Lo que sí es verdad es que hay más toreros
interesantes que nunca. Y no sólo en las alturas, con las figuras y los
carteles fuertes que deben existir y ser un acicate para los que todavía están
subiendo la escalera. También es verdad que no a todos les cuesta lo mismo. Hay
algunos con méritos más que sobrados para que les sienten más a menudo en el
banquete del lujo y del dinero y sin embargo siguen peleando día a día de
momento para sobrevivir. Qué justo lo de Ferrera. Se vio y se cantó. Y ahí está
en el lugar que le corresponde.
Fantástico. Pero hay toreros de gran pureza, como
es el caso de Paco Ureña, que no hay manera de que entre con normalidad en el
cartel de lujo donde están, mérito han hecho, los Ponce, Morante, Manzanares,
Juli, Talavante, etc. Y lo bueno sería barajar. Y ver a ese Ureña, y otros
Ureñas, con la de Adolfo, vale, pero también con la de Cuvillo y demás
delicatessen toristas junto a las figuras. Pero hay ejemplos positivos que te
abren a la esperanza. Como el del desconcertante Román. Un chaval estupendo, un
novillero que andaba entre lo verde y detalles ilusionantes, y que lleva una
temporada de quitarse el sombrero. Mata la del tío picardías, la que no quiere
nadie, la de Miura y lo que haga falta y su enorme valor y mérito sí le han abierto
puertas de carteles palaciegos. Ese es el buen camino. Ahí ha estado en
Valladolid alternando con Juli y Roca Rey. Eso está muy bien y es lo que nos
gusta a todos.
PALENCIA, SU PLAZA Y AFICIÓN, HAN VUELTO
A LA NORMALIDAD HISTÓRICA
Cómo gusta que dos gallos galos se disputen el
liderazgo en la envidiable Francia torista. Qué madurez profesional (la cantó
Chenel hace años) la de Juan Bautista; y qué raza de figura (el tiempo no le
hace mella) la de Sebastián Castella. Es algo muy positivo para la temporada
francesa cada vez más rica en atractivos y en el respeto al toro y los tercios
de la lidia. Y además de ello la imaginación de los gerentes para encontrar
novedades atractivas en cada tarde de toros.
Francia cumple también otro papel necesario. La
atención a toreros que en España apenas se visten de luces y que Francia
abriga, respeta y coloca en sus ferias. El caso de Lamelas, y de una docena
más, que aquí ni los vemos y que allí les dan calor y paseíllos. Fíjate qué
curiosa la cabeza de la clasificación de novilleros que podías ver la última
semana aquí en Aplausos. Los seis primeros son: Colombo, de la Venezuela
maltratada. Lo llevan los apoderados de Ponce y es, sin duda, la sensación del
año con alternativa en Zaragoza (el padrino no puede ser otro que Ponce, el
matador que va a romper todos los récords de la historia del toreo). El
primero, venezolano; el segundo Younes, francés; el tercero Toñete, español; el
cuarto Palacios, español; el quinto Leo Valadez, mexicano; y el sexto Adrien
Salenc, francés. La Fiesta y el futuro, y eso es bueno, se universaliza.
Los políticos palentinos han vuelto a hacer las
cosas bien después de tantos disparates y su inacabable “serolada”. Por cierto,
¿dónde está Serolo jr.? En cantidad de plazas por donde pasó siguen preguntando
por él. Con motivos muy variados. Esa plaza y esa afición ha vuelto a la
normalidad histórica. Tres buenas entradas y un lleno (en estos tiempos merece
ser destacado). Como también lo es lo de Pablo Hermoso de Mendoza, ¿cuántos
años en la cumbre, cuántas tardes de gloria? Pues con Galán y Lea Vicens casi
llenó en los Campos Góticos. Qué pena que no podamos ver un Madrid-Barcelona
(una final de Champions ecuestre entre Pablo y Diego).
ALBACETE ES DE LAS POCAS FERIAS QUE NO
SE HA ARRUGADO
A las alturas de cuando tú tengas Aplausos en la
mano ya estaremos metidos en faena y disfrute de una de las mejor equilibradas
ferias de la temporada. Plaza de segunda, con un toro que se acerca a primera,
con una afición que no pierde su fidelidad, con una empresa que respeta al
público; y con diez tardes de toros. De las pocas ferias que no se ha arrugado.
En cambio, sí me duele Murcia, donde Bernal, buen tío, no sé por qué se le ha
quedado tan escasita la feria. Con lo que era. Es verdad que también era la
feria del medio toro y de la súper merienda. Y ahora la gente come menos y
quiere un poquito más de emoción. De todos modos Albacete marca el camino. Y yo
llegué a tiempo. Sólo Calamardo, que es una computadora, sabe cuántos
quinquenios llevo sin fallar en la capital manchega. Y al inicio éramos cuatro
mal contados los que veníamos de fuera. Buenos carteles. Y al fondo los Lozano,
familia taurina que se sabe este oficio de la A a la Z.
Sólo echo en falta a Filiberto. Es verdad que
perdió algo el tren pero era tan ilusionante como ese grupo de colegas, como
Ginés Marín, Álvaro Lorenzo, José Garrido, etc. Ojalá que vuelva a coger el
tren porque tiene algo especial. Y qué justo Pinar, dos tardes y casi todas las
figuras y dos por repescar, Andrés Palacios y Miguel Tendero. Pero la feria
tendrá un vacío y una presencia eterna en esa barrera en la que siempre vimos y
saludamos a Dámaso González. Y nada será igual. Estaremos todos pero ya no habrá
brindis al maestro en la barrera, ahora será en los medios y mirando al cielo.
No sé si volveremos a encontrar un hombre tan grande y a la vez tan sencillo.
Nunca se le subió la gloria. Pisaba la tierra. / Redacción
APLAUSOS
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