El
matador de Jaén corta la única oreja de la tarde en la que dos toros de Moreno
Silva salvaron el duelo ganadero con Juan Luis Fraile.
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario EL MUNDO de Madrid
El
concepto de desafío ganadero como corrida de toros debutaba en Las Ventas. Unas
rayas de cal dibujaban una especie de área de baloncesto frente a toriles.
Entre el «7» y el «8», la zona del caballo de picar. Unas marcas transversales
señalaban las diferentes distancias a las que había que poner el toro en
suerte. En teoría.
El
guiño torista de Simón Casas a la afición en modalidad de concurso lo
estrenaban los hierros de Saltillo y Juan Luis Fraile (Santa
Coloma-Graciliano). Uno lidió nueve toros en 2016; el otro, seis. Empataban a
festejos: dos.
La
cosa empezó torcida. El saltillo montado, agalgado y estrechón, de cara acorde
a su encaste como máxima expresión, salió abanto y apuntando querencias.
Octavio Chacón lo recogió y se lo sacó a hasta la boca de riego. Verónicas
decididas y ganadoras de terreno. Las acometidas viajaban por la esclavina. Del
caballo quiso saber poco. De lejos, ni en broma. Cabezazos violentos, a la
silla más que al peto, quitándose el palo. Atacó por dentro y al pecho cuando
Chacón le presentó la muleta en la derecha. Como ya había hecho en capotes en
alguna ocasión. La faena basculó hacia toriles. Allí el toro de Moreno Silva se
sintió más cómodo y se distrajo con todo. Ya sólo pretendía irse. Ni una duda
desde el principio en el torero gaditano, que aprovechó las inercias exteriores
de la embestida para componerse por encima de las circunstancias. La espada
desdibujó su trabajosa faena.
El
representante que abría el turno de Juan Luis Fraile, alto, largo, vareado y
cornalón, fue tres veces al caballo sin empleo alguno, repuchándose o
buscándole los pechos. Se movió con la testa por el palillo de la muleta,
orientado de lo que se dejaba atrás por el izquierdo. Pérez Mota lo tapó mucho.
Casi de uno en uno cuando el enemigo se volvía sobre las manos. Otra vez el
acero deslució el asunto.
El
siguiente saltillo, bajo, cárdeno, de cara y tipo más en Santa Coloma que en el
suyo, huyó del peto como alma que lleva el diablo. Ni área, ni zona, ni gaitas.
Menos mal que Gustavo Martos le echó el caballo encima y le agarró un serio
puyazo en la cuarta ocasión que lo tuvo debajo. Fue clave. Como las dobladas de
José Carlos Venegas en el prólogo de faena. El toro contó a su favor con que
iba y salía de la muleta. Obediente aun sin terminar de descolgar, le valió a
Venegas para dejársela siempre puesta. Fibra y determinación para que aquello
no parase. Inteligente y dispuesto. La estocada, pese a la necesidad de un
golpe de descabello, aseguró la oreja.
Tampoco
el cuarto, de Juan Luis Fraile, peleó con entrega en el caballo. Otras hechuras
se recordaban en lo de Graciliano. Fue malo y descompuesto con ganas en la
muleta. Una lucha de toma y daca sin opción alguna de lucimiento para Octavio
Chacón. Más allá de sus valerosos deseos, no hubo nada.
Decantó
el quinto el desafío ganadero para Saltillo. Un saltillo línea Buendía,
digamos. Bonito y terciado. La afición protestó el cambio de tercio de varas
por considerarlo precipitado. El invento del área sirvió para poco de cualquier
modo. Pérez Mota no se entendió nunca con un pitón izquierdo que apuntó
notables condiciones. La humillación en el embroque especialmente. Y luego el
recorrido vibrante. De su intuida repetición se supo poco porque a Mota le
costaba un mundo quedarse en el sitio. Desdibujada faena sin hilván siquiera.
De la ligazón, ni asomo. La falta de convicción también afloró con la espada.
Cinco pinchazos sin pasar y descabello. Música de viento para el torero y
ovación para el toro.
El
último de Fraile desarrolló sentido y guasa a espuertas. Ni dentro de la cal ni
fuera de ella le apetecía el caballo. José Carlos Venegas se batió el cobre en
la refriega. Reponía y se revolvía el cornalón pajarraco fuera de tipo. El
estoque se le atravesó literalmente, en esta ocasión, al aguerrido torero de
Jaén.
SALTILLO Y JUAN LUIS FRAILE | Octavio
Chacón, Pérez Mota y Venegas
Monumental de las Ventas. Domingo, 10
de septiembre de 2017. Desafío ganadero. Unas 6.000 personas.
Toros de Saltillo (1º, 3 ºy 5º) y Juan
Luis Fraile (2º, 4º y 6º), desiguales de hechuras; destacaron el 3º sin
terminar de himillar y el 5º por el izquierdo; malos el manso 1º, 2º, 4º y 6º.
Octavio
Chacón, de nazareno y oro. Media estocada
tendida y trasera, dos pinchazos, estocada baja y dos descabellos. Aviso
(silencio). En el cuarto, pinchazo y estocada desprendida (silencio).
Pérez
Mota, de rioja y oro. Cinco pinchazos y
estocada baja. Aviso (silencio). En el quinto, cinco pinchazos y descabello
(pitos).
José
Carlos Venegas, de turquesa y oro. Estocada
atravesada y descabello (oreja). En el sexto, pinchazo hondo muy trasero, media
estocada atravesada y dos descabellos. Aviso (silencio).
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