Amigos de la Fiesta Brava, mucho gusto en
saludarlos. Tuve la oportunidad de ver y analizar el video completo de la
actuación del novillero sin caballos aguascalentense Roberto Román en su debut
el pasado domingo 10 de septiembre en la Monumental Plaza México, durante la
celebración del cuarto festejo sin picadores de la Temporada Chica de Verano
2017 que monta por segundo año consecutivo la empresa TauroPlaza México y la
verdad sea dicha me sorprendió sobremanera lo que hizo este chaval durante los
dos astados que le tocó lidiar de la dehesa zacatecana de D’ Guadiana.
Sin entrar en detalles específicos sobre su paso
por el ruedo del gran coso de la Avenida de Los Insurgentes, vi en Roberto
Román a un torero que, de entrada, tiene valor y se queda quieto, además de
tener algo que no se compra ni se vende en una ferretería, que es empatía con
el público, conecta rápido y prende el ánimo en los tendidos.
Y no es que tenga una forma de hacer el toreo
depurado, no. Roberto es un incipiente novillero que tiene mucho por aprender.
Por momentos se le vio atropellado, embarullado y hasta en ocasiones torpe pero
todo ello lo suplía con alma y corazón toreros, con enormes deseos de estar
bien en una plaza como la Monumental de la colonia Noche Buena. Todo lo hizo
disfrutando cada instante, vamos desde que se arrancó a hacer el paseíllo
contagió al público y ello cayó más que bien y a la hora de zumbarse a los de
D’ Guadiana lo hizo con plena determinación y evidente actitud.
Me dio la impresión de ver a un novillero de esos
que apaña la afición, que los hace suyos y los convierte en toreros del pueblo,
con pasta de ídolo. Aquí lo importante es que Roberto tiene esa pasta de la
buena y de la que llega de verdad, envuelto todo en su valor sereno, a veces
arrebatado, pero que es lo primero que se le debe ver a un novillero que
empieza, pero eso sí, cuando se acomoda el chaval de Aguascalientes hace saltar
de sus asientos a los aficionados, tal y como ocurrió, sobre todo, en la lidia
del sexto novillo. Al entrar a matar evidenció defectos normales y lógicos de
su edad taurina pero a torear se aprende y a estoquear también, pero de que se
trata de un novillero que puede funcionar, eso sin duda.
Desde principios de los años 70 he tenido la
oportunidad de ver a novilleros debutantes en la Monumental Plaza México que
causaron gran impacto y que vivieron eso que ya describimos, la adopción del
público y que los elevaron muy alto pero que después no tuvieron los sólidos
argumentos para sostenerse, como en su momento lo fueron Alberto Zavala “El
Memín”, Carlos Serrano “El Voluntario”, por supuesto Rodolfo Rodríguez “El
Pana”, Curro Cruz, David “Chato” Bonilla y Alberto Huerta, entre otros.
Ojalá y no me equivoque para que Roberto Román
pueda seguir avanzando con cabeza fría y corazón ardiente en su trayectoria
taurina, de ahí que entonces le recordemos que “cuando la inteligencia humana y
la irracional belleza animal se conjugan en la arena ¡surge el toreo! Arte y
bravura en escena”.
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