Ayer en la novillada
Noche de inspiración para el novillero tovareño Cleiderman Méndez con indulto al bravo «Montouro» de Campolargo. Foto: RDV |
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
TOVAR, Enviado
Especial.- Un gran lote de utreros del hierro de Campolargo, fue el que se
despachó ayer en el marco de la novillada de apertura de la Feria de Tovar
2017. Poco más de 1500 personas presenciaron el destacado juego que los cinco
astados yaracuyanos han ofrecido a los espadas actuantes, quienes han contado
con opciones claras de lucimiento, dejando ver deseos de triunfos y cualidades
para el mismo, donde las mieles del éxito recayeron en las manos de los jóvenes
coletas Cleiderman Méndez y Andrey Paredes, el primero saliendo en hombros tras
el indulto de su respectivo astado.
Noche calurosa la registrada en el Coliseo El
Llano, donde los pupilos de Don Juan Campolargo han dejado en distinto grado,
claras opciones al lucimiento. Así lo fue el que abrió plaza, el cual
correspondió al espada local Gabriel Vivas, quien se le vio acelerado y tosco
en los remates y cites con los engaños. Pesó la falta de oficio, ante un
ejemplar noble, pero limitado de fuerzas, por lo que tras fallar con el acero,
dio vuelta al ruedo, actuación en la que incluso saltó de espontaneo el joven
novillero local Reymer Arellano, reivindicando su puesto que debió contar para
él tras triunfar en este mismo ruedo el año pasado.
Grandes maneras y condiciones demostró el
tachirense Julián Vanegas, de la familia torera de los Vanegas de Seboruco. En
capote, banderillas y muleta lució solvente el mencionado diestro ante un
novillo de evidente claridad en su embestida. Una pena que la espada
emborronara su actuación que saldó con una merecida vuelta al ruedo y similar
premio a los despojos del destacado «Emir» de 358 kilos.
Los mejores muletazos de la noche vinieron de la
mano del novillero tachirense Yonathan Ortega, alumno del maestro “El Porteño”,
dejando ramalazos de buena técnica y escuela, que se diluyeron en el fallo con
el acero. Vendría el turno al torero local Cleiderman Méndez, quien se
presentaba con los del castoreño ante las pastueñas y largas embestidas de
«Montouro» el cual permitió el novel diestro se explayara en un trasteo preñado
de inspiración y entrega en el percal y pañosa, lo que unido al unánime apoyo
de los presentes hizo que su actuación llegara de lleno al tendido, a tal punto
de solicitar el indulto al destacado ejemplar, merecido por demás, tras largo
trasteo, el cual se concedió.
Cerró función del mismo modo el estreno con los
piqueros del joven emeritense Andrey Paredes, quien pechó con el novillo más
cuajado de la noche, dejando ver firmeza de pies y disposición al triunfo con
capote y muleta, aun cuando ayuno de una técnica más depurada para sortear las embestidas
de un utrero con exigencias como el que le correspondió. El espadazo tendido
valió para la concesión de una estimulante oreja que sirve para allanar el
serio camino que implica ser novillero.
A pesar de su falta de rodaje, Andrey Paredes se justificó con el corte de una oreja en su estreno con picadores. Foto: RDV |
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