y compás que José Flores Camará habló con
Balañá, que de inmediato lo anunció en Gerona.
Muñoz recordó cómo se hacían antes las cosas, los
pueblos de la provincia de Sevilla que sirvieron de forja a tantos, a todos
ellos, y que ahora no organizan prácticamente ningún festejo: «La temporada de
la Maestranza queda como la última esperanza. En otras etapas de la tauromaquia
gracias a los festejos que se daban por las plazas cercanas a Sevilla nos
formamos todos». Y Espartaco, Pepe Luis, Cepeda y Dávila asintieron con la
certeza de los recuerdos vividos.
El Foro de EL MUNDO, como prólogo de la Feria de
San Miguel, miró al futuro con las alternativas de este fin de semana de Pablo
Aguado y Rafa Serna. Pero sin perder el foco de Manolo Cortés como torero de
toreros. Su clase continúa viva en las muñecas de todos los que soñaron el
toreo a su lado. A ellos se dio con la generosidad y el desprendimiento que
marcó la carrera de quien sólo quería torear.
Público de lujo para un cartel de
categoría
Entre las destacadas personalidades del toro y la
sociedad sevillana que coparon el Gran Meliá Colón, se encontraban el
presidente de Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios; el empresario de
la Maestranza, Ramón Valencia; y José Luis Cabeza 'El Serranito',
patrocinadores del acto, junto a la Fundación Cajasol y a Piel de Toro.
Asistieron también el abogado Manuel Olivencia, Antonio Ponce, vicepresidente
de la Confederación de Empresarios de Andalucía; el ex diputado del PP Juan
Manuel Albendea y Fernando Murube, de El Corte Inglés.
Junto a ellos, el director de EL MUNDO de
Andalucía, Rafael Porras, y el director comercial, Rafael Marín. Además de
Rafael Peralta Revuelta, José Antonio y Tomás Campuzano, Pablo Moreno (Casa
Toreros), Pepe Moral, Teresa Morenés, Rafaelito Torres, Manolo Vázquez, Miguel
Criado padre e hijo, Manolo Luque, José María Garzón, Juan Diego, Miguel Ángel
Martín, Rafael Moreno, Eduardo Miura, Federico Molina, Fernando Sampedro,
Manuel Vasco, Fernando López, Álvaro Acevedo, El Tito de San Bernardo, El Pío y
el novillero Emilio Silvera, que arroparon a los hijos y a la viuda del
inolvidado maestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario