lunes, 18 de septiembre de 2017

Orejas y “Escapulario” para Diego Sánchez

Trascurrida la cuarta corrida del serial zacatecano

ADIEL ARMANDO BOLIO, enviado
Especial para VUELTA AL RUEDO

ZACATECAS, Zacatecas. Domingo 17 de septiembre.- La cuarta corrida de la Feria Nacional de Zacatecas 2017, misma que fue a beneficio del grupo Tauromaquia Mexicana Siglo XXI, difusora y defensora de la fiesta de los toros, fue además de concurso, al estar en disputa el trofeo “Escapulario de Plata de Nuestra Señora del Patrocinio” y otro galardón para el mejor toro del festejo. Resultando triunfadores el joven espada aguascalentense Diego Sánchez, nuevo en este coso al cortar dos apéndices, saliendo en hombros y por ello ganar el trofeo en disputa, en tanto que el reconocimiento al mejor astado fue injustamente para el toro de Santa María de Xalpa, por un increíble arrastre lento, cuando el mejor en conjunto fue el de Los Encinos. 

Así pues, ante poco más de media entrada en tarde bochornosa, se lidiaron seis toros de las ganaderías de Los Encinos, bueno; Boquilla del Carmen, enrazado; de Campo Real, bueno; complicados los de Pozo Hondo y Santa Fe del Campo; y el de Santa María de Xalpa, de poca fuerza pero bueno, con arrastre lento injustificado.

En el toro que abrió plaza, el mexiqueño Ignacio Garibay con un toro de Los Encinos, de buen estilo, lo lanceó bien a la verónica, llevó al caballo por chicuelinas caminándole y quitó por verónicas tersas. Con la muleta, inició por alto para luego realizar una faena suave y templada por ambos lados, sobresaliendo su toreo derechista. Terminó de estocada honda, ligeramente trasera y descabello, para salir al tercio.

En su turno, el aquicalidense Arturo Macías, con el enrazado astado de Boquilla del Carmen, de nombre “Pacharán”, bregó con el capote y quitó de manera valiente por gaoneras. Pasado el tercio de banderillas, una vez más el aspirante a banderillero Carlos Martell, se desmonteró. Con la sarga, Macías tras empezar doblándose, ha realizado una faena seria y torera con las dos manos, terminando de estocada entera, ligeramente contraria para serle otorgada una oreja entre injusta división de opiniones.

Por su parte, el potosino Fermín Rivera se dejó ver empeñoso con el capote destacando un quite por chicuelinas. Con la franela, luego de comenzar con toreros doblones, a un ejemplar de poca fuerza pero que se dejaba aunque era tardo en su embestir, de la dehesa de Campo Real, le realizó una sobria y entendida faena por ambos pitones sobre todo por naturales aguantando, intercalando una serie de molinetes, además de instrumentar un toreo macho por el lado derecho, que remató con soberbio trincherazo. Cerró con una serie de ayudados por alto, para por desgracia malograr todo con tres pinchazos y una estocada honda, para ser ovacionado en el tercio, tras un aviso.

En tanto, el también aguascalentense Juan Pablo Sánchez, con un ilidiable ejemplar de Pozo Hondo, lo bregó con solvencia. Y con la muleta, después de iniciar vaciando por alto, su antagonista evidenció una ejemplar sosería por lo que después de intentarlo Juan Pablo, terminó por abreviar y matar de estocada certera y escuchar leves palmas.

El siguiente torero aquicalidense, Arturo Saldívar, con el astado de Santa Fe del Campo que terminó soso y parado, lo saludó con una larga cambiada de rodillas, cerrado en tablas, para después de pie veroniquear con gusto. Su labor muleteril fue de mucho empeño y pundonor a pesar de los problemas ya señalados del toro. Aun así, tuvo pasajes de toreo de calidad y firmeza, significando lo que hizo por el pitón derecho. Se tiró a matar, dejando tres pinchazos y descabello, siendo al final aplaudido.

Y en el que cerró plaza, un toro de sangre brava española de Santa María de Xalpa, de nombre “Compañero”, el también aquicalidense Diego Sánchez, quien hacía su debut en esta plaza, lanceó bien a la verónica. Una vez transcurrido el segundo tercio, ligó su sexta salida al tercio, el aspirante a banderillero Carlos Martell. El toro, que tenía nobleza y emotividad, aunque poca fuerza, apenas si se le partió el pelo en la suerte de varas, quedando el astado con la fuerza justa para que lo entendiera a la perfección Diego y le cuajara una faena de mucho aguante, pues al astado le costaba embestir, pero empleándose bien. Terminó sometiéndolo el torero para endilgarle estupendos derechazos y naturales ayudándose. Pisó terrenos comprometidos siempre yendo a más, sacando muletazos uno a uno, de gran calidad, hizo el toreo en redondo y a media altura con mucha sapiencia, para terminar de certera estocada, siéndole concedidas las dos orejas, lo que le valió ganar el trofeo “Escapulario de Plata de Nuestra Señora del Patrocinio” y así salir en hombros entre el contento general, en tanto que de manera incomprensible se le dio un inexistente arrastre lento a este ejemplar.

Lo que manchó el resultado del festejo fue la designación del mejor toro de la corrida, pues cuando todo mundo pensaba que lo iba a ganar el toro de Los Encinos, de nombre “Feriante” lidiado en primer lugar, de la chistera sacaron el resultado a favor del toro de Santa María de Xalpa, pues con relación al de Los Encinos, fue más completo el primero que el sexto. Ni hablar, así son las cosas.

FICHA DEL FESTEJO
Seis toros de diferentes ganaderías que entraron en concurso, siendo el ganador el toro de Santa María de Xalpa, por un injustificable arrastre lento, siendo mejor el toro de Los Encinos.
Ignacio Garibay: al tercio.
Arturo Macías: una oreja entre injusta división de opiniones.
Fermín Rivera: al tercio tras un aviso.
Juan Pablo Sánchez: palmas.
Arturo Saldívar: palmas.
Diego Sánchez: dos orejas ganando el “Escapulario de Plata de Nuestra Señora del Patrocinio”, con salida en hombros.
Cuarta corrida de la Feria Nacional de Zacatecas. Plaza Monumental de Zacatecas.
Poco más de media, en tarde bochornosa.

Triunfo del novillero aguascalentense Roberto Román

MÉXICO, 17 de septiembre. (Gustavo Mares, especial).- El novillero Roberto Román se convirtió en el triunfador del festejo celebrado en la Plaza México y que duró poco más de cuatro horas.

Se lidiaron novillos de Marco Garfias, muy bien presentados y serios. En muchos cosos de provincia, el ganado que salió por la puerta de toriles para este festejo de triunfadores sin picadores seguramente pasaría por una corrida de toros. Dieron juego desigual.

El triunfador fue Roberto Román, quien le cortó una oreja a cada astado. Su primero, el mejor del encierro, le dio varios sustos de capa y muleta. El chaval aguantó. Hay que recordar que son novilleros sin picadores, es decir tienen escaso o nulo bagaje. Román no se arredró y pasaportó a su burel con un espadazo efectivo pero no en buena colocación. Recibió una oreja que protestó un sector del público.

Con su segundo unificó criterios y después de una labor emocionante cortó una oreja que paseó en medio del reconocimiento popular. Al término del festejo, Román salió a hombros.

José María Mendoza enfrentó un lote complicado. Su primero salía suelto de las suertes y rehuía la pelea. El chaval le planteó pelea y le pegó los muletazos que permitió el burel. Por ganas no paró.

El difícil sexto fue aún más complicado porque sopló el viento. Mendoza volvió a derrochar gran voluntad. Pesado con la toledana, palmas tras dos avisos.

Mauricio Medina tuvo una tarde cuesta arriba. Su primero, falto de codicia, puso de manifiesto su impericia con los aceros. Escuchó los tres avisos.

Su segundo, difícil, exigía mayor experiencia de parte de los noveles toreros. Prendió de fea manera a Medina, fue a la enfermería. Parecía que ya no saldría e Ibelles se tiró a matar. De repente salió el torero en turno y pasaportó al burel. Más tarde se sabría que sólo sufrió duros golpes y unos rayones en el muslo.

Abrió plaza Sebastián Ibelles, quien comenzó doblándose ante un burel tardo pero con calidad. El mexiquense lució. Erró con los aceros y saludó desde el tercio. Su áspero segundo parecía congestionado. Derrochó ganas por agradar.

El encierro de Marco Garfias fue una difícil prueba en general para los cuatro chavales, que derrocharon afición.

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