miércoles, 13 de septiembre de 2017

MONUMENTAL DE LAS VENTAS - El desafío fue para Venegas y Saltillo

El matador de Jaén corta la única oreja de la tarde en la que dos toros de Moreno Silva salvaron el duelo ganadero con Juan Luis Fraile.

ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario EL MUNDO de Madrid

El concepto de desafío ganadero como corrida de toros debutaba en Las Ventas. Unas rayas de cal dibujaban una especie de área de baloncesto frente a toriles. Entre el «7» y el «8», la zona del caballo de picar. Unas marcas transversales señalaban las diferentes distancias a las que había que poner el toro en suerte. En teoría.

El guiño torista de Simón Casas a la afición en modalidad de concurso lo estrenaban los hierros de Saltillo y Juan Luis Fraile (Santa Coloma-Graciliano). Uno lidió nueve toros en 2016; el otro, seis. Empataban a festejos: dos.

La cosa empezó torcida. El saltillo montado, agalgado y estrechón, de cara acorde a su encaste como máxima expresión, salió abanto y apuntando querencias. Octavio Chacón lo recogió y se lo sacó a hasta la boca de riego. Verónicas decididas y ganadoras de terreno. Las acometidas viajaban por la esclavina. Del caballo quiso saber poco. De lejos, ni en broma. Cabezazos violentos, a la silla más que al peto, quitándose el palo. Atacó por dentro y al pecho cuando Chacón le presentó la muleta en la derecha. Como ya había hecho en capotes en alguna ocasión. La faena basculó hacia toriles. Allí el toro de Moreno Silva se sintió más cómodo y se distrajo con todo. Ya sólo pretendía irse. Ni una duda desde el principio en el torero gaditano, que aprovechó las inercias exteriores de la embestida para componerse por encima de las circunstancias. La espada desdibujó su trabajosa faena.

El representante que abría el turno de Juan Luis Fraile, alto, largo, vareado y cornalón, fue tres veces al caballo sin empleo alguno, repuchándose o buscándole los pechos. Se movió con la testa por el palillo de la muleta, orientado de lo que se dejaba atrás por el izquierdo. Pérez Mota lo tapó mucho. Casi de uno en uno cuando el enemigo se volvía sobre las manos. Otra vez el acero deslució el asunto.

El siguiente saltillo, bajo, cárdeno, de cara y tipo más en Santa Coloma que en el suyo, huyó del peto como alma que lleva el diablo. Ni área, ni zona, ni gaitas. Menos mal que Gustavo Martos le echó el caballo encima y le agarró un serio puyazo en la cuarta ocasión que lo tuvo debajo. Fue clave. Como las dobladas de José Carlos Venegas en el prólogo de faena. El toro contó a su favor con que iba y salía de la muleta. Obediente aun sin terminar de descolgar, le valió a Venegas para dejársela siempre puesta. Fibra y determinación para que aquello no parase. Inteligente y dispuesto. La estocada, pese a la necesidad de un golpe de descabello, aseguró la oreja.

Tampoco el cuarto, de Juan Luis Fraile, peleó con entrega en el caballo. Otras hechuras se recordaban en lo de Graciliano. Fue malo y descompuesto con ganas en la muleta. Una lucha de toma y daca sin opción alguna de lucimiento para Octavio Chacón. Más allá de sus valerosos deseos, no hubo nada.

Decantó el quinto el desafío ganadero para Saltillo. Un saltillo línea Buendía, digamos. Bonito y terciado. La afición protestó el cambio de tercio de varas por considerarlo precipitado. El invento del área sirvió para poco de cualquier modo. Pérez Mota no se entendió nunca con un pitón izquierdo que apuntó notables condiciones. La humillación en el embroque especialmente. Y luego el recorrido vibrante. De su intuida repetición se supo poco porque a Mota le costaba un mundo quedarse en el sitio. Desdibujada faena sin hilván siquiera. De la ligazón, ni asomo. La falta de convicción también afloró con la espada. Cinco pinchazos sin pasar y descabello. Música de viento para el torero y ovación para el toro.

El último de Fraile desarrolló sentido y guasa a espuertas. Ni dentro de la cal ni fuera de ella le apetecía el caballo. José Carlos Venegas se batió el cobre en la refriega. Reponía y se revolvía el cornalón pajarraco fuera de tipo. El estoque se le atravesó literalmente, en esta ocasión, al aguerrido torero de Jaén.

SALTILLO Y JUAN LUIS FRAILE | Octavio Chacón, Pérez Mota y Venegas
Monumental de las Ventas. Domingo, 10 de septiembre de 2017. Desafío ganadero. Unas 6.000 personas.
Toros de Saltillo (1º, 3 ºy 5º) y Juan Luis Fraile (2º, 4º y 6º), desiguales de hechuras; destacaron el 3º sin terminar de himillar y el 5º por el izquierdo; malos el manso 1º, 2º, 4º y 6º.
Octavio Chacón, de nazareno y oro. Media estocada tendida y trasera, dos pinchazos, estocada baja y dos descabellos. Aviso (silencio). En el cuarto, pinchazo y estocada desprendida (silencio).
Pérez Mota, de rioja y oro. Cinco pinchazos y estocada baja. Aviso (silencio). En el quinto, cinco pinchazos y descabello (pitos).
José Carlos Venegas, de turquesa y oro. Estocada atravesada y descabello (oreja). En el sexto, pinchazo hondo muy trasero, media estocada atravesada y dos descabellos. Aviso (silencio).

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